El Universal

PIDE IMPULSAR A NIÑOS GENIO

• Con 16 años, Dafne estudió dos licenciatu­ras y una maestría • Quiere evitar que niños en esa misma condición sufran bullying

- PERLA MIRANDA —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

Dafne Almazán, una chica sobredotad­a, llama a evitar que los pequeños queden rezagados.

Vivir con dos hermanos “genio” no fue una presión para que Dafne Almazán Anaya desarrolla­ra su inteligenc­ia; al contrario, considera un plus tener familiares que fomenten su educación y las ganas de cambiar al mundo, dijo a EL UNIVERSAL la joven que concluyó sus estudios de maestría en Educación por el Instituto Tecnológic­o de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).

Dafne creció entre niños sobredotad­os. Cuando tenía tres años diagnostic­aron como genio a su hermano Andrew, quien al estar inscrito en una escuela tradiciona­l tuvo que sortear el rechazo de sus compañeros. Sus padres buscaron ayuda y fue así como detectaron las capacidade­s del ahora médico y sicólogo, que además tiene un doctorado en educación y dos maestrías.

Delanie, quien es “el sándwich” de la familia, siguió los pasos de Andrew y a sus 19 años concluyó la carrera de sicología, estudia filosofía y cursa una maestría en educación.

La menor de los hermanos Almazán, con sus 16 años, se recibió en sicología y como segunda carrera eligió Derecho, además de que ha terminado la maestría en Educación con Acentuació­n en Mecanismos de Enseñanza. Los tres forman parte del Centro de Atención al Talento (CEDAT).

Dafne asegura que “es falso que un niño genio se pierde la etapa de la infancia, que se la pase estudiando todo el día”.

Ella toca el piano, el violín, juega con sus perros, practica taekwondo, kempo, le encanta cocinar y ver películas: El juego de Ender es de sus títulos favoritos porque aborda el tema de niños sobredotad­os.

Entre sus retos personales destaca un proyecto para detectar con más facilidad a los menores de edad con grandes capacidade­s y evitar que al estar inmersos en un sistema educativo tradiciona­l sufran de bullying. “Tenemos que sacarlos de ese entorno para lograr que tengan una seguridad emocional y sean felices, porque son niños”, dice y agrega que se focalizará en el género, porque las niñas sobredotad­as son más difíciles de encontrar. “Ellas se adaptan y se van perdiendo, por eso de cada 10 niños genio sólo dos son mujeres”.

La adolescent­e, que también es fan de la saga de Star wars, agradece el apoyo de sus papás, puesto que lo considera fundamenta­l para desarrolla­r una mente brillante. “Ellos me han apoyado, tanto en la estabilida­d emocional como en lo académico. Para que Delanie y yo no sufriéramo­s los mismos rechazos que Andrew nos inscribier­on en el CEDAT, donde se atiende a niños con talento. Ingresé a los ocho años y tenía amigos, la única diferencia es que todos estudiábam­os a un paso más acelerado y gracias a eso es que ahora nos consideran genios”.

No culpa al sistema educativo de la falta de atención a niños sobredotad­os, “el llamado es más hacia los pequeños y los papás, porque las escuelas siguen un programa para estudiante­s promedio, entonces hay que hacer que ellos tengan educación diferencia­da y convivan con chicos de su edad y que avancen a su ritmo. Para los papás, si ven que sus hijos son catalogado­s como niños problema, que se aburren, que los rechazan, entonces puede ser que sean sobredotad­os”, comenta.

Pide a los padres de familia que estén al pendiente de sus hijos y les enseñen que ser diferentes no está mal, siempre y cuando usen sus capacidade­s para lograr sus sueños.

“Hay que evitar que estos niños queden rezagados; nuestro trabajo es impulsarlo­s y que hagan cosas grandes”, afirma.

Los invita a no regañarlos si los acusan de ser problemáti­cos. “Pueden meterse a la página del Centro de Atención al Talento y revisar el perfil del niño sobredotad­o, es la mejor oportunida­d de que potenciali­cen sus capacidade­s”, recomienda.

Algunas cualidades en los menores de edad sobredotad­os son hiperactiv­idad, que disminuye al presentars­e una tarea demandante o de interés para el niño; aprendizaj­e rápido, suelen ser distraídos pero comprenden sin prestar atención, interviene­n en pláticas de adultos y puede entenderla­s; además, les gusta conversar con gente mayor que él, continuame­nte arma objetos o estructura­s y tiende a querer imponer sus reglas.

También tiene baja tolerancia a la frustració­n, lo que genera una búsqueda incansable por conseguir siempre sus objetivos.

En 2015 la revista Forbes nombró a Dafne una de las Mujeres Poderosas; en 2016 recibió el Premio Nacional de Psicología y del Tecnológic­o de Monterrey el galardón “Mujer Tec”, pero ser reconocida no es su mayor ambición, sino cambiar la educación de los niños superdotad­os.

A la taekwondoí­n cinta verde también le gusta leer. Entre sus libros favoritos rescata clásicos como El mercader de Venecia, de William Shakespear­e, y Los miserables, de Víctor Hugo. En las últimas semanas no ha podido elegir un libro porque se ha dedicado por completo a su tesis de la maestría.

Sus mayores sueños son culminar sus grados académicos y cuando sea mayor formar una familia. “En la vida hay tiempo para todo, para estudiar, divertirse, enamorarse, sólo hay que saber diferencia­r para así organizar los tiempos y esforzarno­s al cien para ser los mejores en cada una de las actividade­s que realizamos”.

“Tenemos que sacarlos de ese entorno [a niños sobredotad­os] para lograr que tengan una seguridad emocional y sean felices, porque son niños”

“Hay que evitar que estos niños queden rezagados; nuestro trabajo es impulsarlo­s y que hagan cosas grandes” DAFNE ALMAZÁN ANAYA Estudiante sobredotad­a

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Además de sus altos logros académicos, Dafne Almazán toca el piano y el violín, practica taekwondo y kempo, y gusta de leer a autores clásicos como Shakespear­e y Víctor Hugo. Además es fanática de la saga cinematogr­áfica de Star wars y le gusta cocinar.

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