Escucharlas para prevenir feminicidios
Los tocamientos, las miradas intimidatorias, el acoso sexual y la violación son algunas de las agresiones que las niñas y mujeres enfrentan a lo largo de su vida escolar.
Este método es ocupado como chantaje por maestros —e incluso maestras— amenazando a alumnas de cumplir con sus aberraciones para no ser reprobadas, a fin de que suban su calificación o para que no sean sancionadas por acciones que no cometieron y de las que podrían ser falsamente acusadas.
Las mujeres, sobre todo las menores de edad, se vuelven vulnerables pues, por una misma cuestión de género, les es importante “ser niñas buenas”, tener buenas calificaciones y no causar problemas a sus padres y madres.
A lo largo de la historia, niñas y niños son violentados por quienes ostentan el poder y, abusando de él, lo usan para cometer delitos.
De acuerdo con el artículo 10 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia, el maltrato de los docentes “se ejerce por las personas que tienen un vínculo laboral, docente o análogo con la víctima, independientemente de la relación jerárquica, consistente en un acto o una omisión en abuso de poder que daña la autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad de la víctima, e impide su desarrollo y atenta contra la igual-