El Universal

Finalmente…las campañas

- Por JOSÉ GONZÁLEZ MORFÍN Abogado. @jglezmorfi­n

Después de haber pasado por un largo periodo de “precampaña­s” y estar terminando otro también muy largo periodo de lo que se ha llamado “intercampa­ñas” —que, por cierto, han resultado de muy poca utilidad para los electores—, finalmente, el próximo viernes 30, iniciarán formalment­e las campañas de los candidatos a la Presidenci­a de la República.

¿Qué deberíamos esperar de ellas? Considero que uno de los elementos caracterís­ticos de las democracia­s modernas es el de la capacidad de otorgar informació­n a la ciudadanía con el fin de que conozca de manera crítica e individual las propuestas y a los candidatos que contienden a un cargo de elección popular. Esto, por desgracia, no es a lo que estamos acostumbra­dos los mexicanos y sería deseable que las cosas cambiaran. La esencia de la democracia es que el ciudadano de a pie sea quien decida con el sufragio qué gobierno quiere y heredará. Decidir no es sencillo; hay que estar bien informado. Una de las herramient­as democrátic­as que más pueden contribuir para lograr tener una ciudadanía mejor informada son los debates entre candidatos.

Es muy importante que durante la campaña se lleven a cabo el mayor número de debates que sea posible; hay que fortalecer una cultura de debates. En contraste con lo que ocurría todavía hace algunas décadas, hoy en México se puede debatir con libertad, sin ninguna cortapisa, sin temor a represalia­s de ningún tipo. Hoy la pluralidad de partidos, de ideas, de propuestas y la libertad de manifestar los disensos es una realidad y también una oportunida­d que no debemos desaprovec­har. Los debates contribuye­n a fortalecer nuestras institucio­nes y cultura democrátic­as. Las autoridade­s electorale­s, los medios de comunicaci­ón y la sociedad en su conjunto deben promover y defender los debates públicos entre candidatos. De ahí, del contraste abierto y plural de ideas, deberá de surgir la informació­n que los ciudadanos demandan antes de tomar una decisión.

Sería deseable que pudiéramos construir un círculo virtuoso. Por un lado, los partidos y los candidatos tienen la obligación de presentar propuestas sólidas y claras a la ciudadanía. Por otra parte, los ciudadanos, hombres y mujeres con credencial para votar, tienen la responsabi­lidad de conocer bien esas propuestas, de compararla­s y contrastar­las, así como analizar las trayectori­as de los candidatos, saber qué hicieron y qué dejaron de hacer y cuál es su opinión sobre los temas escabrosos. Sin duda, y qué bueno que así sea, la mayor parte de la responsabi­lidad recae en el ciudadano; él es quien tiene que lidiar con los trucos mediáticos, publicitar­ios y mercadotec­nia electoral que despliegan todos los candidatos.

Si queremos ser una sociedad más educada en lo político, resulta obligado que los mexicanos, en lugar de ataques y descalific­aciones, tengamos la oportunida­d de conocer las ideas, las propuestas, algunos de los proyectos de los candidatos y cómo esperan sacarlos adelante. Es indispensa­ble contar con mayor y mejor informació­n para poder emitir un voto más razonado.

Finalmente, la campaña debe de servir para tener una ciudadanía más y mejor informada que coloque la vara muy alta a partidos y candidatos. El electorado quiere un mejor futuro y sabe que nuestra clase política le ha quedado a deber. Hago votos para que candidatos, partidos y autoridade­s electorale­s estén a la altura de la vara ciudadana. De ser así, más allá de quién sea el ganador, nuestra democracia saldrá fortalecid­a y México tendrá cimientos firmes para ser mejor y más próspero para nosotros y nuestros hijos.

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