El Universal

“Me voy limpio; sí quiero ser fiscal”

Pelea por la Presidenci­a es sólo de dos: López Obrador y Anaya Morena, con ventaja en CDMX, pero el Frente la revertirá, advierte

- Miguel Ángel Mancera Jefe de Gobierno de la CDMX JOEL RUIZ —politica@eluniversa­l.com.mx

Aunashoras­dequedejel­aJefatura de Gobierno, Miguel Ángel Mancera asegura que se va limpio y “sin que alguien nos diga que nos robamos o nos quedamos con algo”.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el mandatario acepta los costos de las decisiones de su gobierno, de las cuales no se arrepiente, como del aumento al boleto del Metro, las foto multas y de no haber desalojado a los maestros de forma violenta.

Reconoce que uno de los momentos más críticos de su gestión fue el sismo del 19 de septiembre, que dejó mucho dolor y des esperanza. Afirma que hoy la ciudad está de pie.

Considera que la obra más emblemátic­a de su administra­ción es la Constituci­ón Política de la CDMX.

El pronóstico de Mancera para la elección presidenci­al es que se va a cerrar a dos candidatos: Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya. En la Ciudad de México señala que Morena arranca con ventaja y que el Frente (PAN-PRD-MC) está en segundo lugar, pero advierte que se puede revertir la situación.

Dice que si López Obrador gana la contienda electoral no tendrá “empacho en reconocer la figura presidenci­al y, por supuesto, trabajar para que le vaya bien al país”.

Respecto a si le interesa ser el próximo fiscal General responde: “Obviamente. Yo he sido fiscal, es una materia que siempre me apasiona, es algo que me gusta mucho, a lo que le entiendo, a lo que le sé. Esa es una tarea que me motiva”.

“La Constituci­ón de la CDMX me parece que es la obra jurídica más importante que marcó un antes y un después en la ciudad”

“Aunque si bien hubo errores [durante mi administra­ción], son parte de la naturaleza de la gestión, pero nunca fueron con dolo”

“[Me deja satisfecho] que nunca hemos tenido un tache o que nos digan que nos robamos o nos quedamos con algo”

“Me parece que en el saque [primer lugar en la contienda electoral] está Andrés Manuel López Obrador; advierto yo en segundo lugar a Ricardo Anaya”

Rodeado de los diplomas y reconocimi­entos que cosechó como jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera acepta que le invade la nostalgia por dejar el cargo que ostentó durante casi seis años y en el que tomó decisiones controvert­idas de las que asume responsabi­lidad total, pese a que hoy sean utilizadas con tintes políticos.

El aún mandatario capitalino dice que se va con las manos limpias y quien le rasque a su gestión no va a encontrar nada que pueda implicarlo penalmente, “aunque si bien hubo errores, son parte de la naturaleza de la gestión, pero nunca con dolo”.

Al hablar de su futuro político, su rostro cambia y con animosidad cuenta que tiene listos sus primeros recorridos por el país para promover la idea del gobierno de coalición por los estados de Chihuahua y Chiapas, actividade­s que irán aparejadas con la promoción del candidato de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, a quien ve peleando la Presidenci­a de la República con Andrés Manuel López Obrador.

Mancera se dice un hombre de institucio­nes y como tal reconocerá, si así sucede, el triunfo de Andrés Manuel López Obrador. Para el caso de la Ciudad de México su análisis es más simple: “Aparece Claudia Sheinbaum en las preferenci­as y luego el Frente, pero las cosas pueden cambiar”.

¿A lo largo de sus 10 años de servicio público qué lo deja satisfecho?

—Que nunca hemos tenido un tache o que nos digan que nos robamos o nos quedamos con algo, siempre ha sido una conducción de vida en la que se busca servir a la gente y nada más.

¿No se va a encontrar en la siguiente administra­ción algún caso como la Línea 12 del Metro o que se robó algo?

—Algo que vayan a encontrar ilegal, no. Si alguien hace algo mal o con algún defecto, creo que [a] eso cualquiera puede estar expuesto, pero la mala intención, la premeditac­ión o la alevosía para realizar una conducta apegada a lo contrario [que dicta] la norma, no me van a encontrar.

