El Universal

EN CUBA, ¿CAMBIO VERDADERO?

• Aunque el país ya no será gobernado por un Castro, el hilo verdadero de poder sigue siendo el Partido Comunista.

- Texto: JOSÉ MELÉNDEZ Enviado

ULa Habana na pregunta corre hace tiempo dentro y fuera de Cuba sobre el cambio de presidente de los consejos de Estado y de Ministros, ocurrido el jueves: después de más de 59 años de revolución cubana encabezada primero por Fidel Alejandro Castro Ruz y luego por Raúl Modesto, su hermano menor, ¿el verdadero poder en el régimen comunista de la isla cambiará realmente de apellido o será sólo una cesión cosmética de puestos?

Bajo la expectació­n nacional e internacio­nal, Raúl Castro, de 86 años, entregó el jueves la presidenci­a de los dos consejos a Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, un personaje con una peculiarid­ad histórica y más que anecdótica: nació luego del triunfo revolucion­ario de 1959. Hijo de Miguel Díaz-Canel, obrero de una planta industrial, y de Aída Bermúdez, maestra, Miguel Mario nació el 20 de abril de 1960 en Villa Clara, provincia de la zona central de Cuba con una tradición que creció en torno a la producción azucarera.

El nuevo mandatario fue elegido por la Asamblea Nacional del Poder Popular (congreso unicameral). “A quienes por ignorancia o mala fe dudan de nuestro compromiso, debemos decirles que la revolución sigue y seguirá”, dijo Díaz-Canel en el discurso inaugural de su gestión ante el pleno parlamenta­rio.

“Aquí no hay espacio para una transición que desconozca o destruya la obra de la revolución. Seguiremos adelante sin miedo y sin retrocesos; sin renunciar a nuestra soberanía, independen­cia, programas de desarrollo, e independen­cia”, anunció.

Elevado el 24 de febrero de 2013 a la vicepresid­encia de los dos consejos, Díaz-Canel llegó a la posición de privilegio a sabiendas de que su predecesor inmediato en ambos puestos preservó el mando sobre la llave del poder absoluto, indiscutib­le, omnipresen­te y superior en Cuba: Raúl Castro sigue siendo primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), cargo que ocupa desde el 19 de abril de 2011, cuando reemplazó por enfermedad a su hermano Fidel —fallecido el 25 de noviembre de 2016—, y en el que se mantendrá, salvo imprevisto­s, hasta 2021. Según Raúl, Díaz-Canel llegará a ser primer secretario del PCC en 2021.

La Constituci­ón vigente, promulgada en 1976, puntualiza que “el Partido Comunista de Cuba, martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcci­ón del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”, sin dejar ningún resquicio a otra opción político-partidista.

El PCC decidió en 2011 que la presidenci­a de los consejos se ejercerá por un máximo de dos periodos de cinco años cada uno, por lo que Díaz-Canel las desempeñar­á —salvo imprevisto­s— al menos hasta 2028, cuando tenga 68 años. El comandante Fidel la ejerció por 32 años, aunque fue el máximo jerarca por 47 y la sombra tras el trono por al menos otros 10, mientras que el general Raúl la desempeñó por 10 en propiedad y casi dos en interinato.

“El clan Castro ha comenzado su transferen­cia de poder generacion­al. Familiares, secuaces y allegados se redistribu­yen puestos económicos y de control para así garantizar la dinastía indefinida­mente”, aseguró la coalición opositora cubana Foro por los Derechos y Libertades (ForoDyL), integrada por disidentes y organizaci­ones anticomuni­stas que, en la semiclande­stinidad, todavía viven en Cuba.

En una declaració­n que emitió a inicios de la segunda semana de abril, y de la que EL UNIVERSAL tiene copia, las agrupacion­es y demás miembros de la disidencia interna denunciaro­n que “es una manipulaci­ón efectista argumentar que el dictador abandonará el poder y habrá un nuevo presidente”. “Es sabido”, recalcaron, que Díaz-Canel “será acaso una marioneta nombrada a dedo. El régimen será el mismo y los cubanos permanecer­emos bajo un tiranía que el mundo lastimosam­ente ha aceptado”.

Al anunciar en febrero de 2013 la designació­n de Díaz-Canel como vicepresid­ente de ambos consejos, Raúl Castro lo describió con siete palabras: “No es un advenedizo ni un improvisad­o”. Exaltó así la trayectori­a del que ya se preveía como su reemplazo y lo alabó por su “firmeza ideológica”.

En su ascenso político, Díaz-Canel encarnó un típico cuadro moldeado por la misma revolución, en una carrera en la que fue dirigente en Villa Clara de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), una de las principale­s organizaci­ones de masas del régimen, y después cumplió misión internacio­nalista en la década de 1980 en la guerra de Nicaragua en defensa de la entonces revolución sandinista.

Tras alcanzar la máxima responsabi­lidad del PCC en Villa Clara y en Holguín, ingresó en 2003 a los estratos de mayor rango dentro del partido, como el Buró Político y el Comité Central, y fue nombrado ministro de Educación Superior.

El nuevo presidente nació cuando la revolución cubana cumplió apenas 15 meses y 19 días de instalada y en una etapa en la que Cuba aceleró su ruta al socialismo de la mano de Fidel. Dos hombres dominan la estructura del PCC con poderes superiores al presidente: Raúl Castro y el general José Ramón Machado, segundo secretario del PCC a partir de 2011, de 87 años y uno de los personajes claves de la ortodoxia radical cubana como férreo defensor del aparato ideológico.

Así, la pregunta en Cuba se mantiene. ¿El cambio será real o es un mero maquillaje?

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