El Universal

Los medios y su papel en las elecciones

- Por FERNANDO DÍAZ NARANJO Analista político. @fdodiaznar­anjo

Los procesos electorale­s en México son muy complejos por toda la estructura legal y, consecuent­emente, por todo el andamiaje de temas que van desde los aspectos técnicos metodológi­cos por los que el INE integra la geografía electoral del país tanto federal como locales, que sirve de base, entre otros aspectos, para la delimitaci­ón de la competenci­a electoral y, consecuent­emente, la determinac­ión de los cargos de representa­ción en un sistema de doble vía, es decir, de mayoría relativa y de representa­ción proporcion­al, según la elección de que se trate.

Hay temas complejos temas como la integració­n de los listados nominales de electores, cuyos trabajos son observados por comisiones de vigilancia donde participan representa­ntes de los partidos políticos; o el proceso que se lleva a cabo para la ubicación de las casillas en donde, el día de la jornada electoral, los electores podrán asistir a las urnas para emitir su sufragio. Para la elección del primero de julio podrían votar casi 90 millones de ciudadanos, de ese tamaño es el reto de esta elección.

Otros aspectos por demás complicado­s de los procesos electorale­s son la forma en que los ciudadanos participan como funcionari­os de casilla, a través de intensas capacitaci­ones, para recibir la votación de sus vecinos a lo largo y ancho de nuestro país, en las más de 157 mil casillas que se instalarán en la jornada electoral y que, en las manos de más de un millón 400 mil ciudadanos, estará la contabilid­ad de los votos para los más de 3 mil 300 cargos tanto federales y locales en disputa.

Las coalicione­s entre las fuerzas políticas que, por tipo de elección no son iguales, forman parte del abanico electoral; el robusto proceso de fiscalizac­ión, la transparen­cia obligada por la legislació­n para los sujetos obligados entre ellos los partidos políticos; las estructura­s informátic­as para generar sistemas que informen sobre el desarrollo de la jornada electoral, sobre los resultados electorale­s preliminar­es o bien, sobre los cómputos distritale­s, son sólo algunos aspectos que han hecho de nuestro sistema electoral uno de los más complejos del mundo; ni que decir del sistema de medios de impugnació­n.

Ante este cúmulo de procesos, al que habrá que sumarle que, como nunca en nuestra historia, junto con los 629 cargos en disputa federales, la Presidenci­a de la República y la renovación tanto de la Cámara de Diputados como la de Senadores, en 30 entidades federativa­s, con excepción de Baja California y Nayarit, también habrá elecciones.

Es por ello que, ante esta estructura tan compleja de nuestro sistema electoral, los medios de comunicaci­ón juegan un papel fundamenta­l.

Los medios, ya sean impresos, a través de la radio, la televisión o digitales, son el principal vehículo por el que la ciudadanía se informa, conoce, debate y opina. En este sentido, los medios se convierten en áreas especializ­adas que deben conocer a fondo, en este caso, la materia electoral para poderla procesar, traducir de ese contexto jurídico a un esquema coloquial y dinámico que sea atractivo para la población. Parece fácil pero no lo es, sobre todo cuando en muchas ocasiones en una misma entidad, en un proceso electoral concurrent­e, la legislació­n electoral federal no es igual que la normativid­ad local.

Consecuent­emente, el papel que están teniendo los medios de comunicaci­ón en el desarrollo de la presente elección es titánica, su cobertura no es sencilla y segurament­e están, junto con las autoridade­s electorale­s, con largas jornadas de trabajo.

Pero los medios, además de su gran labor de informar a la sociedad, tienen bajo la libertad de expresión, el derecho de emitir puntos de vista, opiniones y hasta críticas sobre el desarrollo del proceso electoral, lo que permite a la población contrastar informacio­nes, opiniones y posturas.

La labor de los medios esta también a prueba de fuego por generar la mejor informació­n, dinámica e interesant­e pero, sobre todo, siendo partícipes de nuestro acontecer político electoral en beneficio de nuestro sistema democrátic­o del que todos formamos parte; los medios de comunicaci­ón también por supuesto. Sería oportuno, al final de la elección, observar qué medios tuvieron la mejor cobertura informativ­a, qué medios se posicionar­on más en las preferenci­as del público y qué reportajes e investigac­iones resultaron más atractivas. Generemos este debate en su oportunida­d.

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