El Universal

Libros, a remate en el Auditorio

La feria, que inició ayer y concluirá el 3 de abril, ofertará miles de títulos con descuentos que van del 50% al 80%

- YANET AGUILAR SOSA —yanet.aguilar@eluniversa­l.com.mx

En torres altas, apilados sobre bases de madera, distribuid­os en mesas o en canastas, agrupados por título o colección, o dispuestos de la forma tradiciona­l en estantes por áreas temáticas, los miles de volúmenes que se exhiben en el 12 Gran Remate de Libros en el Auditorio Nacional que abrió sus puertas para gozo de los lectores están a la espera de una oportunida­d para no acabar triturados.

Apenas pasaba el mediodía y sin siquiera esperar el acto inaugural, las familias ya habían tomado por asalto los pasillos, escaleras y plantas altas del Auditorio Nacional.

Cientos de personas de todas las edades comenzaron a mirar por aquí y por allá en la búsqueda de novelas, cuentos, libros académicos, de poesía, ensayo, investigac­iones, álbumes para niños y best sellers que comprar al precio más bajo.

Este encuentro, que se organiza desde hace 12 años durante la Semana Santa, inició ayer y tendrá sus puertas abiertas hasta 3 de abril en el vestíbulo del Auditorio Nacional, donde esperan la llegada de más de 120 mil visitantes a esta fiesta que rendirá homenaje a Juan José Arreola, Alí Chumacero y Pita Amor, en el centenario de sus nacimiento­s.

LLa oferta literaria de alrededor de 244 expositore­s que ponen al alcance de los lectores más de 800 sellos editoriale­s a costos bajos y con descuentos de entre 50% y 80%, incluye un amplio programa cultural y artístico con 264 actividade­s como charlas, mesas redondas, lecturas y talleres que rendirán homenaje a escritores y a sus obras.

“Este espacio abre la posibilida­d del encuentro entre el lector y el libro, las editoriale­s en general reportan muy buenos resultados, hay una derrama de alrededor de 15 millones de pesos en una feria del libro, cuya inversión no llega a los 800 mil pesos”, señaló Eduardo Vázquez Martín, secretario de Cultura de la Ciudad de México.

El funcionari­o que celebró la asistencia de tal cantidad de visitantes desde las primeras horas de la feria, aseguró que éste es un espacio donde están representa­dos los grandes sellos editoriale­s, los grandes grupos que dominan el ámbito editorial, pero también las editoriale­s independie­ntes y las más pequeñas que no tienen oportunida­d de llegar a las librerías del país, que además son pocas.

Por su parte, Carlos Anaya, presidente a semana había transcurri­do entre reuniones y cenas, encuentros sociales y mesas de trabajo. Una mediana muchedumbr­e lo rodeaba a cada momento, en una serie compacta de pláticas salpicadas con sonrisas y comentario­s ingeniosos, chistes, bromas a costa de los demás, confidenci­as a medio hacer. El tiempo estaba poblado por espacios repletos de personas, rostros y voces. La vida en sociedad, el bullicio gregario. No pensaba en la soledad porque hacerlo no tenía el menor sentido; mucho menos la extrañaba. Estaba metido, en ese largo momento, dentro de una pequeña y móvil comunidad de amigos y conocidos, de personas a las que acababa de ser presentado, de cruce de informacio­nes y chismes, apartes insulsos, lugares comunes dichos a menudo entre carcajadas.

La gente, el pequeño mundo de sus colegas, colmaba los días de una primavera cálida. Formaba él mismo parte de esa tribu hacía muchos años, tantos que se confundían con su biografía informal y con la hoja de los servicios que había prestado a ese grupo con el que sin la menor dificultad se de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), dijo que el Gran Remate de Libros quizás no es el lugar donde las editoriale­s mexicanas venden más, pero sin duda es una feria donde los editores venden mucho, más o menos lo que facturan en la Feria Internacio­nal del Libro de Minería, y celebró además que es otro tipo de lectores.

“Qué bueno que existe una feria del remate porque nos permite hacer lo que tiene que hacerse con los libros, que es venderlos; es grave cuando tenemos que triturarlo­s, entonces la feria del remate nos ayuda a vender los libros, a que cumplan su función porque a nadie le sirven guillotina­dos, ni que fuera una monarquía”, señaló el editor, quien reiteró que esta feria cumple una gran función.

El 12 Gran Remate del Libros en el Auditorio Nacional celebrará la obra de Amparo Dávila, y serán recordados Carlos Fuentes, Jorge Ibargüengo­itia, Raúl Renán e Inés Arredondo, en el marco de su 90 aniversari­o, y celebrarán a Carlos Monsiváis, a sus 80 años. Además habrá cuentacuen­tos, conciertos, intervenci­ones escénicas, préstamo y trueque de libros.

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