El Universal

Miles asisten en Mixquic al regreso de los difuntos

• Acompañan a sus familiares, a pesar de los daños por el 19-S • Vecinos abren sus puertas para mostrar sus ofrendas a la gente

- ALDO NICOLAI —Clínica de Periodismo

En medio de una nube de incienso, cientos de velas encendidas y ramos de cempasúchi­l, el pasado jueves se llevó a cabo la tradiciona­l Alumbrada o Noche de las Veladoras en San Andrés Mixquic, Tláhuac. No importó que algunas estructura­s, incluyendo la barda del cementerio, que fue apuntalada, sufrieran daños por el sismo del pasado 19 de septiembre.

Asistieron miles de visitantes nacionales e internacio­nales que llegaron al Panteón de la Iglesia de Mixquic para admirar las tumbas adornadas por los familiares de los difuntos, quienes se dieron cita desde temprano para decorar las lápidas con veladoras de plástico, incienso, flores de cempasúchi­l, ramos de rosas y claveles, así como panes de dulce tradiciona­les de la región.

“Es una tradición que se celebra desde hace mucho tiempo, tengo 56 años y desde que tengo memoria he venido a decorar la tumba en el panteón, pero mis padres y abuelos realizaban esto desde hace décadas”, comenta Juana.

Miles de personas circularon por los estrechos caminos del panteón, donde el acceso era lento debido al gran número de visitantes, los cuales debían esquivar las tumbas llenas de decoracion­es para tener la oportunida­d de acercarse a los familiares de los difuntos, quienes amablement­e respondía preguntas a los turistas y replicaban anécdotas. Cientos más realizaban una larga espera para poder subir al campanario del templo y exconvento de San Andrés Apóstol de Mixquic, espacio donde por una cantidad de dinero se puede acceder brevemente para tener una inolvidabl­e postal del evento y poder admirar las tumbas desde las alturas.

A las 20:00 horas resonaron las campanas de la iglesia y los miles de asistentes pudieron apreciar el máximo esplendor de la alumbrada, que representa la partida de los difuntos, los cuales regresarán de nuevo hasta el próximo año para visitar a sus familiares.

Ante la gran afluencia de personas de todas las edades, los familiares de los difuntos se encontraba­n rezando, platicando con amigos y con la gente, y velando las tumbas de sus seres queridos hasta la una de la mañana, hora del cierre del panteón y momento de la noche que marca el cierre del evento.

Los asistentes continuaro­n la velada en los distintos puestos de comida que se encontraba­n en las calles aledañas al cementerio, a pesar de que se encontraba­n a escasos metros de los daños producidos por el sismo del pasado 19 de septiembre en la barda exterior del panteón, la cual se encontraba apuntalada y rodeada de un cerco para evitar mayores daños en la estructura y accidentes con los asistentes.

A los alrededore­s, cientos de familias abrieron las puertas de su casa para mostrar ofrendas llenas de elementos como agua, sal, veladoras, incienso, flores de cempasúchi­l, rosas, claveles, calaveras de azúcar, platillos especiales y alcohol, así como el retrato del difunto, al cual se le rinde memoria.

La tradición de la Alumbrada o Noche de las Veladoras realizada en el Panteón de San Andrés Mixquic, Tláhuac, es un evento que se lleva a cabo desde hace cientos de años en esta población limítrofe de la capital mexicana. Se realiza todos los años para preservar la riqueza cultural e identidad que distingue a esta comunidad, atrayendo a miles de turistas de todas partes del mundo, según los lugareños.

“Tengo 56 años y desde que tengo memoria he venido a decorar la tumba en el panteón” JUANA Asistente a la tradiciona­l Alumbrada, en San Andrés Mixquic

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Miles de personas circularon por los estrechos caminos del panteón, donde el acceso era lento debido al gran número de visitantes.

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