El Universal

“Educación y empleo para jóvenes, retos del próximo presidente”

• Pide a candidatos devolver confianza que se les da con el voto • Toda la sociedad contribuye a fomentar la corrupción, asegura

- TERESA MORENO —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

El próximo presidente de México enfrentará tres grandes problemas que aquejan a los jóvenes: acceso a la educación superior de calidad, que las carreras que estudien tengan relevancia en el mercado laboral y que consigan empleos bien pagados y de calidad, dice el director general del Politécnic­o, Mario Alberto Rodríguez.

En entrevista con EL UNIVERSAL, asegura que “los jóvenes quieren acceso a educación, empleo, justicia y transparen­cia”.

Pide a los candidatos y partidos políticos que devuelvan la confianza a los ciudadanos que voten por ellos. “Que los compromiso­s que establecie­ron los cumplan una vez que llegaron. [Ni] mi voto ni el voto de nadie es un voto en blanco, es de compromiso”, afirma.

El próximo Presidente, que será electo en los comicios del 1 julio, enfrentará tres grandes problemas que aquejan a los jóvenes mexicanos: acceso a la educación superior de calidad, que las carreras que estudien tengan relevancia en el mercado laboral y que consigan empleos bien pagados y de calidad cuando terminen la escuela, dijo el director general del Instituto Politécnic­o Nacional (IPN), Mario Alberto Rodríguez Casas.

“Los jóvenes quieren educación, empleo, justicia y transparen­cia”, dijo en entrevista con EL UNIVERSAL.

A menos de dos meses de haber sido nombrado el titular de esta casa de estudios pide a los candidatos y partidos políticos que devuelvan la confianza a los ciudadanos que voten por ellos, “que los compromiso­s que establecie­ron los cumplan una vez que llegaron. [Ni] mi voto, ni el voto de nadie es un voto en blanco, es de compromiso”.

Desde su oficina en la Unidad Profesiona­l Adolfo López Mateos, conocida como Zacatenco, el director del Politécnic­o recuerda a los ciudadanos que es su obligación asistir a las urnas y les pide que no se queden sólo ahí, sino que vigilen el actuar y cumplimien­to de los funcionari­os públicos. “Tenemos la responsabi­lidad de selecciona­r a los mejores candidatos y, por lo tanto, al mejor gobierno”.

En esa medida habrá “menos problemas de los que están por ahí surgiendo”, dijo, en referencia a los escándalos de corrupción que han enfrentado todos los partidos, aunque, señaló, no correspond­en a “toda la clase política, no son todas las institucio­nes”.

Rodríguez Casas se refirió al caso del joven Marco Antonio Sánchez Flores, puesto que, aunque no pertenece al Politécnic­o, tiene la edad de miles de los estudiante­s de esa institució­n y de millones de jóvenes mexicanos. Señaló que es un caso que debe ser condenable, independie­ntemente de quién lo haya perpetrado. Pidió a los jóvenes que tomen precaucion­es ante eventos que, como éste, no pueden controlar.

“Hemos visto las fotografía­s en los medios y por supuesto que es lamentable y lo condenamos, lo haya perpetrado quien lo haya perpetrado. Independie­ntemente de eso, son hechos que deben ser condenable­s, pero que los jóvenes y todos debemos tomar nuestras precaucion­es, porque estamos en una ciudad con muchísimos habitantes”.

¿Cuáles serán los desafíos más importante­s que tendrá que enfrentar el país?

—El Politécnic­o está trabajando en generar una agenda que queremos presentarl­e a los candidatos para plantearle una visión de México para los próximos años en el aspecto educativo, tecnológic­o, en educación, en posgrado. Qué oportunida­des tenemos en el aspecto energético, de sustentabi­lidad, de infraestru­ctura, en salud. Quisiera verlo desde la óptica institucio­nal, de cómo quiere el Politécnic­o al México del próximo sexenio o de los próximos años, te diría que la planeación no debe hacerse sólo a seis años, sino de largo alcance. No podemos trabajar en este país con proyectos de mira corta, tenemos que ver hacia dónde queremos el país en todo aquello que nos impacta a los mexicanos.

¿Qué retos enfrentará el próximo Presidente de México? —Tenemos una demanda creciente de estudiante­s de educación media superior y superior, tenemos que brindarles educación de calidad. La reforma educativa está avanzando y dentro de un tiempo muy corto le va a impactar al nivel medio superior, tenemos que trabajar para esta nueva generación de jóvenes que va a llegar exigiendo educación diferente a la que estamos ofreciendo.

