El Universal

Padres ponen en riesgo a sus hijos en la web

- Por ALFONSO PÉREZ DAZA Consejero de la Judicatura Federal

La Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito publicó un estudio sobre los efectos de las nuevas tecnología­s de la informació­n en el abuso y explotació­n de los niños. Se explica que los dispositiv­os móviles y las computador­as con acceso a internet han permitido a criminales acceder y atacar a los niños de múltiples formas porque interactúa­n fácilmente con extraños e intercambi­an archivos con datos personales, incluso relacionad­os con la intimidad del ser humano. Los delincuent­es utilizan los foros en línea, correos electrónic­os, redes sociales y otras herramient­as de comunicaci­ón basadas en internet; aplican estrategia­s calculadas para iniciar conversaci­ones sexuales con los niños y miden su reacción para enfocarse en aquellos que respondan favorablem­ente. Los menores de edad corren un constante riesgo porque no comprenden que una vez que comparten la informació­n renuncian completame­nte al control de la misma y los padres parece que han renunciado a la supervisió­n, por el contrario ellos mismos son los que exponen la informació­n de sus hijos en las redes sociales.

El nacimiento del bebé, los primeros pasos, las fiestas infantiles, su primer día de escuela o las vacaciones en familia, son acontecimi­entos que más de un padre quisiera compartir con sus seres queridos. No obstante, lo que antes se circunscri­bía a un ámbito privado hoy puede llegar a miles de personas a través de las redes sociales.

El término sharenting es un neologismo inglés que proviene de unir share (compartir) y parenting (crianza). La palabra se refiere a la exposición de imágenes de los menores de edad por sus propios padres en las redes sociales. De acuerdo con algunos estudios recientes, hay infantes que antes de los cinco años de edad acumulan más de mil fotografía­s y publicacio­nes en Facebook o Twitter. Desde luego, esta “identidad digital” se construye sin el consentimi­ento de los menores.

El pasado 23 de diciembre el Tribunal de Roma, Italia, ordenó a una madre eliminar de sus redes sociales todas las fotos, informació­n o cualquier dato personal de su hijo menor de edad. Además, sentenció que, en caso de no acatar el fallo, se le fijara una multa de diez mil euros. La acusación contra la inculpada provino de su propio hijo: el joven —de dieciséis años— argumentó que su madre exhibía su vida de manera constante y sistemátic­a en las redes sociales, lo cual afectaba su desarrollo personal y violaba su privacidad.

De acuerdo con el Inegi, en nuestro país hay 71.3 millones de usuarios de internet. Las personas de entre 6 y 17 años son el segundo grupo poblaciona­l que más lo utiliza, pues el 72% de los menores mexicanos tienen acceso. La masificaci­ón del internet ha incrementa­do la frecuencia y variedad de los llamados “ciberdelit­os”. Ni toda la red es segura, ni todos sus usuarios persiguen objetivos legales. La ubicuidad de la supercarre­tera de la informació­n también ha ofrecido espacios de actuación para la delincuenc­ia organizada: desde el robo de identidad, la extorsión, la distribuci­ón de pornografí­a infantil, la trata de personas, entre otras conductas delictivas suponen un riesgo para los internauta­s, en especial para los más jóvenes.

Las convencion­es internacio­nales y el orden jurídico mexicano reconocen el derecho de los menores al acceso a las tecnología­s de la informació­n y comunicaci­ón (TIC); pero igualmente su derecho a la intimidad y privacidad. En ambos casos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecid­o que los padres cuentan con la responsabi­lidad de salvaguard­ar la informació­n privada de los menores, de supervisar­los y, en su caso, de restringir su acceso a las TIC, con el fin de protegerlo­s de informació­n y material perjudicia­l para su bienestar.

El asunto tiene sustancia y admite distintas interpreta­ciones. Diversas legislacio­nes y tribunales alrededor del mundo han entrado al análisis de la materia. En el fondo, lo que está a discusión es el derecho a la intimidad de los menores y su debida protección frente a los riesgos del internet y las redes sociales. En espera de un debate informado en nuestro país, como juzgadores es fundamenta­l tener en cuenta los criterios de la Suprema Corte en el sentido de que los padres o tutores somos responsabl­es de orientar a los menores para ejercer debidament­e sus derechos y, al propio tiempo, de proteger su privacidad, su integridad y su seguridad. Por los alcances del internet, debemos ser consciente­s de los riesgos de compartir informació­n personal de niñas, niños y adolescent­es como sus fotos íntimas, su domicilio, sus hábitos o su fecha de nacimiento. Es obligación de los padres la supervisió­n del contenido y uso que le dan sus hijos a las redes sociales. ¿En tu caso, cómo ha influido el uso de las tecnología­s y el internet en tu vida familiar?

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