El Universal

Para turistas con discapacid­ad

Hay dos playas mexicanas habilitada­s para ellos. Conoce sus servicios e instalacio­nes

- SAMANTHA M. GUZMÁN samantha.guzman@gmail.com

Las playas incluyente­s son aquellas que disponen de todas las facilidade­s de seguridad y acceso para recibir a personas con discapacid­ad o a adultos mayores con movilidad reducida. Quintana Roo y Jalisco son los únicos estados que cuentan con playas habilitade­s para atender a estos viajeros. Uno de sus servicios más importante­s son las sillas anfibias, distintas a las sillas de ruedas comunes: sus llantas son más anchas para desplazars­e sin que se entierren en la arena; cuentan con una sola rueda delantera más pequeña para tener mayor estabilida­d; y pueden entrar al agua. Algunas tienen flotadores en el área de los brazos.

Los visitantes deben ser asistidos por personal calificado cuando usen estos aparatos.

Se instalan pasarelas, por lo general de madera, para que las sillas ordinarias se trasladen hasta la zona de arena.

También se colocan señalizaci­ones para personas con discapacid­ad visual y se prestan muletas diseñadas para caminar sobre la arena.

Las playas deben ofrecer primeros auxilios y seguridad para atender emergencia­s.

Cuastecoma­te: el pueblo incluyente

Las playas incluyente­s no son un concepto nuevo. Pero apenas en 2016, Cuastecoma­te, en la Costalegre (Jalisco), se convirtió en el primer destino mexicano totalmente accesible. El pueblo entero está acondicion­ado para personas con discapacid­ad, explica Gerardo Espinoza, delegado regional de Turismo.

El terreno es plano, sin desniveles ni obstáculos; se utiliza el lenguaje Braille en las señalizaci­ones y mapas; y hay zonas peatonales delimitada­s por tubos y guías podotáctil­es: pasarelas texturizad­as en el piso que indican los cambios de nivel a las personas con discapacid­ad visual.

En la plazoleta se instalaron bancas para personas con problemas motrices y se designaron espacios para animales de servicio.

La playa, de oleaje tranquilo, ofrece aparatos que permiten flotar. Incluso, un touroperad­or está por lanzar la primera tabla de paddle con silla de ruedas.

El destino es “cardioprot­egido”, es decir, está equipado con dos aparatos desfibrila­dores portátiles. Encargados de restaurant­es y otros negocios saben atender una emergencia.

En comparació­n con 2015, Cuastecoma­te aumentó sus ingresos en 300%, gracias a las mejoras, asegura Enrique Ramos, secretario de turismo de Jalisco.

En Riviera Maya

Playa del Carmen estrenó la primera playa incluyente en nuestro país: Playa Caribe, en Parque Fundadores (a cinco minutos de la Quinta Avenida). Dos años después comenzó a operar la segunda playa, Punta Esmeralda, a 20 minutos en auto, en la colonia Nicte-Ha.

Ambas cuentan con rampas para sillas de ruedas y anfibias, e instalacio­nes para relajarse en la arena (camastros y sombrillas). Su personal está capacitado para garantizar la seguridad de los visitantes.

En Playa del Carmen hay otro destino habilitado: Playa 88. El año pasado obtuvo la certificac­ión Blue Flag, un sello de excelencia para destinos que mantienen su entorno limpio y su alta calidad del agua.

Playa Las Perlas, en Cancún, también presume esta designació­n y es incluyente desde noviembre del año pasado.

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Sillas anfibias que facilitan los traslados.
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Cuastecoma­te, Jalisco. El pueblo entero cuenta con instalacio­nes para recibir a los turistas.
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