Arrancan audiencias para reformar la Ley del Libro y la Lectura
Más allá del precio único y de que sí ayudaría mucho ampliar su periodo de vigencia, ayer un grupo de editores, libreros y expertos en el universo del libro fueron convocados por la Comisión de Cultura en el Senado, que encabeza Gerardo Sánchez, para externar sus argumentos sobre la necesidad de reformar la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro y atender varios temas urgentes, entre ellos el incremento de librerías y el fomento a la lectura.
La propuesta de la Comisión de Cultura es escuchar a los distintos actores de la cadena del libro para delinear el dictamen de una Iniciativa para reformar dicha ley que quieren tener lista en febrero de 2018. El dictamen lo harán con base en las siete iniciativas que entre 2015 y 2017 han llegado a esa Comisión. A esta lista se sumará una reciente iniciativa, presentada por un grupo de senadoras lideradas por Hilda Flores, turnada a la Comisión de Educación.
Los 14 ponentes que se dieron cita en la Audiencia Pública coincidieron en que ya es innecesario discutir el tema del precio único, y es más urgente establecer medidas para acabar con precios inflados, descuentos desleales de las grandes candenas y plataformas de comercio digital; incrementar la red de librerías y bibliotecas; y reforzar los mecanismos legales y fiscales para el fomento del libro, entre otros temas fundamentales del sector.
En la reunión participaron Marcelo Uribe, Marina Núñez Bespalova, Carlos Anaya Rosique, Rodrigo Pérez Porrúa, Gerardo Jaramillo, Jorge Von Ziegler, Edgar Rodríguez, Joaquín Diez-Canedo, Miguel Ángel Porrúa y Carlos Lara.
Alberto Ruy Sánchez cuestionó el Régimen de Precios Inflados que rige en México, una estrategia de aumentar hasta en 300% los precios para simular luego falsos descuentos de hasta 50%. “La Ley del Libro con su precio único no está en contra de los precios bajos ni contra de los descuentos, sino en contra de los descuentos inflados por la inercia viciosa de la industria”.
Llamó a dejar de perder el tiempo discutiendo iniciativas que son nuevas trabas y emplearlo es discutir las estrategias para convertir a México en la economía editorial más grande del mundo de habla hispana.
Por su parte, Miguel Ángel Porrúa exigió a los editores no ser incongruentes; dijo que ellos mismos son los que violan el precio único, pues dan precios más bajos a las grandes cadenas de librerías y precios altos a los pequeños espacios.
Otro llamado fue a tener un precio único para libros impresos y libros electrónicos. Marina Núñez Bespalova, directora de Publicaciones de la Secretaría de Cultura, dijo que estar en contra de las plataformas electrónicas sería una necedad, pero cuestionó a Amazon. “Todas, sin excepción, deben acatar la normatividad del país en el que se establecen porque comienzan a formar parte del mercado editorial nacional”.
Edgar Rodríguez, de la Asociación de Internet.mx, aseguró que poner precio único permanente a los libros electrónicos tendría efectos negativos para los lectores; mientras que Carlos Anaya Rosique, presidente de la Caniem, reiteró la urgencia de incentivar la creación librerías con mejores condiciones fiscales. “No es con una política de descuentos como se incentiva la lectura y el comercio del libro, se requieren políticas públicas que incentiven la lectura, bibliodiversidad y puntos de comercialización”.
“Todas (las empresas que comercializan libro electrónico), sin excepción, deben acatar la normatividad del país en el que se establecen” MARINA NÚÑEZ BESPALOVA Directora de Publicaciones