El Chapo ¿reloaded?
Hay gente que aprende de quemarse, televisivamente hablando, y a vivir con el dolor de esas quemaduras más allá del tercer grado digital, esperando sólo un tiempo conveniente —unas tres, cuatro semanas de tiempo de exposición— para volver a la carga, confiando en la memoria corta del espectador mexicano promedio para olvidar bodrios como Ingobernable. Tal es el caso de Kate del Castillo, que vuelve por Netflix para vender una nueva patraña telenovelera: Cuando conocí al Chapo.
Una nueve serie de tres partes donde la actriz en fuga, usando pietaje inédito e información fílmica privilegiada de sus encuentros cercanos del cuarto tipo con Guzmán, cuenta —como si no hubiéramos tenido con la blandengue entrevista que le hizo Sean Penn en Rolling Stone al capo— cuándo, cómo y por qué se llevó a cabo esa reunión sin más fines de lucro que lo que salga de esta serie. El director es el mexicano Carlos Armella, el de La Estancia y Club de Cuervos. Su estreno en Netflix está previsto para el 20 de este mes. El 27 del mismo se anuncia el rimbombante estreno de la segunda temporada de Stranger things, de los hermanos Duffer, Matt y Ross, expertos en reciclar viejos terrores del pasado y cosas de culto ya antes filmadas, haciendo pasar a los gatos por liebres, lo que ha provocado que muchos aficionados al terror y al horror exclamen al unísono: ¡Qué serie tan original! Ya, a su debido tiempo, el fantástico sobrenatural los llevará con toda seguridad a juicio.
Seis años después del nuevo Blade Runner comienza la historia alemana de un camarero mudo que busca a la mujer de su vida en el Berlín de 2056. La envoltura de Ci-Fi, thriller fantástico e intriga futurista promete por tan sólo el nombre del director: Duncan Jones, responsable de que pase las de Caín en La Luna, Sam Rockwell; y de Código Fuente, ese thriller de viajes en el tiempo que es Source Code, con Jake Gyllenhaal.
En otro orden: buena noticia para los aficionados a Los Simpson: Matt Groening firmó contrato con Netflix para el inicio de una nueva serie (Disenchantment) de la que casi no hay pistas. Sólo se sabe que la productora Rough Draft Studios se frota las manos porque parece que será algo insólito en el mundo de la animación, muy descuidado a últimas fechas en las pantallas ya no tan chicas de 4K.
Mientras, en el mundo oscuro de los fuera de la ley, pero con alma digital en pena por venderse por la puerta trasera, esta semana salieron a la luz The House, comedia protagonizada por los Saturday Night Live: Will Farrel y Amy Poheler, con la historia de un sótano clandestino habilitado para hacer más dinero que un libro de Yordi Rosado, promocionado con gira en la FIL de Guadalajara.
Chucky regresa al terror cuando el género atraviesa por una severa crisis emocional de credibilidad, y la gente siente más miedo con Andrea Legarreta, Esteban Arce y Raúl Araiza, envueltos en un mismo paquete televisivo. Su nueva película en Blu-ray se llama El culto a Chuky y la dirige su casi director de cabecera, Don Mancini. La historia es tan increíble y con ciertos hoyos negros argumentales que, a su lado, las “Netas Divinas” son unas vacas flacas en materia de sustos y estremecimientos. Por último, para los que ven en el reparto de una película nombres que sean capaces de mantenerlos en sus asientos, más que el noticiero de Denise Maerker, está Baby Driver con Kevin Spacey, Jamie Foxx, en un alocado thriller.
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