DREAMERS, CON EL TIEMPO EN CONTRA
Cientos de miles de jóvenes viven con miedo e incertidumbre bajo el gobierno de Trump, y la aprobación de una ley que los proteja luce complicada
La incertidumbre define la situación de los jóvenes conocidos como dreamers. “Es terriblemente difícil de vivir la vida con este nivel de altas y bajas,” dice Adrian Reyna, director de campaña de United We Dream.
Nada ha sido arreglado y la urgencia de encontrar una solución es real. La actual situación se caracteriza por negros nubarrones que no pueden ser disipados ya que republicanos y demócratas en el Congreso no logran acuerdos para una iniciativa viable. Parecieran reeditarse otros tiempos, cuando el Congreso durante años, desde 2001, no logró la aprobación de una ley conocida como Dream Act el mismo año en ambas cámaras. Fue eso lo que dio lugar a que en 2012 el presidente Barack Obama firmara una orden ejecutiva conocida como DACA.
En septiembre el presidente Donald Trump puso fin al DACA, lo que implica que alrededor de podrían ser deportados 800 mil personas cuando venzan sus permisos (renovados cada dos años) para trabajar, estudiar y servir en el ejército, si el Congreso no aprueba una ley que sustituya al DACA que protege a los jóvenes que siendo niños llegaron a Estados Unidos y que les garantiza que no serán deportados. Se pretende una ley que otorgue permanencia a los beneficios y abra un camino digno a la ciudadanía.
La finalización del DACA tiene fecha fatal: el 5 de marzo de 2018. De acuerdo con el decreto de Trump, el 5 de octubre se terminó la posibilidad de renovar la pertenencia al DACA. ¿Las consecuencias? alrededor de 122 jóvenes han sido deportados cada mes. Si no hubiera una nueva ley, en lo inmediato, al menos mil serían deportados cada mes.
El jueves 11 Trump se reunió en la Oficina Oval con congresistas republicanos y demócratas para abordar el tema de la inmigración y en particular de cómo proteger a los dreamers. Apenas unas horas antes el juez William Alsup, de una corte de Distrito en San Francisco ordenó a la Administración Trump NO poner fin al DACA y proceder de inmediato a la renovación de la autorización a quienes así lo requieran o soliciten.
Son tiempos de vigilancia sobre las acciones de Trump, afirmó Marielena Hincapié, directora ejecutiva del Centro Nacional de Inmigración, que también demandó a la administración Trump por cancelar el DACA. Citada por el diario londinense The Guardian, Hincapié y otros abogados de inmigración han advertido que la situación legal para los pertenecientes al DACA está vigente.
Ahí en la Oficina Oval, Trump reiteró su política racista, una constante desde su campaña electoral. Con los medios fuera de la reunión, según trascendió, lanzó la pregunta a los legisladores de ¿por qué Estados Unidos debería aceptar migrantes de “shithole countries” (países de mierda) de África, El Salvador o Haití? ¿Para qué queremos haitianos aquí… o gente de África? Deberíamos tener gente de lugares como Noruega”. El presidente blanco acepta a los blancos. ¡Ofensa para los afroamericanos, los haitianos, los latinoamericanos… todos los no blancos! Trump es Trump y su política de inmigración se define por el racismo en EU en el siglo XXI.
Las reacciones internacionales no se hicieron esperar en el mundo entero. El día de Martin Luther King resonó en EU y en el mundo: condena e indignación desde la Unión Africana hasta la ONU.
El contexto racista en que se desenvuelve la política de Trump no puede ser ignorado. Unos días antes canceló la protección y permiso de residencia en EU a 200 mil salvadoreños que tenían un status de refugiados y que deberán regresar a su país, así como miles de haitianos. Catástrofes humanitarias a la vista...
Los “shithole countries” y el resto del mundo respondieron a Trump. Frank Lutz, encuestador eepublicano, twiteó que “43% de los inmigrantes del ‘shithole’ de países africanos tienen un bachelor degree o más alto”, contra el 33% promedio de la población estadounidense. África, continente con 50 países, tiene premios Nobel en medicina, química, física, literatura y paz. Un premio que Trump nunca ganará, recordaron. Trump se defendió ante reporteros. “Yo no soy racista soy la persona menos racista que hayas entrevistado”. Se le conoce ya en el mundo entero por sus políticas racistas.
Ese es el marco ominoso en que se debate la situación de los dreamers. Trump agregó unos días después que es probable que no haya una salida para ellos en el Congreso.
Jung Woo Kim, que está más protegido que otros, ya que su permiso expira en 2019, se quejó, en declaraciones a The Guardian, de que los legisladores vean a los dreamers como una moneda de cambio. La situación de estos jóvenes está en la prensa en todo el mundo, se les ve con simpatía, pero sobre todo tienen un apoyo amplio y mayoritario dentro de EU, coinciden las encuestas. Se lo han ganado con trabajo, talento, decisión para salir adelante, presencia en las universidades, en las comunidades, a nivel local y estatal.
La senadora Diane Feinstein de California llamó la atención del presidente y consideró que en materia migratoria hay que aprobar primero una legislación para los dreamers y otros asuntos debían ser parte de otro debate. Trump afirmó que estaba de acuerdo. Luego retrocedió y dijo lo contrario, apoyando a quienes consideran que cuestiones como las residencias para reunificación familiar y las que se asignan por sorteo (lotería), la seguridad en la frontera debían formar parte de la nueva ley migratoria, sin duda regresiva y de tintes racistas contra minorías.
Trump dijo posteriormente que no habría protección a los dreamers y la confusión aumenta la incertidumbre de cientos de miles de jóvenes.
La aprobación de una ley que proteja a los dreamers es urgente, antes de que miles más sean susceptibles de deportación. EU avanza hacia una política inmigratoria racista, Trump ha dado ya los primeros pasos contra musulmanes, mexicanos, salvadoreños, haitianos, africanos y un largo etcétera.
“El contexto racista en que se desenvuelve la política de Trump no puede ser ignorado... canceló la protección a 200 mil salvadoreños... Catástrofes humanitarias a la vista...”