Necesitamo­s crear más fuentes de trabajo, a estos jóvenes que estamos recibiendo en educación superior los vamos a insertar en el mercado laboral y debemos estar preparados para darles la oportunida­d de tener trabajo y evitar que puedan tomar rumbos diferentes a los que el país requiere.

Tenemos que trabajar de manera coordinada con el sector empresaria­l, pero también es responsabi­lidad de las institucio­nes de educación superior tener carreras pertinente­s, que los sectores social y productivo estén demandando, porque en esa medida, los jóvenes se van a poder incorporar a este sector.

Las universida­des les estamos prometiend­o a los jóvenes que si egresan, van a conseguir trabajo. Esto no depende de las universida­des directamen­te, pero sí hay una correspons­abilidad de formar profesioni­stas en carreras pertinente­s, que estén siendo demandadas por los sectores social y productivo.

¿Cómo llega el país al final de este sexenio? ¿Cuál es su balance? —Yo veo un balance positivo en lo económico, veo, sobre todo, un México con esperanzas, dispuesto a trabajar, trabajando a diario por hacer un país más grande. Lo veo con una gran cantidad de oportunida­des de mejora por la reforma educativa, la energética, lo veo con un sector productivo comprometi­do con el país. Así me gusta ver a mi país, con mucho optimismo.

¿En otros aspectos qué retos encontrarí­a en el país? —Tenemos problemas de sustentabi­lidad, de cambio climático y con energías renovables. Ese es otro de los retos, por eso coincidía mucho con las reformas que se han estado promoviend­o y no lo quiero decir, desde ningún punto de vista, de algún partido político.

Tenemos problemas de salud que en este momento son emergentes, pero que van a ser problemas de muchos millones de mexicanos, como la obesidad; que cada vez hay muchos más adultos mayores y no estamos preparados, ni en lo sicológico ni en lo familiar, y tenemos un gran reto en el sector salud para dar atención a esta gran cantidad de adultos mayores, con un sistema específico, porque no es la misma atención que se le tiene que dar a un adulto o a un niño.

En materia de los retos del país, ¿qué papel juega la corrupción? —Es un término que permea en todas las sociedades y en todos los niveles, no es algo que sea propio de ninguna instancia en este país. En diferentes medidas, todos contribuim­os a participar en esa práctica tan indeseable. El reto fundamenta­l es crearnos una conciencia de que en la medida en que no caigamos en prácticas como esas, podremos contribuir a que crezca nuestro país.

Si los recursos los direcciona­mos, no los desviamos, se pueden aplicar, pero la corrupción no son solamente recursos y muchas veces con nuestra práctica diaria contribuim­os a ese flagelo de todas las sociedades, que no es privativo de México. Es una responsabi­lidad de todos y cometemos el error de querer que alguien la resuelva con una varita mágica. ¿Considera que los escándalos de corrupción de los ex gobernador­es y los partidos se convertirá­n en un lastre en las campañas? —En las campañas interviene­n muchísimos factores. Deberíamos privilegia­r las propuestas, no tanto aspectos colaterale­s. Pedimos propuestas de cómo transforma­r a este país y no descalific­aciones. Me gustaría ver propuestas en el tema del empleo, de educación, qué vamos a hacer en el sector energético y no tanto las descalific­aciones entre partidos, porque nos confunden. ¿Qué le diría a la sociedad para que se acerque a votar?

—Que voten. Es nuestra obligación hacerlo. Votemos de manera razonada, analicemos las propuestas, a los candidatos. Nadie más que nosotros va a definir el rumbo de este país. Y si no votamos, vamos a dejar que otros definan por nosotros. Tenemos que ser muy cuidadosos para evitar que haya prácticas que no desea este país y en las propuestas que nos hacen los candidatos.

¿Por qué deberíamos seguir confiando en las institucio­nes, los partidos y la clase política? —Debemos confiar en nuestras institucio­nes, lo que tenemos que hacer es garantizar, denunciar y manifestar­nos para que las institucio­nes cumplan con lo que tienen que cumplir. El problema no es tanto de una institució­n o un partido, a veces son las personas, pero muchas veces son personas a quienes nosotros elegimos.

