Los colombianos, descafeinados
Japón complica el arranque de los sudamericanos, que se desdibujan al quedar con 10 y sin James de inicio
Saransk.— Japón oscureció el panorama de Colombia en la Copa del Mundo, después de imponerse 2-1, para dejar al conjunto sudamericano con escaso margen de error para progresar en Rusia.
Colombia, ataviada de una estupenda reputación ganada a pulso cuatro años atrás, en Brasil 2014, donde alcanzó los cuartos de final, no se sobrepuso a los numerosos contratiempos con los que se topó en los minutos iniciales del choque. No le dio para completar una remontada con la inferioridad numérica con la que se quedó desde el minuto 5.
Por eso, todos los planes, toda la estrategia de la pizarra se quedó en nada. José Pékerman dejó a James Rodríguez en el banquillo. El argentino prefirió hombres frescos ante un rival correoso, de exigencia física y que suele imponer un ritmo alto.
Sin embargo, Japón no atrae en esta ocasión las expectativas de veces anteriores. En su sexta participación seguida ya no cuenta con ese grupo de futbolistas compacto y unido para la causa. De hecho, da la sensación de ser un conjunto que languidece, sobre todo por el cambio de entrenador que tuvo que realizar hace solo dos meses y que llevó a Akira Nishino, ex timonel del Hitachi, al combinado nacional.
En un contraataque, Shinji Kagawa disparó a portería, pero en el camino se interpuso el brazo de Carlos Sánchez. El árbitro esloveno, Damir Skovina, lo vio. Señaló la pena máxima y expulsó al mediocentro del Espanyol.
No falló Kawaga desde los once metros.
Pero Japón, uno de esos equipos que peca siempre de inocencia, falló en una barrera que se colocó mal y saltó por anticipado. Juan Quintero estuvo vivo. Lanzó raso, pegado al palo. Y el meta Elij Kawashima se tragó el balón. Disimuló con la pelota en las manos. No hacían falta el VAR ni el ojo de halcón. Había rebasado la línea.