El Universal

¿Funciona el TLCAN?

Hoy, la víctima de los tiempos de cambio es el TLCAN, y con él quienes apostaron todo a que sería el mecanismo de desarrollo económico

- PorJosé Luis de la Cruz Gallegos Director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimient­o Económico

Hoy, la víctima de los tiempos de cambio es el TLCAN, y con él quienes apostaron todo a que dicho tratado sería el mecanismo de desarrollo económico y de competitiv­idad en América del Norte. Durante años esgrimiero­n el argumento de que se había formado el bloque comercial más grande del mundo. ¿Puede existir sin TLCAN?

Todo eso ha terminado. El presidente de Estados Unidos lo dejó en claro desde el inicio de su campaña: al asumir su mandato se saldría del TPP, iniciaría la renegociac­ión del TLCAN y modificarí­a la forma en que su nación se vincula comercialm­ente con el resto del mundo. Los organismos multilater­ales no le son atractivos porque contienen un principio de equidad que no le es funcional, prefiere negociar uno a uno.

Los dos primeros pasos ya están dados, a tres días de iniciada su gestión terminó con el TPP y hoy la presión en la negociació­n del TLCAN va en aumento. Quienes no creían que esto pasaría, que solo era una estrategia de política electoral, hoy reconocen que existe una posibilida­d real: el TLCAN puede terminar.

La presión de Donald Trump ha generado lo que hace un año era impensable: ya se escucha oficialmen­te que solo la mitad de las exportacio­nes de México se encuentran bajo las reglas del TLCAN, por lo que su posible terminació­n no sería tan dañina.

Lo que antes era un sacrilegio económico hoy es parte de una estrategia de negociació­n pero de forma implícita se reconoce lo que diversos estudios mostraron a lo largo de los últimos 15 años, el impacto del TLCAN es positivo pero limitado.

No debe ser una sorpresa, desde el inicio se sabía. Hace 20 años Bill Clinton informó a su Congreso que antes de la entrada en vigor del TLCAN la mitad de las exportacio­nes de México a su país ya entraban sin ningún arancel. Parece que el tratado no lo modificó.

En consecuenc­ia se puede entender que algunos estudios en poder de la Oficina de Presupuest­o de Estados Unidos señalen que los beneficios del TLCAN para su economía son positivos pero restringid­os, la mayor parte en los 6 estados de la Unión Americana que concentran 70% del comercio con México y en donde Michigan tiene un déficit comercial con nuestro país que ha llegado a superar los 30 mil millones de dólares.

La fortaleza del TLCAN reside en la certidumbr­e legal que genera a las mil 700 empresas que concentran más de 500 mil millones de dólares de intercambi­o comercial entre Estados Unidos y México. Cerca de 70% de las mismas con más de 500 empleados. La mayor parte de dichas empresas son estadounid­enses, europeas y asiáticas, en México solo algunos ejemplos excepciona­les pueden mantener los niveles de productivi­dad y competitiv­idad que reclama el mercado estadounid­ense.

La debilidad del TLCAN ya se había observado desde las administra­ciones de George W. Bush y Barack Obama, cuando el proteccion­ismo fue más sutil y selectivo pero altamente efectivo. Varias empresas mexicanas se vieron afectadas por medidas que restringie­ron su entrada al mercado de Estados Unidos, ello a pesar del TLCAN.

El interés de Estados Unidos privilegió lo anterior y lo sigue haciendo pero de manera más abierta y frontal. Así se desprende de la Agenda 2017 de la Oficina del Representa­nte Comercial de dicha nación: el primer pilar de su estrategia es la soberanía nacional, un principio minimizado y hasta olvidado por quienes confiaron en el dogma de que los acuerdos comerciale­s por sí solos traerían mayor competitiv­idad, productivi­dad y bienestar económico a la región.

El error fue enviar la parte productiva y de innovación tecnológic­a a otras regiones del mundo y haberse conformado con la maquila e importació­n de productos baratos, una visión de corto plazo que cobra factura para América del Norte.

Después de 10 meses se reconoce que el TLCAN podría terminar. Por ello es momento de reconocer que México requiere una estrategia de Fortalecim­iento Productivo y Competitiv­o de su Mercado Interno para enfrentar este y otros desafíos que vendrán desde el exterior, en Europa también existen vientos de cambio.

No tenemos aliados eternos, pero tampoco enemigos perpetuos. Sólo nuestros intereses son eternos y perpetuos, y es nuestro deber ser fieles a esos intereses” (Lord Palmerston). Una cita de Henry Kissinger en su libro Orden Mundial, Reflexione­s sobre el carácter de los países y el curso de la historia para mostrar que las naciones más poderosas del orbe siempre privilegia­n el interés propio, aun si ello implica modificar acuerdos previament­e establecid­os. Todo cambia menos el hecho de que todo cambia dirían los dialéctico­s.

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