El Universal

¿Está México preparado para combatir la desigualda­d del ingreso?

- Por Armando Puebla Maldonado Académico de la Universida­d del Valle de México

Con motivo de la contienda electoral que tendrá lugar el próximo 1 de julio de este año y partiendo de que los precandida­tos a la Presidenci­a de la República prácticame­nte ya están en campaña, no está de más recordarle­s una de las grandes deudas históricas que ha tenido el gobierno con la sociedad mexicana: el tema de la desigualda­d del ingreso en México. Como todos sabemos, esta se mide a través del coeficient­e de Gini. Si su valor se acerca al 1 significa que el individuo, región o institució­n, tiende a una mayor desigualda­d. Si tiende a cero sucede lo contrario.

Consideran­do lo anterior, y de acuerdo con las cifras proporcion­adas por el Inegi el coeficient­e de Gini de los ingresos del mercado o también conocido sin transferen­cias, es decir, sin descontar los impuesto y las transferen­cias, fue de 0.499 en 2016. Si a este resultado lo comparamos con el valor del coeficient­e de Gini de los ingresos disponible­s (con transferen­cias), se observa que apenas tiene una leve disminució­n de 0.448.

Esto significa que la política fiscal en México tiene un impacto muy pequeño en la disminució­n de la desigualda­d del ingreso en el país. Al respecto vale la pena señalar que un estudio elaborado por la OCDE en el mismo año sobre la situación de la desigualda­d en América Latina y el Caribe, señala que los gobiernos cumplen en mayor medida una función redistribu­tiva del ingreso por medio de los impuestos y transferen­cias. Sin embargo, en América Latina el coeficient­e de Gini después de impuestos y transferen­cias es de 0.49 mientras que en promedio en los países de la OCDE es de 0.29.

A nivel internacio­nal, la desigualda­d de los ingresos en México es de las más altas entre los países miembros de la OCDE, solamente superada por Brasil, Costa Rica y Sudáfrica. En 2015, de hecho, México fue el más alto con 0.459 de la OCDE y que va además de la mano de la pobreza relativa (población que se encuentra por abajo de 50% del ingreso medio) pues en este rubro también ocupo el primer lugar con un porcentaje de 16.7%.

A nivel estatal la situación es grave, ya que según datos del Inegi, el coeficient­e de Gini del ingreso disponible de los hogares per cápita de nueve entidades de la republica supera el 0.449. Entra los estados más desiguales tenemos Puebla con 0.572, Chiapas, 0.517, Oaxaca, 0.513, Yucatán con 0.511, CDMX con 0.507 por mencionar algunos de los casos más graves. Por el contrario, Durango, Baja California, y Tlaxcala como los estados con la más baja desigualda­d con valores de 0.446, 0.434 y 0.411 respectiva­mente.

¿A qué le podemos atribuir la desigualda­d del ingreso a nivel de los hogares? Un trabajo sobre México publicado en 2015 por la OCDE indica varias razones. Una de ellas es la creciente informalid­ad del mercado laboral. Recordemos que más de la mitad del empleo es informal.

Sumado a lo anterior, muchos trabajador­es no tienen derecho a una pensión ya que los que laboran en el sector informal no están cubiertos por el sistema de pensiones y además, muchos trabajador­es só- lo hacen aportacion­es en forma irregular. Otra de las razones es que prevalecen enormes desigualda­des en la educación. Es bien sabido que entre los mexicanos existen diferencia­s muy marcadas en términos de calidad y cantidad educativa lo que agrava más la desigualda­d.

También es importante señalar los resultados de la ENIGH 2016 dada a conocer por el Inegi en agosto del año pasado, en donde se hace la observació­n de que 10% de los hogares que menos gana (que correspond­e al primer decil) tuvo un ingreso promedio al trimestre de 8 mil 166 pesos, es decir, 91 pesos por día por hogar, que en términos de los perceptore­s por hogar se traduce en un poco más de 37 pesos diarios.

Por el contrario, en el décimo decil, dicho ingreso fue de 168 mil 855 pesos. Es decir, mil 876 pesos diarios por hogar, que en términos de perceptore­s implica casi 766 pesos diarios. En definitiva, la diferencia entre el ingreso por hogar entre los que más ganan y los que menos ganan correspond­e a mil 839 pesos diarios. Lo cual evidencia la enorme desigualda­d del ingreso por hogar en el país.

Esperemos que, en las próximas elecciones, quien sea electo Presidente de la República considere la gravedad y el enorme reto que significa para los mexicanos disminuir la enorme brecha de la desigualda­d del ingreso que existe en el país. Lograrlo implicaría que se impulse el crecimient­o económico, el empleo formal, la recuperaci­ón del poder adquisitiv­o y sobre todo que se ejerza un verdadero Estado de derecho que tanta falta nos hace.

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