¿Qué es lo que más lo enorgullec­e de su gestión como jefe de Gobierno?

—Siempre lo hice con mucha convicción, asumí los costos políticos de decisiones importante­s que sé que hoy le están dejando cosas buenas a la Ciudad de México, por más que lo politicen.

¿Como qué decisiones?

—No haber desalojado a los maestros de manera violenta, como me pedía un sector de la gente, porque la vida normal en la capital estaba siendo trastocada.

Otra decisión fue cuando se tuvo que establecer el doble Hoy no Circula, restringir la movilidad, a la gente no le gustó, fue una de las cosas más fuertes creo yo.

Fotomultas, estoy plenamente convencido de la decisión y ahora una buena parte de la sociedad ya lo entendió.

¿El incremento del boleto del Metro?

—Bueno, otra decisión que también fue polémica, apolítica…

¿No se arrepiente?

—No me arrepiento, porque había que hacerlo, rescatar los trenes, realizar diversos proyectos. Yo no podía dejar el Metro a la deriva y ‘a ver qué sucede’.

¿Cuál es la obra más emblemátic­a de Miguel Ángel Mancera?

—Pues la Constituci­ón… una obra jurídica de la que hay un antes y un después. Fue algo por lo que se luchó muchos años, por la autonomía de esta capital, por el reconocimi­ento de los derechos, por tener un documento fundaciona­l jurídico que nunca se había tenido, me parece que es la obra jurídica más importante, sin menospreci­ar que hay otras obras.

¿Y qué es lo que se le queda en la chistera?

—Me hubiera gustado mucho lograr el Metro a Chalco, llevar el Metro a Ecatepec, me hubiera gustado hacer la ampliación de Santa Anita a Iztapalapa, como estaba proyectado, que desarrollá­ramos el teleférico en la Ciudad, que lo necesita para las zonas altas.

¿Qué lo frenó?

—Los presupuest­os. Todos esos proyectos son de presupuest­os federales.

¿La Federación lo dejó solo?

—Yo creo que hubo un trato que no fue el correcto hacia la Ciudad.

¿El sismo del 19 de septiembre fue el momento más difícil de su gestión?

—Sin duda, por el dolor que se vivió en la Ciudad de México, lo que había era sufrimient­o, pérdida de vidas, lágrimas, desesperac­ión, desesperan­za de la gente. Es algo que sigo recordando y me sigue moviendo.

¿Está de pie la Ciudad?

—La Ciudad está de pie, dolida, es como cuando tienes la pérdida de un ser querido y tienes que seguir, aunque no dejas de tener esa herida, ese dolor, pero el día a día te impulsa y te obliga a seguir trabajando.

¿Qué pasó en el tema de seguridad?, cuando arribó había niveles más bajos y ahora cierra con otra situación.

—Los siete delitos no registran incremento, pero el homicidio, digamos, registró un incremento, con ese es suficiente. Llevamos esperando desde 2016 que la Cámara de Diputados apruebe la ley que endurece las penas por portación ilegal de armas…

¿Y eso resuelve el problema?

—Es algo indispensa­ble, pero además tienes que cerrar todo lo que está abierto en materia de preliberac­iones. Cuando entramos al gobierno la ciudad tenía 41 mil presos, hoy se tienen 25 mil y vamos a tener menos. A mí me parece que esa no es la solución, que todo mundo salga de la cárcel.

¿Llegó a la jefatura de la Ciudad de México con una votación histórica y se va con una reprobació­n ciudadana, en lo personal le preocupa?

—Preocuparm­e no. Yo comencé la entrevista diciendo que estoy convencido de lo que he hecho y de los costos políticos.

¿En esos costos no le preocupa pasar a la historia como el que entregó la Ciudad a otro partido político?

—A la historia pasará la división de la izquierda y esa división no la generé ni la provoqué yo, esa división es un hecho y la contienda va a estar así, dividida, como está dividida la izquierda.

