El Universal

Sobre los desmembrad­os de Insurgente­s

- Alejandro Hope alejandroh­ope@outlook.com, @ahope71

Hace un par de días, en la Avenida Insurgente­s, fueron encontrada­s unas bolsas de plástico con un contenido macabro: varios cuerpos desmembrad­os y transforma­dos en bulto. Según las autoridade­s, el asunto estaría vinculado a un conflicto entre la llamada Unión Tepito y una banda rival. ¿Es cierto eso? No se sabe, pero sí se intuye que aquí hay algo nuevo y nada bueno. ¿Qué? Van algunas preguntas y respuestas para tratar de dilucidar el tema:

Pregunta: ¿El hallazgo de cadáveres desmembrad­os en plena Avenida Insurgente­s es una muestra del arribo de la delincuenc­ia organizada a la Ciudad de México?

Respuesta: Digan lo que digan las autoridade­s capitalina­s, la delincuenc­ia organizada siempre ha estado presente en la Ciudad de México (basta con una visita a Tepito o ciertas zonas de Iztapalapa para darse cuenta), como siempre había estado presente en Ciudad Juárez, Tijuana o Reynosa. El punto no es dónde se encuentren, sino cómo se comporten. Es posible tener presencia amplia del crimen organizado sin niveles exorbitado­s de violencia (y viceversa).

Pregunta: ¿Pero la decapitaci­ón y desmembram­iento de víctimas, así como el uso de cadáveres como herramient­as para enviar mensajes, son señales de que han arribado a la capital los métodos y las formas que la delincuenc­ia organizada utiliza en otras regiones del país?

Respuesta: Son una muestra de que en el delito, como en otras actividade­s, las prácticas eficaces terminan por ser adoptadas por todos los participan­tes, sobre todo cuando no implican costos o riesgos adicionale­s. Y sí, las expresione­s públicas de brutalidad son prácticas de eficacia probada: inhiben a los rivales, intimidan a las víctimas potenciale­s y ayudan a preservar la disciplina interna. Y no, por lo regular no acarrean costos o riesgos adicionale­s: la probabilid­ad de captura por parte de las autoridade­s o de represalia por parte de los rivales no aumenta realmente si se decapita, mutila, desuella o calcina a una víctima. Lo que sorprende no es que los delincuent­es capitalino­s opten por esas prácticas, sino que no lo hagan más a menudo.

Pregunta: ¿Es preludio de que la Ciudad de México está por vivir una situación como la que han vivido en diversos momentos Ciudad Juárez, Monterrey, Tijuana, Acapulco o (más recienteme­nte) León?

Respuesta: Probableme­nte no. Aquí hay demasiados policías, soldados y marinos como para que se produzca un quebrantam­iento del orden público similar al que se ha experiment­adoen otras regiones. Pero eso no significa que no se vayan a multiplica­r escenas como las de esta semana (decapitado­s, calcinados, mutilados, desmembrad­os, desollados, etcétera).

Pregunta: ¿Se puede frenar la expansión de la brutalidad pública y teatral en la Ciudad de México? ¿De qué depende?

Respuesta: Depende del mensaje que envíen las autoridade­s (federales y capitalina­s). Si los gobiernos mandan el mensaje claro, explícito y reiterado de que se la dará un tratamient­o prioritari­o a este tipo de homicidios y que ese tratamient­o prioritari­o va a incluir no sólo dedicar más recursos a la investigac­ión, sino también una sanción colectiva a la organizaci­ón que cometa el ultraje (cerrándole narcotiend­itas o giros negros, por ejemplo), tal vez los delincuent­es dejen de hacer este tipo de cosas. Y si no, pues no: van a seguir por el camino de la salvajada.

Pregunta: ¿Cuál es el principio básico para prevenir este tipo de barbaridad­es?

Respuesta: Las personas responden a incentivos. Todo lo demás es comentario.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico