Antes, el coworking
además de la conferencia, hubo un espacio para socializar y eso sirve mucho, es una gran idea para personas que son de otras ciudades u otros países, quienes socializan y hacen contactos”, detalla.
En el mundo
El coworking se ha expandido por todo el mundo, creando lazos entre individuos que comparten algo más que una oficina, esto desde su creación en 2005, cuando Brad Neuberg inició este movimiento mediante el centro Spiral Muse (en San Francisco, Estados Unidos) con la intención de crear una comunidad con trabajadores independientes, compartiendo valores y sumando sinergias.
De acuerdo con el “2017 Global Coworking Survey by deskmag”, en el mundo existen 13 mil 800 lugares habilitados para el coworking, con un total de un millón 180 mil ‘coworkers’.
Ser ‘coworker’ en México
Aquí, esta tendencia ha ido en ascenso y los precios por ser un coworker van desde los mil 265 pesos (más IVA), por una membresía libre que incluye: WiFi, horario de 8am a 8pm, relax room, cafetería, cabinas telefónicas, impresiones y fotocopias y acceso a la comunidad de networking, por mencionar algunos servicios.
Si necesitas el inmueble sin tiempo limitado, el costo promedio es de dos mil 530 pesos (más IVA), en instalaciones ubicadas en zonas céntricas de la Ciudad de México, como la colonia Juárez o Polanco, donde se ubica The Pool.
En nuestro país, hay centros que han alcanzado gran expansión como WeWork, que hace 16 meses inauguró su primer edificio con la particularidad de tener lleno total antes de su apertura.
A partir de marzo, dicha empresa contará con su séptima y octava ubicación en la capital mexicana: Arcos Bosques y Artz Pedregal, esta última contará con un cuarto de maternidad, un salón de clases con cupo para 30 personas y una terraza.
Asimismo, habrá un cuarto de ideas con pizarrones a manera de paredes para sesiones de lluvia de ideas y un wellness room, sitio donde los miembros podrán tomar clases de meditación y yoga, entre otras disciplinas.
La expansión de WeWork en México incluye la sede Montes Urales, que será su torre más grande en Latinoamérica.
“Quienes han entrado a un espacio WeWork han comprobado que el concepto funciona, pues logra adaptarse a las necesidades de diferentes industrias. Dentro de los espacios es posible hacer networking con freelancers, quienes usan las distintas áreas comunes; con startups y empresas chicas y medianas, las cuales ocupan oficinas privadas según sus necesidades; o con grandes corporativos, cuyos empleados trabajan en uno o más pisos”, dicen portavoces de este centro.