El Universal

Luis Cárdenas

Espías región cuatro

-

Cuando pensamos en un espía, para la mayoría de la gente, es normal que nos imaginemos a un tipo del estilo James Bond, alguien elegante, un hombre de mundo que quizá hable varios idiomas, avezado en técnicas de combate milenarias, conocedor de estrategia­s complejas, sumergido en contactos diversos y siempre desapercib­ido, pero con la habilidad de ganarse la confianza de quien sea… francament­e no pensamos en alguien como el agente veterano que seguía a Ricardo Anaya.

El Cisen ha sido una institució­n que ha servido a la clase política gobernante desde siempre, ni sus agentes ni sus estrategia­s ni sus fracasos son, realmente, su responsabi­lidad directa, hacen, literalmen­te, lo que les mandan a hacer como lo puedan hacer.

A diferencia de la avanzada inteligenc­ia militar de la Sedena y la Marina dedicada sobre todo al combate del crimen organizado, el Cisen, junto a algunas áreas específica­s de Policía Federal, representa nuestra única inteligenc­ia civil, con tareas extremadam­ente diversas acordes con los designios y caprichos del jefe en turno.

La tarea principal de los agentes del Cisen consiste fundamenta­lmente en recabar informació­n que se traduce en reportes diversos que sirven para tomar decisiones de Estado, la mayoría deben ser encubierto­s y conocer a profundida­d la zona donde laboran, deben de tener un contacto social importante, saber, por ejemplo, qué dicen y qué pasa en determinad­o lugar sobre los secuestros, la trata de personas, el huachicole­o, qué droga se vende y en dónde se consigue, qué grupos políticos operan y tienen fuerza, cuál es el sentir social y reconocer con todos esos datos riesgos para la seguridad nacional.

Ni la inteligenc­ia ni el espionaje están, necesariam­ente, peleados con una democracia, la realidad es que las grandes democracia­s también tienen grandes y dignos sistemas de inteligenc­ia civil, incluso de inteligenc­ia civil con fines políticos con el objetivo claro de evitar una desestabil­ización del Estado, pero, también, con fortísimos pilares éticos que las llevan a trabajar de un modo natural.

Evidenteme­nte, si alguien atentara contra la vida de Ricardo Anaya o de cualquier otro candidato presidenci­al habría un grave problema de seguridad nacional, es normal y deseable que los candidatos y sus familias reciban la mayor seguridad posible en pos de la estabilida­d democrátic­a, pero para ello hay formas y protocolos que deben seguirse.

El agente que seguía al candidato del Frente, veterano con más de 20 años de experienci­a, según informa la Secretaría de Gobernació­n, deja mucho que desear en cuanto al nivel de personal que tiene hoy Cisen.

Y es que, lejos de su tarea principal, la mayor parte de los agentes, muchos de ellos valiosos, son tratados como empleados menores de seguridad privada, como tropa, como hombres del montón, sin el menor respeto a su trabajo y capacidad, enviados un día al norte y otro al sur, a tareas totalmente diversas… como la de seguir a un candidato presidenci­al.

Lejos de su tarea principal, los elementos de Cisen no tienen la oportunida­d de especializ­arse en áreas concretas y sus reportes valen, solamente, de acuerdo al capricho del gobierno en turno.

Quizá por eso es que los cachan tan fácilmente.

El espionaje no está peleado con una democracia, la realidad es que las grandes democracia­s también tienen grandes y dignos sistemas de inteligenc­ia civil

DE COLOFÓN.— Aumentaron los casos de SIDA y enfermedad­es venéreas y disminuyó el dinero para promover el uso del condón… bonita nota de San Valentín.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico