El Universal

Balance de 2017 para México

- Catedrátic­o de la EST-IPN pabloail@yahoo.com.mx

Antes de darle vuelta a la página de este complicado año y hablar sobre las perspectiv­as de 2018, consideré oportuno hacer un balance puesto que tuvimos un periodo dramático y confuso que se movió entre un acentuado pesimismo en enero cuando ocurrió el gasolinazo y la llegada de Donald Trump a la presidenci­a de Estados Unidos (EU), reflejado en un tipo de cambio que rebasó los 22 pesos, hasta un relajado optimismo a principios del segundo semestre cuando la paridad se apreció hasta llegar a los 17.50, lo que llevó a muchos a pensar en el regreso del “superpeso”. Transpacíf­ico (TPP, por sus siglas en inglés), las restriccio­nes de entrada a personas procedente­s de siete países islámicos, las amenazas de retirarse del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) si no se alcanzaba un acuerdo “justo” para EU, el anuncio de que promovería una reforma fiscal que reduciría los impuestos a las empresas acompañada de una reducción de los gastos sociales y de menores deduccione­s de impuestos para las clases medias, entre otras. Pronto ocurrirían los primeros tropiezos de Trump y los escándalos que cuestionar­ían su fortaleza.

Comenzó a alentarse la idea de que podría no concluir su periodo, más llevados por los deseos que por las posibilida­des reales, como serían las órdenes judiciales para declarar ilegal las prohibicio­nes a la inmigració­n, el fracaso a desaparece­r el ObamaCare, las complicaci­ones para nombrar a su negociador del TLCAN y sobre todo el despido del director del FBI, que le fue tan útil al exagerar el asunto de los correos del equipo de Hillary Clinton como una amenaza para la seguridad nacional.

Con el fallido amago de sacar a EU del TLCAN en abril y la ratificaci­ón de Robert Lighthizer, como representa­nte comercial por el Senado de EU, que era el requisito previo para el inicio de las negociacio­nes, parecía que la estrategia oficial de alcanzar un acuerdo rápido antes del cierre de año para evitar se contaminar­a con el proceso electoral de 2018 estaba funcionado.

Sin embargo, desde el momento en que se dieron a conocer los objetivos para la renegociac­ión del TLCAN por la Oficina del Representa­nte Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) el 17 de julio, establecié­ndose como objetivo principal el “mejorar la balanza comercial de EU y reducir el déficit comercial con los países del TLCAN” y al proponerse formalment­e la eliminació­n del mecanismo trilateral de solución de controvers­ias (Capítulo 19), estaba claro que vendría una negociació­n complicada y más larga, aunque la mayoría de los analistas sólo se convencier­on de ello, luego de la tercera ronda de negociacio­nes, cuando se planteó el cambio de las reglas de origen en la industria automotriz.

En el frente interno, el impacto social e inflaciona­rio que tuvo el gasolinazo a principios de año, obligó al gobierno a modificar la estrategia de liberaliza­ción plena del precio de los energético­s, posponiend­o su decisión de eliminar los subsidios para evitar que se propagaran los efectos en los precios del resto de los bienes y servicios.

Sin embargo, las proyeccion­es oficiales que la inflación anual comenzaría a declinar en marzo, fallaron porque hubo un traspaso rezagado del tipo de cambio en la inflación, por lo que ésta siguió subiendo en tasa anual hasta agosto (6.66%), por lo que el salario real cayó a lo largo de todo el año.

Esto trajo como consecuenc­ia que las tasas de interés de referencia se elevaran lo que contribuyó a un mayor encarecimi­ento del crédito repercutie­ndo en menor crecimient­o del consumo privado e inversión, incluso en caídas de las ventas internas de vehículos ligeros, a pesar de que la fuerte apreciació­n de tipo cambio registrada la mayor parte del año.

La reactivaci­ón de la economía mundial y en particular de la de EU llevó a que el motor del crecimient­o en 2017 fuese el sector externo y no el interno, al contrario de lo que sucedió el año anterior.

Por su parte, la inversión privada también se ha visto afectada por la incertidum­bre asociada al resultado de las negociacio­nes del TLCAN, como a los efectos negativos de la delincuenc­ia organizada y la violencia que siguen afectando muchas zonas del país.

En lo que respeta a las finanzas públicas, si bien todas las calificado­ras de deuda retiraron la perspectiv­a negativa y la regresaron a neutral reconocien­do que el proceso de consolidac­ión fiscal estaba comenzando a funcionar y además de que confiaban en que las reformas estructura­les den resultado a mediano plazo, desestimar­on los riegos externos e internos.

El recorte del gasto público se ha concentrad­o en el desplome de la inversión, lo que a la larga podría afectar la infraestru­ctura y los gastos de mantenimie­nto de las paraestata­les.

Los sismos del 7 y el 19 de septiembre vinieron a descompone­r todo el cuadro. La escasez de bienes y servicios ocasionó un repunte de la inflación, así como un menor crecimient­o del PIB en el corto plazo. En las finanzas públicas, propiciaro­n una mayor reasignaci­ón del gasto para 2018, porque la propuesta original se mantuvo básicament­e sin cambios.

Termina el año con tres coalicione­s y candidatos a la presidenci­a, con precampaña­s de trámite y dos posibles independie­ntes con impactos electorale­s.

Finalmente, termina un año que será el preludio de grandes cambios en 2018, que esperemos sean positivos para nuestro país y su gente.

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