VIAJES CON AROMA DE CAFÉ
te pondrá un poco acelerado con estas cinco rutas que recorren los sitios más aromáticos de México
Hay lugares que viven para el café. Las plantaciones cubren por completo los cerros, como una gigantesca alfombra de color verde intenso que ni la neblina puede atenuar. En las pequeñas comunidades cercanas, el aroma de los granos tostándose invade las calles y las casas. La gente conserva los procesos artesanales de producción, sin importar el paso de las décadas. Y los viajeros persiguen cada una de las escenas, ansiosos por formar parte de ese estilo de vida, por sentir hasta la última nota de sabor y conocer el “detrás de escena” de la bebida sin la cual no puede enfrentarse un nuevo día.
Porque también somos “coffee junkies”, decidimos recopilar algunos destinos en nuestro país que giran alrededor de esta infusión.
No solo tomamos en cuenta estados que sobresalen por su producción de café, sino que ofrecen experiencias turísticas únicas.
En Veracruz, mencionamos dos rutas independientes entre sí. Una de ellas, que parte en el Pueblo Mágico de Coatepec, ya es un clásico: sus haciendas son imperdibles e incluso existe un museo donde se imparten talleres para baristas principiantes. La otra, que inicia en Córdoba, se ha ido desarrollando desde hace un par de años; visita un par de diminutas comunidades donde los productores de café de altura te reciben prácticamente en su hogar y te invitan a comer como si fueras parte de la familia.
Luego, en Colima, te recomendamos un itinerario que te lleva hasta las faldas del volcán más activo de México, en busca de sus cafetales. Además de tus respectivas catas guiadas, puedes navegar un kayak en una laguna con origen volcánico. Si te gusta descansar a la orilla de una alberca con vistas privilegiadas, recomendamos una hacienda en Oaxaca que comercializa su propio café. Se encuentra en una región con denominación de origen, cerca de Huatulco.
El panorama cambia un poco al llegar a Chiapas, pues dos fincas con más de un siglo de antigüedad te transportan a otra época mientras te consienten en sus cabañas de lujo perdidas en la selva. En sus terrenos organizan recorridos temáticos y sus tratamientos de spa se realizan casi en plena naturaleza.
Aunque los capitalinos no tengamos la oportunidad de correr entre cafetales, también presentamos un par de sugerencias en Ciudad de México. No son cafeterías como tal, sino barras que sirven café de especialidad; es decir, infusiones que destacan por su gran calidad de acuerdo con un estándar internacional. Son sitios que no buscan confundirte, sino mostrar una apreciación mucho más diversa del café y preservar su sabor.
Haciendas históricas donde el acercamiento con la agricultura no está peleado con el lujo; poblados enclavados en cerros y pequeñas cafeterías que convierten una tarde en una cátedra sobre degustación. Si eres un cafetero empedernido, de ja que este aroma te lleve de viaje por México. Veracruz Muy cerca de Córdoba hay un par de poblados ocultos en la neblina, dedicados a la producción de café. Integran una ruta turística que solo unos cuantos conocen. El más pequeño se llama San Bartolo, a media hora de la ciudad, y no tiene ni 100 habitantes.
Cultiva granos a mil 350 metros sobre el nivel del mar. Para que un café se considere “de altura” debe estar por arriba de los mil metros.
En esta comunidad vive Juana Campos, dueña de una productora de café orgánico. En su casa, Juana y su familia explican a los visitantes el proceso de elaboración y les invitan un cafecito de olla para que comprueben la calidad de su producto. También les dan a probar galletas, bombones y lunetas hechas a partir del grano. Incluso confeccionan accesorios y jabones.
En la comunidad de Sabana Larga se encuentra Café de Mi Rancho, otro pequeño negocio. En el patio de don Dionisio, el encargado del proyecto, los viajeros enloquecen mientras los granos se tuestan.
Un intenso aroma se expande en toda la propiedad y se impregna en la ropa.
Este recorrido de dos días hace una parada en Córdoba. Calufe es una cafetería del centro histórico de esta ciudad. Su barista prepara varias bebidas para que conozcas algunos métodos de extracción y su resultado final.
