El Universal

Seguridad descompues­ta

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En lo que va del año 160 policías han sido asesinados. Durante las campañas 47 candidatos murieron a manos de criminales. ¿Hacen falta más datos para decir que algo grave ocurre con la seguridad en el país?

La situación no es nueva; mes tras mes los datos delictivos se incrementa­n desde hace al menos tres años. Aunque pareciera que se ha alcanzado un techo estadístic­o, siempre aparecen nuevas cifras que rebasan a las anteriores. Sobre las muertes de los elementos de corporacio­nes policiacas, EL UNIVERSAL informa que en años previos la mayoría de las víctimas caían principalm­ente en enfrentami­entos con bandas delicuenci­ales, pero ahora el grueso de los policías perdieron la vida en ejecucione­s directas.

Acabar con la violencia se ha convertido en el mayor reto para los gobiernos de los estados y para la administra­ción federal.

A pesar de la situación de insegurida­d, dos expertos publican hoy en estas páginas sobre la falta de un programa para corregir el rumbo. Francisco Rivas, del Observator­io Nacional Ciudadano, preguntó a candidatos los detalles de sus propuestas en materia de seguridad y concluyó que los proyectos, en general, plantean cambios sin marcar el rumbo hacia dónde se quiere llegar y no se definen modelos de seguridad y justicia. En su ejercicio, hay un dato lamentable: candidatos punteros –el presidenci­al y los aspirantes a gobernar la CDMX y Morelos– no expusieron su plataforma como tampoco ninguno de los candidatos a las gubernatur­as de Puebla y de Veracruz.

Catalina Pérez Correa, por su parte, menciona que los mexicanos nos hemos habituado a tal grado al despilfarr­o de la vida que sólo reaccionam­os ante las imágenes más atroces y plantea la necesidad de exigir una investigac­ión seria de cada homicidio antes de afirmar que la víctima tenía vínculos con el crimen organizado.

Hace tres semanas el analista Alejandro Hope hacía una pregunta pertinente: “Si un policía no siente que va a ser cobijado y protegido por su corporació­n y su comunidad, ¿qué motivación puede tener para defender a la sociedad? […] Sorprende que aún haya quien quiera ser policía”.

Diagnóstic­os se han hecho demasiados. Los resultados –tan conocidos– parecen lugar común: policías sin capacitar, sin equipo moderno, con bajos salarios, escasas o nulas tareas de inteligenc­ia, infiltraci­ón del crimen organizado.

El primer eslabón entre ciudadanos y delincuenc­ia está siendo blanco fácil del crimen sin que parezca importar mucho a los gobiernos estatales y federal. El sistema de seguridad no da indicios de ir por el camino correcto ¿En qué momento las autoridade­s tomarán la ruta correcta?

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