Expertos advierten sobre depresión por época navideña
• Falta de luz causa alteraciones que llevan al suicidio, dicen • Ante cualquier síntoma, piden acudir con un especialista
Cansancio, apatía, desgano, pérdida de vitalidad, irritabilidad extrema, pensamientos negativos y de derrota son síntomas de depresión estacional o navideña, explicó Rossana Castañeda Mendoza, adscrita al Hospital de Psiquiatría con Unidad de Medicina Familiar Número 10, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Ante estos síntomas, se aconsejó a la población acudir a consulta para evitar acciones que lleven al suicidio, dado que en temporada decembrina la tasa aumenta.
Según un estudio realizado por el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRFM) en 2010 al menos 4 millones 480 mil mexicanos padecieron este tipo de depresión.
El padecimiento no afecta sólo a enfermos siquiátricos, sino que se puede presentar en cualquier persona en temporada invernal, debido a los cambios de luz que interfieren en la emisión de sustancias que regulan el estado de ánimo y del sueño.
La gente también puede presentar pérdida de interés por actividades propias de las festividades como escuchar villancicos o las decoraciones navideñas, ingesta excesiva de alimentos aunque no se tenga apetito, dificultad para mantenerse despierto y retraso sicomotor en la velocidad y movimiento del cuerpo.
Los síntomas de la depresión navideña son similares a los de cualquier otro tipo de episodio depresivo; sin embargo, tiene la característica de un patrón estacional que aparece cuando disminuye la luz diurna, lo que en invierno suele ocurrir en horas tempranas de la tarde.
Castañeda Mendoza señaló que los días alrededor de la Navidad y Año Nuevo son en los que más se experimenta depresión, considerada un trastorno del estado de ánimo grave, causa de sufrimiento mental y que no debe ser ignorada como un estado pasajero, pues debe ser tratada por especialistas .
El experto aconsejó en estas fechas buscar momentos de compañía con los seres queridos y disfrutarlos; contribuir en la organización de las reuniones de fin de año; dedicarse tiempo para sí mismo y consentirse; mantenerse activo, ya que un paseo al aire libre puede ayudar a mejorar el estado de ánimo; analizar los pensamientos negativos o fantasiosos y cambiarlos por otros más realistas, por ejemplo, cuando se sufre por alguien que ya no está.
Advirtió que si a pesar de poner esto en práctica persiste el estado depresivo, es imprescindible consultar a un especialista. Si la persona afectada no tiene la voluntad de acudir, es recomendable que los familiares estén atentos a los síntomas y cambios de ánimo para buscar ayuda de un experto, añadió.
En cuanto a los pacientes con algún trastorno siquiátrico, explicó, las fechas decembrinas son un reto, porque rompen con la rutina a la que están acostumbrados y los confrontan con el fin de un ciclo y el inicio de otro.
Los cambios pueden provocar fuerte estrés, por lo que se recomienda llevarlos con los médicos tratantes antes de las fechas festivas y en caso de ser necesario, ajustar la medicación o implementar conductas; se aconseja la práctica de ejercicio y actividades al aire libre, así como evitar el consumo de alcohol y de otras sustancias nocivas.
La depresión estacional es uno de los principales problemas de salud en México y con mayor incidencia en mujeres, aseguró Raymundo Calderón, director nacional de Psicología de la Universidad del Valle de México; dijo que también los hombres padecen esta afección, aunque les cuesta más trabajo hablar de sus problemas emocionales.
En Navidad la depresión se vincula hacía expectativas económicas o de convivencia familiar. “En la mayoría de los casos, las personas se ponen tristes, porque quisieran gastar dinero en obsequios para sus seres queridos y no les alcanza, además se preocupan por los gastos de ambas cenas y les frustra no seguir tradiciones de temporada”.
El experto detalló que la depresión es consecuencia de una dinámica social en la que individuos son influidos por comprar regalos, asistir a fiestas, comer compulsivamente o competir en las tiendas con otros compradores por objetos específicos, “esta dinámica, puede causar inestabilidad emocional”.
En los sectores socioeconómicos de mayor pobreza, la presencia de estos trastornos se vincula hacía la expectativa de reunirse con familia o amigos más que por recibir regalos, explicó.