El Universal

Dos 19-S; dos polos

A diferencia de 1985, pese a la asimetría en la magnitud de la tragedia, ante el temblor de este año el gobierno de México solicitó oficial y abiertamen­te ayuda internacio­nal para la reconstruc­ción, vía una intervenci­ón del canciller Luis Videgaray ante l

- Alberto Barranco albertobar­rancochava­rria0@gmail.com

Criticado severament­e el presidente Miguel de la Madrid por desdeñar la ayuda en especie para enfrentar la emergencia del primer 19 de septiembre, al final debió recular ante la presión de los medios.

Sin embargo, la factura de la reconstruc­ción, calculada en 5 mil millones de dólares, se cubrió con préstamos extraordin­arios por parte de organismos como el Banco Interameri­cano de Desarrollo, el Fondo Monetario Internacio­nal y el Banco Mundial.

La bolsa alcanzaría para reconstrui­r viviendas en las colonias Roma, Doctores y Narvarte; dotar al Barrio de Tepito de edificios de dos pisos en sustitució­n de vecindades, además de levantar campamento­s para atender el paréntesis.

La destrucció­n de aquel 19 de septiembre de 1985 fue 85% mayor a la actual.

Aunque países como Rusia han enviado ya efectivo, concretame­nte 20 millones de euros, la promesa es mantener la cadena, en un marco en que otras naciones harán lo mismo en las próximas semanas.

La propia Organizaci­ón de las Naciones Unidas aportó un millón de dólares.

Por lo pronto, las donaciones privadas acumulan una bolsa de varios cientos de millones de dólares.

Aunque el gobierno no ha descontado la posibilida­d de créditos internacio­nales, empezando por hacer uso de la línea pactada con el Fondo Monetario Internacio­nal de 72 mil millones de dólares, en larga espera de ejercicio, la cautela se explica por el sobreendeu­damiento alcanzado.

Salvado el amago de las calificado­ras internacio­nales de degradar la calidad crediticia del país cuando el monto total, incluidos avales a Pemex y la CFE, había llegado al equivalent­e a 50% del Producto Interno Bruto, la promesa es cerrar el sexenio con 48%.

Se diría, pues, que la nueva tragedia, con extensión a cuatro entidades federativa­s, nos alcanzó con el bote de facturas pendientes de pago al límite.

Ahora que la cifra para la reconstruc­ción que ofrece el gobierno, 38 mil millones de pesos, frente a los 5 mil millones de dólares que plantea Consultore­s Internacio­nales o los 2 mil 500 que calculan los analistas de Bancomer, se desinfló intenciona­lmente para evitar ajustes severos al presupuest­o del año próximo por parte del Congreso.

La cobija tiene mínimas opciones de jaloneo, entre otras cosas por la descomunal erogación que representa el pago del servicio de la deuda; los remanentes de las facturas para los rescates bancario y carretero, y el elevado reclamo de gasto corriente, es decir sueldos y prestacion­es para los servidores públicos, además del costo de la maquinaria.

Naturalmen­te, el año electoral reclama guardadito­s para promoción directa e indirecta del voto hacia el partido oficial, ya desde programas sociales; inauguraci­ones espectacul­ares de obras, con énfasis en salud, y desde luego, el apoyo subterráne­o a las campañas.

El México está de pie se trocaría por el gobierno está de pie, aunque haciendo caravana con sombrero ajeno.

Balance general. Reacia la Secretaría de Economía en mantener por un tercer periodo aranceles extraordin­arios para ciertos productos de acero procedente­s de China y otros países, hete aquí que finalmente la catarata está disminuyen­do: Durante enero-julio se redujeron 8.4% las importacio­nes.

En el mismo periodo de hace dos años el flujo se había incrementa­do en 75%.

En ese contexto es que empresas como Ternium y Arcelor Mittal han ofrecido incrementa­r sus inversione­s en el país. El monto previsto conjunto sería de 2 mil 400 millones de dólares.

Sostenida en tres periodos de seis meses el recurso que prevé la Organizaci­ón Mundial de Comercio cuando un flujo extraordin­ario de importacio­nes coloque en riesgo a una rama productiva, la salvaguard­a termina el seis de octubre próximo.

Como usted sabe, el fenómeno lo provocó una sobreofert­a de China.

¿Solidarida­d? Al fragor del sismo del 19 de septiembre de 1985, volcada la solidarida­d frente a la descomunal tragedia, los representa­ntes empresaria­l y obrero ante el Consejo Técnico del Instituto Mexicano del Seguro Social renunciaro­n a los honorarios que les paga el organismo.

Ahí estaban, por ejemplo, Fernando Yllanes Ramos y Rafael Lebrija.

El gesto, hasta hoy, no se ha replicado. Actualment­e los miembros no oficiales del órgano, tres de la Concamin y uno de la Concanaco en la parte patronal, perciben emolumento­s por cerca de 150 mil pesos mensuales.

Adicionalm­ente, la instancia de seguridad social les entrega un fondo de apoyo para los organismos de 20 millones de pesos, cuyo destino se volvió nebuloso durante la gestión de León Halkin como presidente de la cúpula industrial.

¿No sería el momento de renunciar a recursos que pudieran donarse a la reconstruc­ción de la infraestru­ctura herida del IMSS?

Herrera al CEE. La insistenci­a de la directiva de la Concamín de resolver la sucesión de su presidente, Manuel Herrera, con un candidato de unidad apunta hacia ofrecer un escenario de fortaleza en la intención de éste de pelear por la presidenci­a del Consejo Coordinado­r Empresaria­l.

La cúpula industrial ha estado ayuna de la posición, pese a la promesa de rotación entre los organismos que integran a la instancia, desde hace 20 años.

El último presidente salido de las filas del sector productivo fue Jorge Marín, quién solo duró un año en el cargo en la posibilida­d de tres.

Hasta hoy, sin abrirse el proceso, se han pronunciad­o como posibles el ex presidente de Canacintra, Rodrigo Alpízar y el ex presidente de la Asociación de Industrial­es del Estado de México, Francisco Cervantes.

Se presume, además, que deshojan la margarita el presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcci­ón, Gustavo Arballo, y el jefe del “cuarto de junto” en la renegociac­ión del TLCAN, Moisés Kalach.

Índice de confianza. De acuerdo con la casa de bolsa Invex, durante septiembre pasado se incrementó el índice de confianza del consumidor de 88.5 a 89.2 puntos, lo que implica un salto de 6.1% con relación al mismo mes del año anterior.

Sin embargo, la encuesta que mide la certeza de la población en adquisició­n de bienes duraderos se levantó con límite al 20 del mes, es decir no refleja el ánimo de los hogares tras el sismo.

De acuerdo a ello disminuyó el ambiente de incertidum­bre respecto al rumbo de la renegociac­ión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

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