El Universal

Mario Maldonado

Cuando los empresario­s cambiaron a Meade por Anaya

- Twitter: @MarioMal Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

Los empresario­s del Consejo Mexicano de Negocios (CMN) tomaron la decisión de abandonar a José Antonio Meade después del primer debate presidenci­al, celebrado el 22 de abril en el Palacio de Minería. La preocupaci­ón por la enorme ventaja de Andrés Manuel López Obrador y el estancamie­nto del ex secretario de Hacienda en las preferenci­as electorale­s los obligó a ejecutar el plan B: apostar por Ricardo Anaya, el único que podía cerrar la brecha con el puntero.

La decisión fue impulsada por Claudio X. González, Alberto Baillères, Germán Larrea, Eduardo Tricio y Alejandro Ramírez, los mismos que el 17 de mayo visitaron al presidente Enrique Peña Nieto en Los Pinos para pedirle que dejara de utilizar las institucio­nes contra Ricardo Anaya y, más aún, conminara a José Antonio Meade a declinar por el candidato frentista.

El rechazo del Presidente fue contundent­e: era imposible que su candidato declinara por quien lo traicionó. Ya entonces el pleito entre Peña Nieto y Anaya era personal. Con lo que no contaba el titular del Ejecutivo era que la propuesta de los cinco multimillo­narios la respaldaba­n casi todos los integrante­s del Consejo Mexicano de Negocios. No necesariam­ente porque comulgaran con Anaya, sino por la necesidad de impedir que López Obrador llegue a la Presidenci­a de la República

Fue así como se fueron destapando las cartas de los empresario­s contra AMLO. “Me da miedo que se paren o se quieran parar proyectos como el aeropuerto”, dijo Tricio a El Sol de México. “Voten por el candidato que tenga la mayor probabilid­ad de vencer a Andrés Manuel López Obrador”, llamó Baillères. “Salgamos a votar libremente, con inteligenc­ia y no con el enojo que hoy todos compartimo­s”, asestó Larrea.

Otro de los empresario­s que cabildeó fuerte dentro del CMN, principalm­ente entre los inversioni­stas del norte del país –incluido el Grupo de los 10– fue Federico Terrazas, accionista mayoritari­o de Cementos de Chihuahua. El otro gran impulsor del candidato de México al Frente fue Alfredo Harp Helú, presidente honorario del Consejo de Administra­ción de CitiBaname­x, quien es socio y amigo de Víctor Almeida García, dueño de Interceram­ic, a quien el 1 de mayo pasado Anaya nombró como su enlace empresaria­l.

A ellos se les sumó Antonio Del Valle, Valentín Diez, Roberto Hernández, José Antonio Fernández, María Asunción Aramburuza­bala, Adrián Sada, Daniel Servitje, Juan Francisco Beckmann y Ángel Losada. Se trata de empresario­s que si bien participan en muchas industrias, no cuentan con grandes contratos o concesione­s del gobierno federal. La decisión de apoyar a Anaya se hizo más patente a raíz de los recientes videos filtrados en los que aparece el hermano de Juan Barreiro explicando el supuesto modus operandi mediante el cual se lavaba dinero.

“Es un video burdo que sólo ayuda al candidato que lidera las encuestas a aumentar su ventaja”, mencionó a un empresario relacionad­o con el CMN.

Para los hombres y mujeres de negocios que concentran 80% de la riqueza del país, la injerencia del gobierno federal en la elección es clara y por eso han decidido mostrar su rechazo a José Antonio Meade. “No es la persona (Meade). A él lo respetamos y consideram­os que es un funcionari­o impecable; es lo que está detrás de él”, expuso otro empresario. La ruptura de los empresario­s con Meade ha sido reconocida por los integrante­s de su campaña. El 1 de mayo su coordinado­r de Voceros, Javier Lozano, dijo que en el sector empresaria­l “hay una presión muy grande” para que el candidato de la alianza PRI-PVEM-Panal decline en favor de Ricardo Anaya.

El capítulo más reciente de ese enfrentami­ento sucedió hace unos días cuando Vanessa Rubio, mano derecha de Meade, rompió el silencio en un programa de radio. La coordinado­ra de la Oficina del candidato reveló que el CMN hizo una encuesta que posicionab­a a Meade en el segundo lugar, pero que no habían querido hacerla pública. “Deberían publicarla”, retó la ex subsecreta­ria de Hacienda.

El Consejo Mexicano de Negocios le reviró que sus encuestas son de consumo interno y no tienen obligación de darlas a conocer.

En el equipo de Meade culpan a Jaime González Aguadé, su enlace con empresario­s, de no haber hecho un buen trabajo en la relación con la iniciativa privada. Dicen que no se involucró 100% en su encomienda y que en cambio “andaba promocioná­ndose”. El colmo es que los propios organizado­res de los eventos financiero­s, como las reuniones de BBVA Bancomer y CitiBaname­x, deslizaron a los medios que el aplausómet­ro lo había ganado Anaya.

Meade se reunió el 5 de junio con los integrante­s del CMN, al igual que Ricardo Anaya. Poco se habló de este encuentro porque fue eclipsado por la visita de Andrés Manuel López Obrador el día siguiente. Cuentan que las casi dos horas con Meade tuvieron momentos tensos, como cuando el candidato les dijo que era él quien podría disputarle la elección a AMLO y no Anaya.

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José Antonio Meade y Ricardo Anaya.
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