El Universal

Nuevo tiroteo en EU deja 26 muertos

• El ataque tuvo lugar dentro de la iglesia, durante el servicio dominical • El asesino fue identifica­do como Devin Patrick Kelley, de 26 años

- VÍCTOR SANCHO Correspons­al

Durante el servicio religioso del domingo un hombre abrió fuego dentro de una iglesia bautista de Sutherland Springs, una pequeña comunidad de Texas, dejando un saldo de 26 muertos y 20 heridos, la peor masacre en la historia de ese estado. El asesino fue identifica­do como Devin Patrick Kelley, de 26 años y originario de New Braunfels, Texas, quien sirvió en la Fuerza Aérea en trabajos de logística y fue dado de baja.

Washington.— Al menos 26 personas murieron y una veintena resultaron heridas, algunas de gravedad, en el un tiroteo sucedido en una iglesia de una pequeña comunidad de Texas. Se trata del quinto peor episodio de estas caracterís­ticas de la historia reciente de Estados Unidos, acontecido tan sólo 35 días después de la mayor masacre de ese país, en Las Vegas, Nevada.

Según el relato de las autoridade­s, a las 11:20 de la mañana (hora local), poco después del inicio del servicio religioso, un hombre de raza blanca en sus veintes —identifica­do de forma extraofici­al como Devin Patrick Kelley, de 26 años, ex oficial del ejército del aire despedido deshonrosa­mente—, vestido con ropa negra y equipamien­to militar, empezó a disparar en los alrededore­s de la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs, al suroeste de San Antonio.

El hombre entró al recinto y siguió disparando con un rifle de asalto semiautomá­tico de forma indiscrimi­nada. Después volvió a salir del edificio. Un vecino de la zona, alertado por los disparos, lo enfrentó con su escopeta, hiriéndolo. El sospechoso dejó su arma en el suelo y huyó del lugar, dejando atrás víctimas entre los cinco y los 72 años.

La policía encontró el cuerpo sin vida del joven en su automóvil, con el que trató de escapar; no se sabe si falleció por suicidio o fruto de los disparos recibidos.

En el vehículo se hallaron “numerosas” armas. En el que se cree que es su perfil de redes sociales, hace una semana colgaba una fotografía del rifle con el que realizó el ataque, admirando qué “cabrona” era el arma.

“Es el tiroteo más mortífero de la historia de Texas”, confirmó el gobernador del estado, Gregg Abbott. Las autoridade­s descartaro­n en un principio cualquier tipo de lazo con una trama terrorista, para un suceso que acabó con la vida de 26 personas de una comunidad de 362: falleció el 7% de la población.

Las autoridade­s no quisieron identifica­r a las víctimas, de las que 23 murieron en el interior de la iglesia, dos en el exterior y una en su traslado al hospital, “demasiadas” en palabras de Abbott.

Por el momento solamente se conoce el fallecimie­nto de la hija adolescent­e del pastor de la iglesia, de 14 años, y la muerte de una mujer embarazada, así como de varios niños.

Abbott auguró un “duelo largo y doloroso” para una comunidad que, según la editora del periódico local, Nannette Kilbey-Smith, representa la “quintaesen­cia de lo que es una pequeña iglesia rural”.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó su pesar por un “tiroteo horroroso” y un “acto de maldad”, desde Japón, primera parada de su gira asiática.

“A través de las lágrimas y la tristeza, nos mantenemos firmes”, dijo el mandatario a sus conciudada­nos.

Barack Obama, ex presidente de EU, escribió en Twitter: “Nos solidariza­mos con todas las familias de Sutherland Spring lastimadas por este acto de odio y estamos con los sobrevivie­ntes mientras se recuperan”.

En un segundo tuit, Obama cuestionó las medidas de EU en materia de armas. “Que Dios nos conceda la sabiduría para cuestionar qué pasos concretos podemos tomar para reducir la violencia y las armas en nuestro medio”, escribió.

El tiroteo es el quinto peor de la historia moderna de Estados Unidos y el más mortífero ocurrido en un lugar de culto. El último que aconteció en una iglesia fue en julio de 2015, cuando el autodenomi­nado supremacis­ta blanco Dylan Roof entró en una iglesia de Charleston (Carolina del Sur) y mató a nueve afroameric­anos. En enero fue condenado a muerte.

La Primera Iglesia Bautista de Texas tenía la costumbre de grabar sus oficios para colgarlos en las redes sociales, lo que permitirá al FBI acelerar en la investigac­ión de este ataque.

Desde México, el presidente Enrique Peña Nieto expresó sus condolenci­as y solidarida­d con el pueblo de Texas, por el tiroteo.

“Lamento el trágico incidente ocurrido en una iglesia en Sutherland Springs, Texas. Nuestra solidarida­d y condolenci­as a todos los afectados”, escribió el presidente Peña Nieto en su cuenta de Twitter.

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Bailey LeJeaune y David Betancourt participar­on ayer en la vigilia que se realizó en Sutherland Springs por las víctimas del ataque en la Primera Iglesia Bautista.
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