MARCAN CON “Z” ÁREA PROTEGIDA DE TULUM
Denuncian que el sitio está abandonado desde hace 7 años Está dentro de la Zona de Monumentos Arqueológicos
Quintana Roo.— Autoridades de tres dependencias se echan la bolita sobre la responsabilidad del faro ubicado en la Zona de Monumentos Arqueológicos de Tulum, abandonado desde hace siete años, grafiteado y que sirve de refugio para quienes beben y consumen drogas.
Cancún.— Un antiguo faro, construido en la década de los años 40, a tan sólo 250 metros de distancia de la zona arqueológica de Tulum, deteriorado y convertido en un refugio de vándalos, retornará a manos de la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar).
El sitio, escondido entre la selva, dentro de los polígonos decretados como Área Natural Protegida, Parque Nacional Tulum (PNT) y Zona de Monumentos Arqueológicos Tulum-Tankah, se encuentra abandonado desde hace siete años y es centro de reunión de jóvenes que beben, consumen drogas y luce cada vez más deteriorado.
Dentro de la lista de coloridos grafitis que “adornan” el área, un peculiar símbolo se distingue desde la playa y ha provocado curiosidad entre algunos turistas: una “Z” en la parte superior de la torre y que comúnmente identifica a un grupo del narcotráfico. El faro, de 10 metros de altura, se encuentra arriba de una zona acantilada de 13 metros y difícil acceso, puesto que se asciende hacia el sitio por la playa entre filosas rocas y una angosta y antigua escalera de piedra rodeada de maleza.
Sin embargo, la complejidad para subir no ha impedido que jóvenes se refugien ahí para beber, consumir drogas, dormitar y hasta para usar el espacio como sanitario público.
Mantenimiento en el aire. Un decreto del presidente Enrique Peña Nieto que entró en vigor en junio de 2017 establece que el mantenimiento de los recintos portuarios, la operación del señalamiento marítimo, así como la regulación y vigilancia de la seguridad en la navegación corresponde a la Semar.
El faro pasó de la Semar a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en 1970. En 1994 su custodia fue de la Administración Portuaria Integral de Quintana Roo (Apiqroo) y por decreto presidencial debe regresar a cargo de la Marina.
Con base en ello, inició el proceso de transferencia del patrimonio de señales, de la Apiqroo a la dependencia federal, informó la directora general de la Administración Portuaria, Alicia Ricalde Magaña, quien explicó que el faro fue abandonado desde hace siete años y, desde 2015, le robaron las celdas solares y la lámpara. “Yo recibí la estructura muy deteriorada”, afirmó.
Recordó que este nuevo gobierno entró en 2016 y recibió un enorme desorden en todos los sentidos.
“Invertimos en el mantenimiento de puertos, que son sitios que son concurridos y que requieren de estar en óptimas condiciones. El faro de Tulum es casi inaccesible y no era en ese momento una prioridad; tampoco le asignamos presupuesto para el ejercicio 2018, porque pasará a manos de la Semar”, explicó.
Sobre el tema, Adriana Velázquez Morlet, delegada del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), aclaró que el faro está dentro de la Zona de Monumentos Arqueológicos, a unos 250 metros de distancia de la Muralla y a 500 de El Castillo.
Al no estar dentro del área núcleo del espacio de monumentos, su mantenimiento y cuidado no es facultad del instituto. En el mismo sentido, respondió el coordinador regional de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), Ricardo Gómez, quien señaló que la estructura está dentro del polígono de área natural protegida, pero no a su cargo.
Minimizan grafiti. Sobre la “Z” en el faro, las tres funcionarios, por separado, coincidieron en que se trata de una expresión vandálica, pero prácticamente inofensiva.
“Mi interpretación es que es un acto vandálico; usted vio el lugar: lleno de mugre y basura; cualquiera puede poner una letra, una ‘H’, una ‘A’”, consideró Velázquez Morlet.
“No sé, la verdad, pero cualquiera de los que van ahí pudo pintarlo; quizá vándalos, pero de eso a que sea guarida de narcos como que está medio fantasioso. Imagínate si van a querer estar ahí. Ellos tienen lugares más cómodos que ese y viven mejor que cualquiera”, dijo Ricalde Magaña.