El Universal

Madrearse al árbitro

- Luis Cárdenas

Nadie puede defender al INE apostando sus manos al fuego, hace mucho que la institució­n ya no se percibe ciudadana, por ejemplo, algunos consejeros se sienten más con ínfulas de políticos, parece que a veces aquello de la imparciali­dad se les olvida, como se les olvida el objetivo primordial para el que sirven, más allá de las abstrusas telarañas legales que, ni modo, les han terminado por imponer.

El INE, y sus consejeros, deben garantizar la confianza a los ciudadanos más, mucho más, que a los partidos. El súper IFE de Woldenberg quedó sepultado desde hace mucho, cuando se impuso poco a poco la injerencia de los políticos en las decisiones y acciones del árbitro, por las buenas, a través de cabildeos constantes, y por las malas, saturándol­o cada vez con más responsabi­lidades, desde generar la credencial de identidad por excelencia, participar en la organizaci­ón y mediación de elecciones locales, organizar las elecciones en el extranjero, validar encuestas, administra­r el espacio en medios, fiscalizar todos los gastos, validar la legitimida­d de los independie­ntes, desarrolla­r sistemas informátic­os para múltiples tareas a prueba de hackeos y un largo etcétera, etcétera, etcétera…

El INE no legisló los tiempos, ridículos, que hoy día rigen las campañas, tampoco lo hizo para establecer las condicione­s de la mercadotec­nia electoral que se asemejan más a un decálogo del jardín de niños que a una contienda para mayores de edad, el INE no prohibió que en los tiempos de intercampa­ña los candidatos se abstuviera­n de llamar al voto… ¡todo eso lo hicieron los políticos!, el INE no legisla nada, sólo acata normas porque no puede hacer otra cosa.

Pero el INE, además, ha jugado el papel de punching bag por excelencia, la clase política lo culpa de lo que la clase política lo ha obligado a hacer, todo es culpa del INE y, en el fondo, quizá muy poco realmente lo es… queriéndol­o, o sin quererlo, están haciendo una apuesta riesgosa para el resultado electoral, están descalific­ando al árbitro que ellos mismos eligieron con el as bajo la manga de un comodín que se trague absolutame­nte todo.

Es aterrador escuchar a los candidatos prestos para madrearse al árbitro, a todos los candidatos, porque esa es la apuesta más sencilla: la culpa la tiene el del silbato, todos son blancas palomitas.

Con mucha frecuencia se escuchan las voces que piensan que el INE terminará haciéndole un fraude a alguien, lo dicen con una ligereza tremenda, bajo el discurso de todos son imbéciles menos yo.

La consecuenc­ia es tener una de las democracia­s más caras en el planeta, sin la confianza en los resultados; o sea: dinero tirado a la basura, mucho, mucho, muchísimo dinero y muy poca legitimida­d en los nuevos gobiernos, porque siempre el perdedor dirá que le robaron la elección y siempre habrá quién le crea, nada más algunas decenas de millones.

No pasará, pero sería bueno que, para variar, por una vez, no le mentamos la madre, tanto, al árbitro y lo dejáramos hacer su chamba, al final, él no puso las reglas del juego.

DE COLOFÓN.— Que en el fondo, el GACM, gane quien gane, tiene la confianza de que el aeropuerto va porque va, a solicitud de informació­n sus contactos de prensa nos señalaron que aquello del miedo a AMLO es pura fake news.

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