Milán Fashion Week (II parte)
HIGH ON FASHION
Feliz de estar de regreso en la Ciudad de México, de abrazar a mi gente, andar en casa, seguir ayudando… y aunque sin duda alguna las cosas cambiaron desde que me fui, respiro un espíritu de hermandad que jamás había percibido. Me llena de orgullo ser mexicana y saberme rodeada de gente trabajadora, luchona y valiente.
La semana pasada les compartí la primera parte de Milán Fashion Week y hoy sigo con más detalles. Si son amantes del calzado como yo, esta semana es muy interesante, ya que se presentan marcas importantes.
Me tocó ir a ver la colección SS18 de Casadei. Está llena de color y reinterpretación de los símbolos icónicos de la marca. La variedad es impresionante; no habrá mujer que se resista: desde modelos románticos en colores encendidos, hasta sandalias con mucha onda ideales para la playa. Los motivos orientales, así como las distintas texturas en veluto y seda son protagonistas.
Después me fui de visita al hotel Bvlgari en donde aprecié la nueva colección de la firma. Me ha gustado mucho lo que han hecho con los accesorios. Se van a desmayar con lo cool de los bolsos medio rockeros, con aplicaciones de estoperoles, sin dejar de lado la serpiente que ya es un clásico de la marca.
Por su parte, el desfile de Salvatore Ferragamo, a diferencia de las temporadas anteriores, se presentó en la noche y al aire libre bajo el Palacio de Mezzanote. La colección es una explosión de color y, sin duda, vimos un avance importante en accesorios. Los bolsos robaron mi atención muy a tono con lo que estamos viendo en streetstyle, con siluetas propositivas y fanny packs. Paul Andrew sigue haciendo un trabajo maravilloso en el área de calzado, retomando los signos de la marca italiana de una manera audaz. No dejen de poner atención a los tacones que vienen en forma de jaula. Me enamoré de un vestido rojo de flecos que bailaba en la pasarela, algunos ensambles en tonos crudo, blanco y mostaza, ideales para el verano.
Cerré con broche de oro en el desfile de Dolce & Gabbana, con un homenaje al amor y a la belleza: “El amor es belleza”, de acuerdo a los diseñadores. En esta ocasión se presentaron 107 looks. Me emocioné cuando vi a la top mexicana Mariana Zaragoza haciendo suya la pasarela. Esta colección marca el regreso de la firma a su ADN: sensualidad, glamour y feminidad. Algunas siluetas están pensadas en las top models de los noventa. La inspiración recae en la reina de corazones de la baraja inglesa, el glamour de los destinos italianos y la silueta de la moda italiana del final de los cincuenta. Los materiales predominantes fueron la organza, encaje, seda, chifón y crystal mesh. No podía faltar la ya tradicional fiesta en el Martini Bar de Dolce & Gabbana, que ya es considerado como el cierre de Fashion Week Milán. ¡Todo un espectáculo! Con cariño, Gina.
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