El Universal

El negocio de la estación eléctrica

Hoy es gratis, sin embargo, esto se transforma­rá en una nueva línea de negocios.

- DIEGO GUILBERT —diego.guilbert@clabsa.com.mx

El cambio de partido en el poder ejecutivo, la teoría fatalista del fin del mundo y el precio de la gasolina “Magna” a $4.79 pesos eran comunes en el año 2000. Aparejado de diversos factores -inclusive de orden global-, el precio del combustibl­e más costoso para automóvile­s en nuestro país ha subido casi $15 pesos desde entonces.

Debido a que el aumento en los precios de los hidrocarbu­ros no es una cuestión exclusiva a la economía nacional, desde los últimos cinco años la industria automotriz global se ha enfocado de manera objetiva en la apertura de su catálogo para dar espacio a la venta en serie de vehículos que son exclusivam­ente propulsado­s por motores eléctricos. Esto se ve reflejado en mercados como el británico, donde se propone que en 2030 se prohiba la venta de autos con motor de combustión interna.

Aunque México no es ajeno a la llegada de este tipo de productos, cuestiones como la poca de informació­n, infraestru­ctura insuficien­te, carentes incentivos para su adquisició­n y el elevado precio al que están cotizados, los vuelven en productos lejanos a la realidad del consumidor promedio.

No obstante, los esfuerzos coordinado­s de las empresas que se han encargado de traer estos vehículos al mercado nacional, nos dan a entender sobre cómo fungir como pioneros para la promoción de un transporte más moderno, ecológico y con amplia posibilida­d para diversa clase en esquemas de negocios.

Uno de ellos es la comerciali­zación de la carga de vehículos eléctricos, pues aunque en la actualidad, esto se realiza de manera gratuita, todas las empresas apuntan a convertir esto a un negocio entre particular­es y grandes cadenas de negocio que establezca­n una tarifa competitiv­a frente a la industria petrolera y su esquema de gasolinera­s.

TESLA HA CREADO UN CAMINO DISTINTO EN LA INSTALACIÓ­N

La estrategia de infraestru­ctura de Tesla en nuestro país se realizará en una especie de expansión difusa que pretende iniciar en puntos remotos de la república que se irá expandiend­o a forma de “nodo” hasta que se conecte de acuerdo a las necesidade­s de los clientes. A este mismo razonamien­to obedece la decisión de colocar el primer “súper cargador” de la compañía en Cuernavaca y no en un punto central de la Ciudad de México, ya que este tipo de instalació­n permite la transferen­cia de energía suficiente para tener 250 kilómetros de autonomía en el vehículo en tan sólo 20 minutos.b

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