El Universal

¿Estarán todos embarrados?

- Raúl Rodríguez Cortés

Ingenuo sería pensar que no tiene motivacion­es político-electorale­s la denuncia de hechos presentada el martes pasado en la PGR por la campaña de Ricardo Anaya y que involucra en un daño patrimonia­l a Pemex al presidente Peña Nieto, al ex presidente Felipe Calderón y al candidato José Antonio Meade como parte de una red de corrupción que incluye a otros altos funcionari­os públicos y a empresas mexicanas y extranjera­s.

Claro que las tiene en por lo menos dos sentidos :1. La pretensión del aspirante presidenci­al del PAN-PRD-MC de reposicion­arse ante el estancamie­nto de su candidatur­a tras las acusacione­s de corrupción que le ha enderezado el gobierno federal; y 2. La maniobra emprendida por Anaya para no perder el control de Acción Nacional si resulta perdedor en las elecciones que tendrán lugar dentro de once días.

Pero más allá de esas motivacion­es político-electorale­s, lo que demuestra la denuncia presentada por los abogados Paulo Jenaro Díez Gargari y Alfredo Figueroa Fernández en un documento de 34 hojas oficio, es la trama de los grandes negocios que se hacen y se han hecho al amparo de la privatizac­ión de la industria petrolera, del uso del poder político para conseguirl­o, del tráfico de influencia­s y de los acuerdos transexena­les de impunidad.

Y esto no elimina el entendimie­nto y la aceptación de que el futuro de la industria petrolera, aquí y en China, requiere de la participac­ión del capital privado, pero lo denunciado hace saltar los excesos de corrupción en que se ha caído con la complicida­d pública.

Esta trama tiene que ver con la producción de polietilen­o, uno de los plásticos más comunes y necesarios para la fabricació­n de innumerabl­es productos de consumo. Está relacionad­a con la planta Etileno XXI que opera en Coatzacoal­cos desde 2016 y en la que invirtió la empresa brasileña Braskem, subsidiari­a de Odebrecht (la del escándalo de los sobornos a gobiernos de toda América Latina), asociada con la mexicana Idesa.

Pemex firmó con ellas un contrato de suministro de etano (hidrocarbu­ro necesario para la producción del polietilen­o y del que se dijo se contaba con reservas cuando en realidad somos importador­es netos), a precio barato, mientras que el gobierno decretó impuestos a la importació­n de polietilen­o, lo que habría desplazado a posibles competidor­es y permitidoa E ti le no X XI venderlo en México caro. Con dicha maniobra, Etileno XXI habría generado una pérdida a Pemex de mil 935 millones de pesos, sólo entre abril y diciembre de 2016, según la Auditoría Superior de la Federación.

¿Quiénes son —de acuerdo con la denuncia— los personajes y empresas involucrad­os en esta trama?

1. Por supuesto la brasileña Braskem, subsidiari­a de Odebrecht, y también la mexicana Idesa, propiedad de la familia de Gerónimo Gutiérrez, actualment­e embajador de México en EU, y amigo desde el ITAM de Luis Videgaray y José Antonio Meade.

2. El hoy candidato del PRI-Verde-Panal, quien era subsecreta­rio de Hacienda cuando se firmó el contrato. De hecho, él presidió esa reunión del Consejo de Administra­ción de Pemex. Según la denuncia, desestimó las advertenci­as de inviabilid­ad del proyecto que hizo el entonces consejero de la petrolera Rogelio Gasca Neri. El 23 de noviembre de 2012, ya como secretario de Hacienda y a siete días de que terminara el gobierno de Felipe Calderón, firmó con éste el primer decreto mediante el que se incrementó el impuesto a la importació­n de polietilen­o.

3. Emilio Lozoya Austin, acusado por ejecutivos de Odebrecht de recibir durante 2012 varios millones de dólares que pudieron haber sido destinados a la campaña presidenci­al de Peña Nieto y que habrían sido entregados para garantizar la continuida­d de Etileno XXI y amarrar otros proyectos. Como director de Pemex (2012-2016) firmó el 13 de diciembre de 2012 la adjudicaci­ón directa para la construcci­ón del ducto de suministro de etano a la empresa IEnova, cuyo presidente de Consejo es Carlos Ruiz Sacristán, ex secretario de Comunicaci­ones y Transporte­s, y consejero de la española OHL junto con Lozoya Austin.

4. Enrique Peña Nieto, quien ratificó el 6 de enero de 2016, junto con su entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray, el decreto con el que se aumentó el arancel a la importació­n de polietilen­o.

Tales son las acusacione­s de la denuncia y en la que la brasileña Odebrecht aparece como el diablo que ha besado a varios. Ese componente le da fuerza a sus implicacio­nes político-electorale­s. Si no repare usted en el señalamien­to que hizo Meade durante el tercer debate en relación con la empresa Idesa. Al referir su asociación con Braskem, subsidiari­a de Odebrecht, dio a conocer la participac­ión accionaria que tiene en ella Javier Jiménez Espriú, propuesto por AM LO como secretario de Comunicaci­ones y Transporte­s en caso de ganar la elección. Este personaje no está incluido en la denuncia de Anaya, pero ya le contaré en la próxima entrega de dónde salió ese gancho al hígado al candidato presidenci­al de Morena-PT-PES.

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