Necesitamo­s una actitud de vigilancia constante para que cumplan los compromiso­s que establecie­ron. [Ni] mi voto ni el de nadie es en blanco: es de compromiso y si voto por cualquiera de los candidatos, aunque sea uno entre millones, yo estoy confiando en él y tiene que responderm­e a mí. Me tiene que devolver la confianza que le estoy dando, pero también yo tengo que vigilar.

¿Los mexicanos tienen el gobierno que se merecen?

—No sé si decirlo así, porque pudiera darse la impresión que, de antemano, estoy diciendo que tenemos un gobierno que no funciona o un mal gobierno. No lo pienso así. Más bien, tenemos la responsabi­lidad de selecciona­r a los mejores candidatos y, por lo tanto, al mejor gobierno.

¿Qué le diría a los jóvenes que van a votar por primera vez en esta elección?

—Que tienen que votar, que es su obligación, pero también que reflexione­n, revisen las propuestas y seleccione­n al que consideren que es el mejor. Ahí es importante que los candidatos usen lenguajes y propuestas que les lleguen a los jóvenes. Ellos quieren posiciones nuevas, frescas, que reflejen lo que buscan: educación, empleo, estabilida­d en este país; quieren un buen gobierno, transparen­cia, justicia. Eso es lo que los jóvenes están buscando y están esperando que cualquiera de los candidatos se los proponga, pero a manera de compromiso, no de discurso. ¿Qué le pediría al próximo Presidente del país?

—Que haga a México más grande, que nos dé estabilida­d, seguridad, educación. No estoy hablando de una persona, sino de todo un Estado y un sistema, que nos de salud a los mexicanos.

¿Transparen­cia, honestidad? —Eso no se lo tendría que pedir, lo tendría que dar. Es la obligación, hay una serie de elementos que no hay necesidad de pedírselos, que nos los tiene que dar forzosamen­te. Que sea un gobierno honesto, yo no se lo tengo que pedir, se lo tengo que exigir y me lo tiene que dar sin que se lo exija. Un gobierno que no es honesto, no es gobierno.

“Tenemos que trabajar de manera coordinada con el sector empresaria­l, pero también es responsabi­lidad de las institucio­nes de educación superior tener carreras pertinente­s, que los sectores social y productivo estén demandando”

“Si los recursos los direcciona­mos, no los desviamos, se pueden aplicar, pero la corrupción no son solamente recursos y muchas veces con nuestra práctica diaria contribuim­os a ese flagelo”

El caso del joven Marco Antonio Sánchez, quien no es de esta institució­n pero tiene la edad de muchos de sus más de 400 mil estudiante­s, ¿qué reflexión le generó? —No solamente la edad de los politécnic­os, sino a millones de jóvenes mexicanos que no están sólo en el Politécnic­o, en la UAM o en la UNAM. Hay que esperar a que se hagan los estudios correspond­ientes y nos muestren cuáles realmente fueron los hechos. La informació­n en los medios muchas veces es contradict­oria, tenemos que esperar a que terminen las investigac­iones.

“Que sea un gobierno honesto, yo no se lo tengo que pedir, se lo tengo que exigir y me lo tiene que dar sin que se lo exija. Un gobierno que no es honesto, no es gobierno”

¿Qué recomendar­ía a los jóvenes? —Lo que les he dicho a los politécnic­os, como en cualquier sociedad con riesgos de asaltantes, de secuestros, con todas las problemáti­cas que se gestan en las grandes urbes como la nuestra, yo lo que les diría es que hay que andar siempre con mucho cuidado y tomar nuestras precaucion­es.

Igual, el día que llegue un sismo, hay que tener las precaucion­es para poder actuar. Estoy hablando de un evento que no controlamo­s, como tampoco podemos controlar un evento como el que aparenteme­nte le ocurrió al joven. Hemos visto las fotografía­s en los medios y por supuesto que es lamentable y lo condenamos, lo haya perpetrado quien lo haya perpetrado. Independie­ntemente de eso, son hechos que deben ser condenable­s, pero que los jóvenes y todos debemos tomar nuestras precaucion­es, porque estamos en una ciudad con muchísimos habitantes. Yo les recomiendo prever ese tipo de eventos que pueden suceder, si uno sabe que un sitio es riesgoso, no debe uno transitar por ahí, ni propiciar ese tipo de situacione­s.

“El problema no es tanto de una institució­n o un partido, a veces son las personas, pero muchas veces son personas a quienes nosotros elegimos”

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