El viaje es operado por Turibús. Tarifas desde dos mil 999 por persona. www.turibus.com.mx
En Veracruz hay una ruta tradicional para caminar entre cafetales, que se concentra en los Pueblos Mágicos de Xico y Coatepec. En este último puedes comenzar a explorarla.
Muy cerca de ahí está el museo El Café-tal Apan. En sus plantaciones un guía explica el origen de los granos y muestra artefactos relacionados con la producción y que fueron utilizados en los siglos XIX y XX.
Si reservas con un par de días de anticipación, tienes la opción de tomar un pequeño curso para formarte como barista.
En los alrededores de Coatepec hay numerosas fincas que elaboran su propio café. Se desarrollaron varios itinerarios para recorrer algunas de ellas.
La touroperadora Senderos del Café organiza visitas a varias propiedades, entre ellas Bola de Oro, cuya historia se remonta a 1910.
Un paseo de un día cuesta 630 pesos por persona. toursenderosdelcafe.com
Colima
Solo unos cuantos viajeros tienen la inquietud de acercarse al Volcán de Colima, el más activo de nuestro país. Quienes se atreven a hacerlo descubren un terreno donde la altura y el suelo volcánico, abundante en minerales, han favorecido el cultivo de cafetales. La escala de producción es pequeña (Colima es responsable apenas del 3% del café en México), pero sus procesos son artesanales. La región se localiza a 15 minutos desde el Pueblo Mágico de Comala, desde donde parten los tours.
La primera escala es en la comunidad de La Yerbabuena, justo en las faldas del volcán. Las plantaciones quedan a mil 250 metros por encima del nivel del mar.
De noviembre a marzo observarás los campos repletos de granos de la variedad arábiga. Mientras más alto se encuentran, más tardan en madurar los frutos y su sabor es mejor.
En la finca podrás observar el tueste y la molienda del café. Para hacer más práctica la lección te darán a probar varias bebidas: un café americano, un latte o un frappé.
En el centro de Comala, casi todas las tiendas de artesanías venden la producción local.
En la región se cuentan alrededor de 10 marcas. Cada una mezcla, en diferentes grados, técnicas brasileñas y colombianas.
Durante el recorrido se suman algunas actividades de aventura. Una de las más solicitadas es la caminata por las faldas del volcán. Incluye la Laguna La María, a 40 minutos de Comala, un cuerpo de agua que alguna vez fue una caldera volcánica.
El tour tiene un precio de 800 pesos por persona. www.admiremexicotours.com
Oaxaca
Pluma Hidalgo es una de las zonas con mayor tradición cafetalera en el estado. El pueblo, a menos de una hora de las playas de Huatulco, tiene su propia Denominación de Origen.
La actividad llegó aquí a finales del siglo XIX, y actualmente se mantienen en funcionamiento alrededor de 50 fincas.
No se trata de enormes productores, pues estos han ido desapareciendo a causa de plagas como la roya (enfermedad que degrada las plantaciones). Por el contrario, son las pequeñas empresas, dueñas de terrenos de cinco o seis hectáreas libres de productos químicos, las que han mantenido vivo el negocio.
A cinco minutos del centro de Pluma Hidalgo (día y noche el pueblo huele a café tostado) hay una hacienda de la que no querrás salir, si es que eres un buen bebedor de la infusión: Finca Don Gabriel. La propiedad hace su propio café de altura y, al igual que en toda la región, es de la variedad arábiga.
Este lugar ha optado por las experiencias ecoturísticas: no solo muestra su trabajo (el invierno es la mejor época para ver la cosecha), sino que también ha creado senderos interpretativos con todas las variedades de café que se hacen en México. Abrió su propio museo que exhibe despulpadoras, molinos antiguos y herramientas que pertenecieron a trabajadores de la zona.
Para que los visitantes vivan una experiencia completa, ofrecen cabañas e “iglús” de adobe, con vistas espectaculares a los cafetales rodeados por el bosque. En las partes más altas se alcanza a ver el mar. Tiene alberca panorámica, spa con temazcal, tirolesa y un restaurante de comida regional.
