MB&F es el epítome de la marca millennial
• Producirá 235 piezas y venderá 16.8 millones de francos suizos este año • Esta generación cree que el estatus es una idea absurda, dice Büsser
Dubái.— Max Büsser creó MB&F en 2005 como un laboratorio de conceptos artísticos para desarrollar piezas relojeras radicales.
Respetando la tradición, pero nunca limitado por ella, la firma reinterpreta desde entonces la relojería tradicional en esculturas cinéticas tridimensionales.
Una visión muy arriesgada en una industria conservadora. En 2013, la marca alcanzó el punto de crecimiento que Büsser considera ideal: 15 millones de francos suizos con 15 empleados y una producción de unas 300 piezas anuales.
Este año llegarán a 16.8 millones con 235 piezas producidas. Con 20% menos producción que en 2016, lograron las mismas ganancias.
Para él, estos números son el balance perfecto para mantener la forma de vida que desea: residir en Dubái y seguir construyendo sus máquinas revolucionarias.
Una fórmula de éxito que es resultado de un modelo de negocio que es la felicidad: “Yo no hago siempre lo que se espera porque lo que se espera es que haga dinero y que crezca, pero eso no es mi punto. Mi punto es ser feliz”, aclara en entrevista con Tiempo de Relojes durante la Dubai Watch Week.
Büsser es un rara avis en una industria tradicional que se ha posicionado con artilugios mecánicos horarios que incitan a la experiencia más que a la necesidad de saber la hora.
El precio retail promedio de sus piezas supera 100 mil dólares y en su estrategia de distribución ha disminuido minoristas de 41 a 27. Además, para que sus relojes no queden en el mercado paralelo, MB&F compra el inventario de quienes ya no venderán sus creaciones.
En su portafolio de colecciones, Horological Machine representa 70% de sus ingresos y Legacy Machine 30%. Reconoce que “el retorno de inversión no es grande, pero nos permite invertir en uno o dos mecanismos nuevos al año, tener dos ingenieros de R&D de tiempo completo y empezar a manufacturar muchas cosas in-house”.
Büsser señala a los millennials como una de las variables claves en el presente y futuro de la industria relojera. “Al hombre millennial no le interesa el estatus, sino las experiencias. Pero las marcas siguen enfocadas en el estatus. Todo está cambiando, pero la industria relojera no”, declara.
Esta reflexión da paso a una certeza que vaticina el éxito de MB&F entre estos consumidores: “Creo que somos el epítome de la marca millennial. Lo que veo cuando hablo con hombres en Europa o EU de 20, 25 o 15 años, es que ellos no compran relojes para tener estatus. Creen que el estatus es una idea absurda. Y si hay una marca que no es de estatus, es la mía”.
Büsser afirma que esta generación “busca el porqué y no el qué”. Esto es más importante que el producto, sostiene convencido.
Está claro que los nuevos tiempos obligan a nuevas actitudes de negocio. “En el actual modelo de empresa de la relojería, todo se reduce a [Charles] Darwin. Si no evolucionas, te mueres. Si no aportas un valor, te mueres. Si no hay algo por lo que estés en esta cadena, desapareces”.
¿Hasta dónde crecerá este laboratorio de conceptos artísticos y relojeros de MB&F? “Estamos en ese punto en el que sabemos que si crecemos tenemos un riesgo de traer incompetencia, de atrasar el proceso, de tener políticas internas y de que yo no pueda vivir en Dubái”, asegura Büsser. Pero como todo en la mente y la trayectoria de este empresario rebelde puede tomar un camino inesperado. Por el momento, anda enfrascado en el lanzamiento de una nueva marca alternativa a MB&F. Entonces, comenzará otra nueva historia.
“En el actual modelo de empresa de la relojería, todo se reduce a [Charles] Darwin. Si no evolucionas, te mueres. Si no aportas un valor, te mueres” MAXIMILIAN BÜSSER Fundador de MB&F