Españoles en el podio
Imagine usted un espacio dedicado única y exclusivamente a probar los mejores vinos de España… Sería fantástico, ¿a poco no? La semana pasada aterrizó en la CDMX la quinta edición del Salón Selección Guía Peñín, muestra itinerante dedicada a promover el vino iberoamericano y exponer los caldos más sobresalientes de la “Guía Peñín de los Vinos de España” ante periodistas, distribuidores, profesionales del sector y líderes de opinión. Más de 200 vinos, de cerca de 40 bodegas españolas y mexicanas, procedentes de una veintena de polos productivos, integraron la muestra. Sí, querido lector, hablo de un auténtico parque de diversiones para los fanáticos del buen beber.
Concebida hace casi tres décadas por el crítico José Peñín, con quien por cierto pude compartir hace un par de semanas en el Concours Mondial de Bruxelles Haidián 2018, la Guía Peñín se ha convertido en una de las más notables referencias de la industria internacional del vino. Anualmente, el equipo de Peñín evalúa más de 11 mil 500 etiquetas tan solo en España, cifra que permite entender su magnitud. ¿En México? El compendio también goza de buena fama, no solo porque ofrece un vistazo a los mejores ejemplares de la industria ibérica, sino también por incluir, desde hace algunos años, una sección dedicada a los fermentados de producción nacional.
Pero vayamos a lo nuestro… la anhelada “Cata del Podio”. Como cada año, los artífices de la Guía dirigieron una degustación de los vinos mejor puntuados en 2018; siete caldos con calificaciones de entre 95 y 98 puntos, auténticos titanes de la expresión sensorial procedentes de Toro, Costers del Segre, Castilla y León, Ribera del Duero, Jerez y la DO Cava. Rocío Amador, directora para México de Peñín y una de las mujeres más informadas del tema en nuestro país, fue la responsable de conducir el ejercicio.
“¿Sorpresas?”. Todos y cada uno de ellos. Entre lo más destacado, si es posible expresarlo de tal modo, estuvo Termanthia 2011, de la Bodega Numanthia, monovarietal de Tinta de Toro de vides prefiloxéricas repleto de frutos negros maduros, licoroso y vibrante; literalmente, “potencia y jugosidad con taninos redondísimos”. Ni qué decir del Solera Familiar Gutiérrez Colosía Amontillado, un jerez de lindísimos tonos ambarinos, con matices de avellanas, hierbas aromáticas y deliciosos destellos salinos, con acidez refrescante y larga persistencia ( por mucho, mi favorito). También hay que mencionar al ya muy afamado Enoteca Gramona Brut Nature Gran Reserva, cava de burbuja fina y persistente, cremoso y profundo, con perfecta acidez, buen balance frutal, tonos amargos muy agradables y larguísima persistencia mineral. Este último, mi estimado lector, es el vino mejor puntuado de la Guía por segundo año consecutivo.
Fuera del podio… la sorpresa fue Ferratus, proyecto liderado por María Luisa Cuevas, y apuntalado técnicamente por el enólogo Benigno Garrido, en Aranda de Duero. Son vinos de gran complejidad y carácter, con un enfoque cuasi obsesivo por la expresión varietal de la Tempranillo. Es una lástima que aún no estén disponibles en México.