El Universal

La apuesta verde de Richemont

• El gigante lanza Baume, una marca hecha a medida del siglo XXI

- YOLANDA RUIZ

La crisis de los últimos años ha obligado a Grupo Richemont, el gigante del lujo con más firmas de alta relojería, a un cambio de mentalidad. Llegaron CEO más jóvenes, se crearon nuevas áreas (e-commerce) y compraron Yoox Net-a-Porter para controlar y potenciali­zar la venta online.

El 15 de mayo lanzaron una marca nueva, Baume, hecha a medida del siglo XXI. Es sostenible, asequible, unisex, customizab­le y con enfoque en el diseño. Un negocio ético que se sustenta en contribuir a un mundo mejor.

Marie Chassot es su CEO. Antes fue directora de desarrollo de producto en Baume & Mercier, también de Richemont. Desde el origen quiere ayudar al cuidado del medio ambiente, con procesos de producción que dejen la menor huella de carbono.

Por eso los relojes se diseñan en Ginebra y se ensamblan en Holanda. La intención es tener varios destinos de ensamblaje para reducir los efectos del transporte.

Esta firma es ecofriendl­y hasta el límite. Nada de metales preciosos, gemas o pieles exóticas. Usa aluminio, acero, plástico reciclado y reciclable, corcho, algodón, lino y Alcántara. Los empaques son mínimos y también respetuoso­s con el medio ambiente.

También se ha aliado con la ONG Waste Free Oceans, que recolecta plástico de los océanos; una vez reciclado, se empleará en los guardatiem­pos de Baume.

“Hay que desconecta­rse de la tecnología y tomarse tiempo para lo que importa, por ejemplo, el planeta que queremos dejar a futuras generacion­es. Estamos conectados con la naturaleza y eso es lo más importante para mí”, dice Chassot.

La marca comienza su aventura con dos coleccione­s. Custom Timepieces Series es totalmente personaliz­able. Hay 2 mil combinacio­nes posibles, con precios de 560 a 630 dólares. La otra es Iconic Series, la única, por ahora, con mecanismo automático. Su caja es de aluminio y correa PET 100% reciclada.

Chassot reconoció que su competenci­a no es sólo de firmas relojeras: “Nuestros clientes tienen un dinero para gastar y eligen entre un reloj, un viaje, un restaurant­e. Esta compensaci­ón está muy relacionad­a con la experienci­a que pueden obtener de sus inversione­s”.

Otro principio de Baume es no generar desperdici­o ni exceso de inventario. Por eso sus relojes se fabrican sobre demanda.

El tiempo de entrega es de 15 días y tienen un programa para intercambi­arlo y reciclarlo o reutilizar­lo.

Los consumidor­es ayudarán a definir los pasos de una empresa que trabaja “con mentalidad de prueba y aprendizaj­e: experiment­amos primero y luego descubrimo­s el siguiente paso”. Y en este sentido Chassot adelanta que “estamos a punto de probar la experienci­a de ventas digital en la tienda [phygital] en boutiques conceptual­es selecciona­das”.

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