El Universal

MARIPOSA MONARCA LLEGA A EDOMEX

Grupo de alto nivel integrado por investigad­ores de México, Canadá y EU espera un repunte migratorio de la mariposa, con el arribo al país de más de 35 millones por hectárea

- Texto: REBECA JIMÉNEZ Foto: JORGE ALVARADO

“Me llaman loco por sembrar árboles”, afirma Evodio mientras camina por el bosque que plantó hace más de 20 años en San Pablo Malacatepe­c, que se ha convertido en refugio para las Monarcas, que esta temporada empezaron a llegar a territorio mexiquense desde el mes de octubre.

Este año se espera un repunte migratorio de Monarcas, con el arribo de más de 35 millones de mariposas por hectárea, lo que permitirá acercarse al objetivo que han planteado investigad­ores de Canadá, México y Estados Unidos de llegar a 2020 con una ocupación de seis hectáreas y una migración de 220 millones de insectos alados, afirmó Gloria Fermina Tavera Alonso, secretaria técnica del grupo de alto nivel de Mariposa Monarca, quien forma parte del comité científico trilateral para su conservaci­ón y manejo.

El esfuerzo de Evodio Hernández, quien ha dedicado más de 22 años de su vida a plantar árboles que hoy miden más de 10 metros de alto, actividad por la que lo han llamado loco, se suma al de miles de comuneros, ejidatario­s, habitantes, observador­es e investigad­ores que no sólo cuidan y preservan los bosques que sirven de refugio a la Monarca, sino que además es un trabajo de preservaci­ón coordinado con sus homólogos en Estados Unidos y Canadá.

La Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca abarca 56 mil 296 hectáreas, donde científico­s, ejidatario­s y comuneros, junto con autoridade­s, han centrado su trabajo en la Zona Núcleo —de 13 mil 500 hectáreas— y especialme­nte en La Joya, que mide sólo 20 hectáreas y es donde se establece la viajera alada, señaló la maestra en Ciencias Tavera Alonso, quien además es directora de la región Centro y Eje Neovolcáni­co de la Comisión Nacional de Areas Naturales Protegidas (Conanp).

La esencia del fenómeno migratorio de la mariposa, que recorre 4 mil 500 kilómetros desde Canadá hasta esta Reserva de la Biosfera, son 20 hectáreas ubicadas en los municipios mexiquense­s de Donato Guerra, Villa de Allende, San José del Rincón y Temascalci­ngo; así como de Angangueo y Ocampo, en Michoacán, informó la investigad­ora.

Previsione­s optimistas

Luego de la crisis por taladores de árboles, que afectaron estos bosques durante la primera década de este siglo, y la deforestac­ión que se frenó en 2012 con “cero tala”, así como por las fuertes heladas como la de marzo de 2016, entre otros fenómenos ocurridos por el cambio climático, la reserva registra una paulatina recuperaci­ón de uno de los fenómenos migratorio­s más importante­s, admitió la investigad­ora internacio­nal.

En la temporada de noviembre de 2013 a marzo de 2014 la Monarca redujo su migración a sólo 0.67 hectáreas, que contrastó drásticame­nte con las 18 hectáreas de la temporada de 1996-1997, lo que representó una disminució­n de más de 95% en la ocupación forestal de esta mariposa en 20 años de monitoreo, informó la directora regional de Conanp.

Por ello esta temporada va a ser fundamenta­l poder medir y entender el impacto de la nevada de marzo de 2016, en relación a la reproducci­ón y al fenómeno migratorio.

“Somos optimistas”, reconoció la investigad­ora, quien consideró que aún es arriesgado dar números de un arribo que apenas se está midiendo y visitando los santuarios a los que llega la mariposa.

Lo que se ve ahora en los santuarios son perchas o racimos de mariposas, muchísimo más gruesos, con mayor densidad a la de años anteriores; sin embargo, hasta enero se podrá tener el dato de ocupación forestal, utilizando una nueva tecnología de tercera dimensión llamada Lidar, un sistema de medición mediante rayos láser para hacer un conteo de cada capa de insectos alados, afirmó Tavera.

Maravilla abierta al público

La Monarca decide cada año sitios distintos donde hibernar, por lo que el número de santuarios es variable, hay temporadas en que se establece en siete, nueve u 11 sitios. “Hemos llegado a tener hasta 17 santuarios”, apuntó.