Recomendamos acompañar la degustación de café con un plato tradicional oaxqueño: lleva tasajo, mole y chiles rellenos. Tarifas de alojamiento desde 650 pesos
en temporada alta. Incluye los recorridos. www.fincadongabriel.com
Chiapas
Muy cerca de Tapachula, en la región histórica conocida como Soconusco, algunas haciendas de lujo te hacen experimentar la vida entre los cafetales. Instaladas entre cerros, pertenecen al programa de calidad “Tesoros de México” de la Secretaría de Turismo.
Argovia (www.argovia.com.mx) fue inaugurada en 1880. Destaca por sus prácticas sustentables, como tratamiento de aguas residuales, reciclaje de desechos que surgen del café y uso de una planta hidroeléctrica. Ha sido reconocida por la organización internacional Rainforest Alliance.
Todo el año se llevan a cabo catas guiadas, pero solo de octubre a diciembre se revela a los huéspedes cómo se trabaja el grano desde su recolección, mediante dos tipos de procesos: beneficio seco (usado en Brasil) y húmedo (empleado en Colombia).
Algunos de sus paseos explican la historia de la finca y otros exploran el follaje de la región, que es abundante en especies tropicales como la orquídea.
Argovia funciona como hotel boutique. Solo dispone de 15 habitaciones y cabañas de madera con terraza propia. El spa y el bar están rodeados de vegetación.
A una hora de camino se encuentra Finca Hamburgo (www.fincahamburgo.com), fundada a finales del siglo XIX. Cinco generaciones de la misma familia alemana se han hecho cargo de ella. Cuenta con un museo de sitio sobre la historia de la propiedad y del café.
Los visitantes recorren en un tour organizado las partes más antiguas del complejo, donde todavía se conserva un funicular de carga.
En el bar prueban varios métodos de extracción: sifón japonés, prensa francesa y filtro manual, son algunos de ellos.
Ciudad de México
No hay plantaciones, pero sí comercios que se han involucrado en el origen del grano y su preparación. Visitarlos se vuelve una grata experiencia de aprendizaje.
En la ciudad, recomendamos dos barras de café de especialidad. Se denomina así al café que ha obtenido por lo menos 80 puntos de catación (el máximo es 100) en una escala de calidad creada por la organización internacional Coffee Quality Institute. La clasificación revisa aspectos como el aroma, acidez y balance.
Una barra de especialidad se distingue de una cafetería convencional por trabajar con café que ha sido reconocido en dicho estándar.
Almanegra (www.almanegracafe.mx) nació hace tres años y tiene sucursales en las colonias Narvarte y Roma. Ha estado presente en publicaciones de Reino Unido y Eslovaquia. Trabaja con varios productores de Colima, Guerrero y Estado de México.
Si no conoces mucho sobre las bebidas de especialidad, puedes solicitar la degustación “Culto al Café”. Primero debes elegir entre una opción fría o caliente; la primera, el cold brew, se prepara con un método por goteo lento, y la segunda implica un modo de extracción manual conocido como V60. Después prueba un Gibraltar (un espresso doble con una porción de leche) y, finalmente, un espresso.
Octavio Ruiz, cofundador de Almanegra, recomienda otra bebida: Cáscara Fizz. Se infusiona la piel del fruto del café, obteniendo sabor dulce, a tamarindo y manzana.
En la colonia Roma se encuentra Quentin
(quentin.mx), la primera barra en México que tuesta y prepara cafés de especialidad con orígenes internacionales. Trabaja de forma directa con los productores.
Aunque el menú cambia por temporada, regularmente ofrece dos cafés mexicanos (de Veracruz y Chiapas) y cuatro extranjeros (de países como Etiopía, Kenia y Ruanda).
El propósito es experimentar con sabores que no encuentras tan fácilmente, muy característicos de esas naciones, de acuerdo con Menachem Gancz, uno de los fundadores.
Entre las bebidas favoritas de los clientes, se encuentra una soda hecha a base de una infusión de la cáscara de café, acompañada con jengibre y limón.
México es el país que más cafés ha certificado ante el Coffee Quality Institute. Hay 66 catadores profesionales mexicanos reconocidos por la organización.