Alimentan a un millón de mexicanos
Bancos de alimentos recaudan comestibles que son merma o están por caducar para ayudar a más de un millón de personas
Desde hace 22 años los bancos de alimentos rescatan comestibles de lugares como fruterías, panaderías, Central de Abasto, tiendas de autoservicio e, incluso, comida de restaurantes y hoteles que fue preparada pero que nunca salió de la cocina, con los que ayudan a combatir el hambre y mejorar la nutrición de más de un millón de mexicanos que lo necesitan.
“Desde hace 15 años he recibido los paquetes de comida que hacen los bancos de alimentos, lo que me ayuda mucho en mi economía, porque con 100 o 120 pesos no me alcanza para nada. Gracias al banco de alimentos, mi familia y yo hemos podido comer”, comenta María Isabel López. Como ella, alrededor de más de un millón de personas en todo el país que tienen necesidades económicas se ven beneficiadas de los bancos de alimentos, con los que instituciones privadas ayudan a combatir el hambre y mejorar la nutrición de sectores vulnerables.
Jitomates que “no son lo suficientemente rojos” para ser exhibidos en supermercados, cajas de cereales que están rotas, pero óptimas para el consumo humano, así como pepinos que son muy largos para caber en cajas son algunos de los productos que recogen los bancos de alimentos de lugares como fruterías, panaderías, hoteles, restaurantes e incluso “alimentos de restaurantes que ya fueron preparados, pero que nunca salieron de la cocina de los propios restaurantes”.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Teresa García, directora de Bancos de Alimentos de México (Bamx), afirmó que al rescatar estos consumibles que no se van a comercializar, debido a que no cumplen con las necesidades del mercado, son destinados a la ayuda alimentaria para más de un millón de personas.
“Desde hace 22 años nos dedicamos a rescatar alimentos para combatir el hambre y mejorar la alimentación y la nutrición de la población vulnerable en México. Bancos de Alimentos de México es una red de 55 bancos ubicados en 27 estados del país que todos los días se dedican al rescate de comestibles que no se van a comercializar, pero que siguen siendo aptos para el consumo humano”, dijo.
Detalló que en 2016 entregaron un total de 103 millones de kilos de alimento, es decir, 103 mil toneladas “que rescatamos y entregamos. De éstos, 55% son frutas y verduras y 45% fueron otro tipo de alimentos como abarrotes, enlatados, granos,entre otros que sirvieron de ayuda a miles de familias”.
Mariana Jiménez Cárdenas, gerente de Relaciones Institucionales en Alimentos para Todos IAP, informó que esta organización desde hace más de dos décadas recupera alrededor de mil toneladas al mes en beneficio de 50 mil personas de 192 comunidades e instituciones en la Ciudad de México, Estado de México, Puebla, Hidalgo, Tlaxcala y Morelos.
“Lo que hacemos es que recuperamos alimento. Tal vez la caja de cereal que ves en el súper que está aboyada, no la compras, pero está perfecto el producto o el plátano tiene manchitas cafés, pero está perfectamente apto para consumo. Algo que siempre fomentamos es que el alimento que rescatamos es el que no debería estar en la basura, porque es merma, es alimento que todavía se puede aprovechar que no debería estar en la basura y es el producto que recuperamos”, dijo.
Para obtenerlo, la organización va “a donde tenga que ir”, para llevarlo a su local, ubicado a un costado de la Central de Abasto de la Ciudad de México, donde 45 voluntarios todos los días clasifican los productos para hacer paquetes con ellos y que puedan ser entregados a las familias que reciben el apoyo del banco.
“Recibimos de todo, desde frutas y verduras que vienen de la Central de Abasto, y abarrotes, productos de limpieza y de higiene personal que provienen de tiendas de autoservicios y de la industria. Los productos que nos llegan son cosas que tienen daño en el empaque, que ya casi vence la fecha de caducidad, son merma o son resultado de la sobreproducción”, comentó.
Ropa, calzado, artículos escolares, enseres domésticos, refrigeradores, aparatos electrónicos, son productos que desde 2014 también reciben, “porque a pesar de que una persona o una familia vive en condiciones precarias de ingresos, también tiene derecho a recibir este tipo de cosas”.
En estos bancos, los alimentos no se regalan sino que se pide una cuota de recuperación que está reglamentada en la Ley del Impuesto sobre la Renta que detalla que no se puede solicitar más de 10% del precio comercial de los productos.
“Esto nos ayuda a mantener la operación de la organización; sin embargo, en las visitas que realiza nuestro departamento de trabajo social se determina si la población puede o no cubrir una cuota de recuperación y si constatamos que la población no puede cubrirla, no la cobramos”, afirmó Cárdenas.
“Mis hijos nunca se han enfermado”
María Isabel López mueve sus manos de manera automática para empaquetar latas de frijoles, cereales y bolsas de arroz que las tiendas de autoservicio no venderán más porque no son “aptos para venderse”, debido a que tienen la caja rota o están rayados con plumón.
Ella es una de los 40 voluntarios que se han dado cita desde las ocho de la mañana en el local del Alimentos para Todos IAP, a un costado de la Central de Abasto de la Ciudad de México, para hacer cientos de paquetes con estos alimentos que estaban destinados al basurero.
Desde hace 15 años, Mary recibe estos paquetes semanalmente, los cuales han permitido alimentar a sus tres hijos, pues son una ayuda ante la situación económica, porque, afirma, con lo que gana su esposo no podrían comprar lo necesario para alimentarse.
“Mucha gente dice que esta comida está caducada, pero imagínate, mi niño ya tiene 10 años y de eso se ha alimentado y nunca se me ha enfermado de nada. Mi hijo desde chiquito tomaba leche de aquí y todo normal. Además, tengo dos señoritas y toda su vida comieron de este tipo de alimentos”.
En una bodega donde las decenas de voluntarios se mueven a ritmo de la canción de 17 años, de Los Ángeles Azules, María Isabel López afirma que todos los voluntarios que van a apoyar a empaquetar la ayuda alimentaria están conscientes de que sin los bancos de alimentos, no podrían comer muchos días.
“No me imagino cómo podríamos sobrevivir si no existieran los bancos de alimentos. Muchos de estos productos que nosotros empacamos están en perfectas condiciones, no entiendo cómo las tiendas pueden desperdiciar tantas cosas en tan buen estado”, comenta mientras sus manos no dejan de parar de seleccionar cajas y latas de alimentos.
“Somos una red que todos los días se dedica al rescate de comestibles que siguen siendo aptos para el consumo” TERESA GARCÍA Directora de Bancos de Alimentos de México
“Mucha gente dice que esta comida está caducada, pero mi niño ya tiene 10 años y de eso se ha alimentado y nunca se me ha enfermado de nada” MARÍA ISABEL LÓPEZ Voluntaria de Alimentos para Todos IAP