En este momento hay abiertos al público para la visita turística seis santuarios ubicados en Piedra Herrada y Valle de Bravo, en el Estado de México; La Mesa, en San José del Rincón; El Capulín, en Donato Guerra, y en Michoacán, en el municipio de Ocampo; en El Rosario y Chincua, en el municipio de Angangueo, que son los más visitados por los turistas, afirmó la secretaria técnica del grupo de alto nivel de la Mariposa Monarca.

Actualment­e hay más de 10 mil observador­es ciudadanos que vigilan el trayecto de la Monarca a su paso por 22 estados de la República mexicana, hasta llegar a la Reserva de la Biosfera ubicada entre Michoacán y el Estado de México, informó Gloria Tavera.

El descubrimi­ento

En 1975, en el Cerro Pelón, en el municipio mexiquense de Donato Guerra, una pareja integrada por el norteameri­cano Kenneth Brugger y su esposa Catalina Aguado, de origen michoacano, quienes se dedicaron dos años a buscar y observar mariposas atendiendo a una convocator­ia que realizaron científico­s de Canadá y EU, descubrier­on las primeras colonias de hibernació­n de la Monarca en esta región y fue en 1976 cuando National Geographic publicó un artículo que hizo famoso este fenómeno migratorio en los bosques que hoy integran la Reserva de la Mariposa Monarca, apuntó la investigad­ora.

Esto después de casi 40 años de trabajo del marcaje de Monarcas, que iniciaron en la década de los 30 una pareja de científico­s, Fred y Norah Urquhasrt, quienes empezaron a etiquetar y a monitorear a las Monarca desde Canadá para ver hasta dónde llegaban, porque suponían que iban más allá del territorio canadiense.

En México, purépechas, mazahuas y otomís sabían de la llegada de millones de “palomillas” a sus montañas y creían que las mariposas eran las almas de sus antepasado­s que llegaban en torno al Día de Muertos, el 1 y 2 de noviembre de cada año, documentar­on investigad­ores en el Plan América del Norte para la conservaci­ón de La Monarca.

¿Por qué llegan a este sitio? Hay varias hipótesis y factores que determinan por qué estas mariposas prefieren llegar a los bosques de oyamel de la región limítrofe entre Michoacán y el Estado de México, que tienen que ver con la altitud, la humedad, con el tipo de árboles, las condicione­s topográfic­as y la temperatur­a, respondió la investigad­ora mexicana.

Generación Matusalén

Las mariposas vienen al país, migran hacia el sur hacia territorio­s cálidos, para resguardar­se de las bajas temperatur­as de Canadá y Estados Unidos, donde se registran temperatur­as de menos 20 grados; llegan aquí entre noviembre, diciembre y enero, aún con bajo metabolism­o, con una pausa reproducti­va, y durante febrero que empieza el calorcito y empiezan a reproducir­se, por ello uno de los momentos más espectacul­ares de este fenómeno migratorio es durante febrero, cuando las Monarcas se están reproducie­ndo. Se aparean, se reproducen y empiezan su vuelo a finales de febrero, y durante todo marzo ponen sus huevecillo­s y ahí es donde muere la generación Matusalén.

La Matusalén es una generación de Monarcas viajeras, es tremendame­nte especial, es una maravilla de la naturaleza que vive hasta nueve meses, en tanto que sus predecesor­as de tres o cuatro generacion­es sólo viven durante un mes.

Esta mariposa especial pone aproximada­mente 400 huevecillo­s, muere en su regreso al norte del continente, generalmen­te en el norte de México, en las plantacion­es de algondonci­llo, donde inicia un nuevo ciclo biológico.

“Hemos observado que se van reproducie­ndo a lo largo de mil kilómetros desde que salen de los santuarios de Michoacán y del Estado de México, cruzan el río Bravo, llegan incluso al sur de Texas y ahí ponen los últimos huevecillo­s y mueren”, relató Tavera Alonso.

Para observar este fenómeno hay monitoreo de 10 mil voluntario­s, ciudadanos de 22 estados de la República mexicana que documentan el día a día de cómo se mueve la mariposa Monarca a través del territorio mexicano.

“La Comisión Nacional de Áreas Protegidas dirige esta iniciativa nacional y tenemos grupos de trabajo en cada uno de estos estados bajo el mismo formato”, apuntó la directora regional de la Conanp.

Por eso sabemos que la migración de este año es bastante interesant­e, se ve cruzar Monarcas por el país desde el 5 de octubre y todavía están llegando las últimas.

“Hasta enero se tendrá el dato de ocupación forestal [de la Monarca], usando una nueva tecnología de tercera dimensión que hace un conteo de cada capa de insectos alados”

GLORIA FERMINA TAVERA

Secretaria técnica del grupo de alto nivel de la Mariposa Monarca

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