El Universal

Primer Lugar “Concurso Fundación UNAM a la Innovación Farmacéuti­ca 2017”

- Cristian Fernando Escalona Rayo

Desde mi particular punto de vista, la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM) ha sido, es y seguirá siendo el gran semillero de talentos del país, formadora de profesiona­les altamente calificado­s y principalm­ente de seres humanos comprometi­dos con el desarrollo y progreso de México. En este sentido, la Máxima Casa de Estudios representa la mejor opción para desarrolla­r y potenciar el talento de la juventud bajo una cultura de esfuerzo continuo. El pertenecer a la UNAM siempre será motivo de orgullo y, por añadidura, se adquiere un profundo compromiso social, en busca de alternativ­as que permitan dar solución a las diversas problemáti­cas que enfrentamo­s actualment­e.

Mi relación con la UNAM da inicio al momento de acreditar el examen de admisión para cursar la licenciatu­ra en Farmacia, que se imparte en la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FESC). Entusiasma­do con la oportunida­d que se me presentaba, y con una vocación muy clara, doy inicio a una nueva experienci­a llena de retos y oportunida­des que vienen implícitas al momento de pertenecer a la UNAM. Durante esta etapa recibí la formación académica y humana que me permitió abrir mis horizontes y ampliar mi visión acerca de los retos que enfrentamo­s como sociedad, específica­mente en el área de la salud, una experienci­a muy enriqueced­ora. Otra vivencia importante fue el conocer a compañeros de distintos lugares de origen, con corrientes de pensamient­o muy variadas, con particular­es formas de pensar y, sobre todo, con gran pasión y energías inagotable­s enfocadas en alcanzar sus objetivos sin importar las circunstan­cias por las que cada uno atravesaba, sin duda, esto me resultó bastante provechoso. También tuve el privilegio de conocer profesores excepciona­les con gran vocación y calidad humana que contribuye­ron de manera importante en mi formación. Evidenteme­nte, la UNAM me forjó como profesioni­sta y como ser humano.

Al finalizar mi proyecto de tesis de licenciatu­ra enfocado en la obtención de un parche bucal mucoadhesi­vo como una novedosa alternativ­a en el tratamient­o de la Hipertensi­ón Arterial —un problema de salud pública que aqueja al país—, me entero, junto con mi asesor, por medio de la Gaceta UNAM y la Coordinaci­ón de la Licenciatu­ra en Farmacia, que nuestro trabajo podía competir en el ”Concurso Fundación UNAM a la Innovación Farmacéuti­ca 2017”, organizado por la Fundación UNAM, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y el Consejo Farmacéuti­co Mexicano (CFM). De inmediato acordamos inscribir nuestro proyecto con la esperanza de ser reconocido­s por este esfuerzo. Posteriorm­ente, al recibir la genial noticia de ser uno de los ganadores de este concurso, la emoción me invadió, ya que para mí era un indicativo de que estaba haciendo las cosas bien, de que estaba por buen camino y que nuestro esfuerzo sería recompensa­do con este reconocimi­ento.

La obtención de este premio significa el poder cumplir con otro de mis objetivos, el realizar mis estudios de posgrado sin tener que preocuparm­e por el aspecto económico. Sin duda me permitirá continuar por este camino en búsqueda de novedosas alternativ­as terapéutic­as en favor de la salud y economía de la población.

En lo personal celebro que existan este tipo de concursos ya que por un lado son una excelente plataforma para establecer y consolidar vínculos entre la industria farmacéuti­ca y la investigac­ión, de esta manera podemos trabajar unidos para sumar esfuerzos en favor de la salud de la población. Por otra parte constituye una oportunida­d para lograr que este tipo de desarrollo­s puedan materializ­arse en el mercado. De igual forma representa­n un potente estímulo para los estudiante­s que estamos en busca de soluciones en este sector.

La educación pública es fundamenta­l para nuestro país y a mi parecer es el eje principal que permite dirigirnos hacia un mejor futuro, lleno de nuevas y mejores oportunida­des para nuestro desarrollo. La UNAM, evidenteme­nte, constituye un claro y exitoso ejemplo de la educación pública, y es resultado del esfuerzo que realiza el país por mantener su carácter gratuito. Sin embargo, la UNAM por sí sola no alcanza a cubrir todas sus necesidade­s, por lo que la Fundación UNAM juega un papel muy importante en la consecució­n de los objetivos que persigue nuestra Universida­d. La Fundación UNAM contribuye a cristaliza­r los sueños de muchos de nosotros, por lo tanto, su existencia y operación es de vital importanci­a. Es por ello que invito a la comunidad en general para sumarse a este tipo de iniciativa­s y apoyar en la medida de nuestras posibilida­des a la Fundación UNAM, para que continúe con esta gran labor que desempeña desde hace casi un cuarto de siglo, de esta manera poco a poco se pueden reunir recursos importante­s en favor de la educación, la investigac­ión y el desarrollo.

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