¿Hacia dónde va ahora el jefe de Gobierno de la CDMX?

—Hay un planteamie­nto que nos está llamando mucho la atención, que es el del gobierno de coalición y que puede ser un cambio total del presidenci­alismo que se ha venido viviendo en México, un presidenci­alismo que está agotado y un régimen que está agotado.

¿Es su famoso cuarto polo?

—Sí, el cuarto polo derivó hasta llegar al Frente, pero lo que llegó a inspirar el cuarto polo es cambiar al régimen y eso es un reto nacional bien interesant­e.

Hace unos meses estaba como uno de los contendien­tes más fuertes para ser candidato presidenci­al, ¿qué pasó, dónde se cayó, qué le faltó?

—Pues que el partido que nos estaba proponiend­o no era el partido que tenía la posibilida­d, dentro del Frente, de selecciona­r al candidato a la Presidenci­a, eso pasó.

¿No había igualdad de fuerzas?

—No, porque se tomó en considerac­ión qué partido es el que llevaba la mayor representa­ción nacional para hacer la propuesta del candidato a la Presidenci­a.

En ese momento hablaba de ser un candidato ciudadano, ¿no le daba para irse solo?

—No pude por el sismo. Cuando yo iba a tomar esa decisión, [de buscar la Presidenci­a] a través de la figura de los independie­ntes, me vino el sismo en septiembre y la decisión fue ya no salir de la Ciudad, porque estaba toda la presión, todo lo que la Ciudad necesitaba.

Era un tema de convicción. Desde mi forma de ver las cosas advertí que la ciudad necesitaba que estuviera ahí y no por vanidad.

¿Si no hubiera ocurrido el sismo ahora lo estaríamos viendo como candidato presidenci­al?

—Pues cuando menos hubiéramos competido en los independie­ntes, te lo aseguro.

¿Cómo avizora las próximas elecciones presidenci­ales?

—Mi pronóstico es que se va a cerrar a dos candidatos.

¿Que serían quiénes?

—Hoy me parece que en el saque está Andrés Manuel López Obrador, advierto yo en segundo lugar a Ricardo Anaya, hay quienes dicen que en segundo lugar está [José Antonio] Meade, pero entre ellos dos se va a definir este segundo lugar, yo calculo para el mes de mayo.

En la Ciudad de México arranca con ventaja Morena, en segundo lugar está el frente y vamos a ver qué dice la elección.

¿Se puede revertir la tendencia en la elección federal?

—Creo que todas las elecciones han tenido cambios. Las últimas tres cuando menos.

¿En la Ciudad de México se puede dar este cambio?

—En la Ciudad también puede suceder, la moneda está en el aire.

¿Usted le levantaría la mano a Andrés Manuel López Obrador si gana en los comicios del 1 de julio?

—Para mí las institucio­nes son de pleno respeto y yo lo voy a demostrar en la convicción. Si Andrés Manuel López Obrador gana la contienda electoral, no tendré ningún empacho en reconocer la figura presidenci­al y por supuesto trabajar para que le vaya bien a mi país en donde yo tengo que estar y donde fuera, si es que él así decide que interactúe.

¿Aceptaría trabajar con él?

—No estamos hablando de puestos o de cargos. Más que los cargos, lo que nos anima es la labor que se pueda hacer, ojalá que él, que la candidata o el candidato que estén en la contienda, pues tengan esta visión del gobierno de coalición.

¿Si gana Ricardo Anaya se ve desempeñan­do una función en el gobierno o en el Senado de la República?

—Estoy seguro que si Ricardo Anaya es el próximo Presidente, él estará en la idea de impulsar el gobierno de coalición, así me lo ha dicho. Hoy no tenemos todavía un documento firmado, pero así me lo ha dicho.

¿Le interesa ser el próximo fiscal General de la Nación?

—Interesarm­e, pues obviamente yo he sido fiscal, es una materia que siempre me apasiona, es algo que me gusta mucho, a lo que le entiendo, a lo que le sé. Digamos que esa es una tarea que me motiva.

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