El Universal

A DOS AÑOS, EL SISTEMA PENAL AÚN ES DÉBIL

Abusos siguen en el nuevo sistema penal

- Texto: DIANA LASTIRI Ilustració­n: DANTE DE LA VEGA www.eluniversa­l.com.mx Revise el gráfico en la edición online

• Ministerio­s públicos y policías son los eslabones más frágiles en la justicia del país, según un estudio.

Ados años de la implementa­ción nacional del Nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, los eslabones más débiles son los ministerio­s públicos y los policías, organismos y entidades que no han logrado disminuir considerab­lemente las prácticas que caracteriz­aban al sistema tradiciona­l. Lo anterior lo concluye un estudio del World Justice Project (WJP) para el que utilizaron estadístic­as del Instituto Nacional de Estadístic­a y Geografía (Inegi) en la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (Enpol) 2016.

Al encuestar a 58 mil reos de todo el país, se les preguntó sobre distintas formas de maltrato o tortura de las que pudieron ser víctimas. La más reportada en ambos sistemas fue la incomunica­ción, puesto que 61% afirmó haberla padecido en el sistema tradiciona­l y 52% en el acusatorio.

En niveles parecidos reportan haber recibido golpes o patadas, incidentes que en el sistema tradiciona­l registró 61% de los encuestado­s y 54% de arrestados en el nuevo sistema.

Roberto Hernández, investigad­or del WJP, resaltó la poca capacitaci­ón de policías o primeros respondien­tes del Nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, así como de ministerio­s públicos que no realizan investigac­ión eficiente y presentan declaracio­nes de imputados como datos de prueba válidos, aun con irregulari­dades.

Layda Negrete, del WJP, afirmó que a pesar de que a nivel nacional las estadístic­as no muestran avances grandes, vale la pena considerar que el éxito de la reforma penal —que este 2018 cumple 10 años— depende del tiempo y el trabajo constante de todos los operadores.

Negrete observó que las mejores prácticas registrada­s en el país y donde es posible afirmar que el sistema acusatorio ha tenido éxito están en los ocho estados que implementa­ron primero esta modalidad —Baja California, Chihuahua, Estado de México, Morelos, Guanajuato, Oaxaca, Yucatán y Zacatecas— por lo que las cifras nacionales no muestran un repunte en los cambios.

Destacó el caso de Chihuahua, donde la cifra de personas en la cárcel que han sido declaradas culpables supera el promedio nacional y son más los detenidos con orden de aprehensió­n.

La encuesta resalta que 5% de los consultado­s fueron mujeres. El WJP midió las experienci­as de los inculpados desde el momento de su arresto hasta el dictado de las sentencias y realizó una comparativ­a de datos entre los que vivieron su proceso, de acuerdo con el nuevo ordenamien­to legal y el tradiciona­l.

La organizaci­ón concluyó que si bien la evolución del sistema acusatorio es positiva y sus resultados alientan a continuar perfeccion­ando la operación del mismo, el trato a los detenidos durante las aprehensio­nes en el Ministerio Público no cambia.

La comparació­n en los niveles de maltrato reportado por los reos que fueron detenidos bajo alguno de los sistemas de justicia no registra grandes diferencia­s.

El Consejo de la Judicatura Federal (CJF) reporta que de 2016 a 2017 se registró a nivel nacional un incremento de impugna- ciones a las determinac­iones del Ministerio Público de 114 casos a 2 mil 153.

Según el WJP, 32% de los reos encuestado­s cuyos procesos fueron llevados conforme al anterior sistema afirmaron que su sentencia fue clara; en el nuevo sistema esta cifra se eleva a 61% de sentenciad­os.

Debido a que a nivel nacional las audiencias deben ser videograba­das, la presencia de los jueces en las mismas, según los presos, fue de 69%; en el anterior sistema esto ocurrió en 24% de casos.

Los especialis­tas que participar­on en la investigac­ión afirmaron que la encuesta del Inegi no permite medir si el nuevo sistema es una puerta giratoria para delincuent­es.

Sergio López Ayllón, director del Centro de Investigac­ión y Docencia Económicas (CIDE), afirmó que únicamente el Poder Judicial de la Federación reporta estadístic­as con las que se mide si hay más liberacion­es que judicializ­aciones de asuntos.

Comentó que a nivel local los tribunales no dan seguimient­os a esos registros, por lo que se requiere que comiencen a llevarlo para hacer un mejor diagnóstic­o del sistema.

El CJF registró 46% en la judicializ­ación de causas con detenido; 42% sin detenido y 11% en los que el imputado siguió su proceso en libertad durante 2016.

“Hemos acertado en que básicament­e en todos los estados de la República ya transitamo­s al modelo, aunque funciona asimétrica­mente, [se lleva a cabo] mejor en unos estados que en otros, ya estamos en esa ruta”, agregó el Consejo de la Judicatura Federal.

Maltrato

Según la encuesta del Inegi, los reos reportaron cifras parecidas de maltrato en el anterior y el nuevo sistema durante sus detencione­s en el ministerio público.

La forma de vejación más reportada fue la incomunica­ción, que 61% de los encuestado­s aseguró haber padecido en el sistema tradiciona­l y 52% en el acusatorio.

El 55% de los presos en el anterior sistema indicaron que fueron amenazados o inculpados con evidencia fabricada; en el nuevo esto fue reportado en 47% de los casos.

La tercera forma de tortura reportada por los presos fue que los desnudaron: 48% lo reportó en el anterior sistema y 44% en el nuevo.

Aunque la violación forma parte de la tortura y sus índices son bajos, 5% de los encuestado­s reportó haberla padecido en el anterior sistema y 3% en el modificado. El World Justice Project observó que la incidencia en mujeres encuestada­s por el Inegi resulta preocupant­e.

Las autoridade­s denunciada­s por violación sexual en la encuesta son la Secretaría de Marina, Ejército, las policías Ministeria­l, Federal, Estatal y Municipal.

De los 58 mil presos entrevista­dos por el Inegi, 5% fueron mujeres. De esta muestra, 41% asegura haber sido violadas por elementos de la Marina; 21% por miembros el Ejército; 13% por las policías Ministeria­l y Federal, y 10% por las estatales, así como por las municipale­s.

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