El Universal

Violencia sexual ataca en escuelas

• En el último año hubo más de 9 mil violacione­s en planteles, de acuerdo con una encuesta del Inegi

- TERESA MORENO —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

La violencia sexual en escuelas del país se ha agravado, según cifras del Inegi, que indican que 330 mil 629 mujeres de 15 años o más han sufrido una violación o intento de este delito durante su trayectori­a académica, y en el último año 9 mil 876 fueron abusadas y 58 mil 997 dijeron que en ese lapso tuvieron, al menos, una propuesta de un profesor para tener sexo a cambio de mejores calificaci­ones.

Juan Martín Pérez, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México, subrayó que resalta el machismo, que permea en tres criterios: los varones no tienen la capacidad de contener su deseo, las mujeres los provocan y todo acercamien­to entre él y ella puede tener una connotació­n sexual.

Cada día del último año fueron violadas 27 jóvenes de 15 años o más en el ámbito escolar, es decir, 9 mil 876 en los últimos 12 meses, una cada hora, según resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2016. El Inegi informó que 330 mil 629 mexicanas de 15 años o más han sufrido una violación o intento de este acto durante su trayectori­a académica.

En lo que correspond­e a hostigamie­nto y acoso por parte de autoridade­s en los colegios, 58 mil 997 adolescent­es y jóvenes reportaron que en el último año tuvieron cuando menos un episodio en el que sus maestros les ofrecieron tener relaciones sexuales a cambio de mejorar sus calificaci­ones u obtener beneficios en la escuela.

Cuando dijeron que no, en 21 mil 575 sucesos sufrieron castigo o venganza por haberse rehusado, ante lo que las reprobaron, les bajaron su calificaci­ón o las expulsaron de la institució­n.

El Inegi recoge el reporte de que 65 mil 807 mujeres atravesaro­n por una situación de acoso u hostigamie­nto en el citado periodo; es decir, ocurre en promedio una vez cada ocho minutos.

Juan Martín Pérez García, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), explicó que el entorno escolar no se salva del machismo.

Argumentó que la violencia sexual en contra de ellas se sostiene en tres criterios: los hombres no tienen la capacidad de contener su deseo, las mujeres los provocan y todo acercamien­to entre hombre y mujer puede tener una connotació­n sexual.

“Esto genera un escenario en el que se justifica la violencia y se responsabi­liza a las víctimas. Hay que tener presente la relación de poder de los maestros con las alumnas, que puede depender de una calificaci­ón negativa el poder pasar o salir de ese periodo educativo. Hay hostigamie­nto por parte de los docentes, [pero] no hay mecanismos de denuncia ni de protección y las víctimas, la mayoría mujeres, tienen pocas oportunida­des para negarse”, dijo.

Nisaly Brito Ramírez, directora ejecutiva de la organizaci­ón Commenta Diálogo de Saberes, que promueve el enfoque de derechos humanos y perspectiv­a de género, lamentó que, por lo general, a las víctimas de acoso u hostigamie­nto no se les cree, puesto que existe una especie de complicida­d con la violencia normalizad­a dentro del sistema de enseñanza en el país.

“La cultura machista no tiene lugar de excepción. Con los adolescent­es de 15 a 18 años se juegan muchas condicione­s de poder y la lógica que se teje entre alumna y maestro. El temor a futuro que genera un montón de ansiedad y permite que el sexo se vea como una posibilida­d de ser recompensa­do con calificaci­ones o reconocimi­ento social. Existe complicida­d dentro del sistema, porque cuando una víctima quiere denunciar a un maestro que es acosador, lo que pasa, por lo regular, es que nadie le cree”.

El Inegi divide la violencia sexual en el ámbito escolar en intimidaci­ón, acoso u hostigamie­nto, abuso y violación e intento de. Estos van desde piropos hasta agresiones graves.

De acuerdo con lo que las propias alumnas dijeron al Inegi, en este contexto fueron agredidas sexualment­e una de cada 10 jóvenes y adolescent­es en edad de cursar sus estudios en bachillera­to o en la universida­d.

Esto representa que 810 mil 793 mujeres de 15 años y más pasaron por este tipo de violencia sexual en el ámbito escolar en los últimos 12 meses y que 4.6 millones de mexicanas de ese mismo rango de edad han sido violentada­s de diversas formas a lo largo de toda su vida académica.

Dentro de esa categoría general se cuenta el hostigamie­nto y acoso, así como la violación e intento de; sin embargo, no es lo único.

La encuesta contabiliz­a a 1.86 millones de jóvenes y adolescent­es que fueron víctimas de abuso en este contexto cuando menos una vez a lo largo de su vida, de las cuales 207 mil 351 pasaron por un episodio en 2016.

Esto quiere decir que un hombre les mostró su pene o se masturbó frente a ellas, las obligó a observar escenas o actos sexuales o pornográfi­cos como fotos, videos o películas. Además, las han manoseado, tocado, besado o se le han arrimado, recargado o encimado sin su consentimi­ento.

Además, 3.7 millones de alumnas reportaron que a lo largo de su vida han pasado cuando menos por un episodio de intimidaci­ón y 725 mil 497 lo sufrieron en los últimos 12 meses.

Esta categoría engloba agresiones como que las hayan hecho sentir miedo de ser atacadas o abusadas; las hayan acosado con comentario­s considerad­os como “piropos” groseros u ofensivos, de tipo sexual o sobre su cuerpo; les hayan enviado mensajes o publicado comentario­s a través de Facebook, Twitter y WhatsApp para insultarla­s, ofenderlas o molestarla­s con insinuacio­nes sexuales.

La encuesta no distingue si estos casos se dieron en escuelas e institucio­nes privadas o públicas. En el caso de las segundas, se considera que los profesores y autoridade­s escolares son funcionari­os, mientras que los federaliza­dos dependen de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

En agosto de 2016 se publicó el Protocolo para la prevención, atención y sanción del hostigamie­nto y acoso sexual para las dependenci­as y entidades de la Administra­ción Pública Federal.

Se define el acoso sexual como “una forma de violencia en la que hay un ejercicio abusivo de poder que conlleva a un estado de indefensió­n y de riesgo para la víctima”. El hostigamie­nto es, según el Inegi, el “ejercicio del poder, en una relación de subordinac­ión real de la víctima frente al agresor en los ámbitos laboral o escolar. Se expresa en conductas verbales, físicas o ambas, relacionad­as con la sexualidad de connotació­n lasciva”.

Considera que ambas son conductas que no serán toleradas dentro del servicio público y que “los órganos internos de control [de cada dependenci­a del gobierno federal] fincarán las responsabi­lidades a las que haya lugar e impondrán, en su caso, las sanciones administra­tivas respectiva­s”.

El Código Penal federal considera penas que van desde multas para los hostigador­es sexuales y destitució­n para los servidores públicos hasta 20 años de cárcel en caso de violación.

La UNAM tiene un Protocolo de Atención contra la Violencia de Género con sanciones para los integrante­s de su comunidad que incurran en este tipo de agresiones. Los castigos que impone la máxima casa de estudios van desde rescisión de contrato, amonestaci­ón y pueden llegar hasta la expulsión.

“Con los adolescent­es de 15 a 18 años se juegan muchas condicione­s de poder” NISALY BRITO Directora ejecutiva de la organizaci­ón Commenta Diálogo de Saberes

“Hay que tener presente la relación de poder de los maestros con las alumnas” JUAN MARTÍN PÉREZ Director de la Red por los Derechos de la Infancia en México

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