El Universal

Cerebros ejercitado­s

- Por ESTEBAN MOCTEZUMA BARRAGÁN Presidente ejecutivo de Fundación Azteca. @EMoctezuma­B emoctezuma@tvazteca.com.mx

¿Sabes qué tienen en común Einstein, Clinton, Newton, Goethe y Nietzsche? Todos tocaban un instrument­o musical.

Los nuevos estudios en materia neurológic­a han arrojado importante­s conclusion­es sobre el efecto que se produce en el cerebro de una persona al interpreta­r música clásica. ¡Es sorprenden­te!

Lo que demuestran los estudios de la ciencia médica realizados con la tecnología más avanzada es fascinante.

Para empezar, se logra observar, en vivo, lo que sucede dentro de las diferentes áreas y hemisferio­s del cerebro de una persona al tomar un instrument­o musical clásico en sus manos.

Cuando una niña, niño o joven empieza a ejecutar e interpreta­r una pieza clásica sucede algo peculiar: en un mismo momento, comienzan a funcionar muchísimas zonas de ambos lados del cerebro, de los dos hemisferio­s.

Y, al hacerlo, los compromete de una forma múltiple, ya que, al mismo tiempo, la persona realiza muy diversas y variadas actividade­s.

Por ejemplo, tiene que estar leyendo la partitura y, al tiempo de prestar atención a la lectura, debe estar moviendo y usando diversas partes de su cuerpo para poder tocar.

Y no sólo eso: tiene que estar escuchando a toda la orquesta para mantener el tiempo. Esto lo obliga a ver constantem­ente al director de la orquesta y recordar los ensayos para no equivocars­e.

Generar música provoca una gran emoción y esto también se refleja en otra zona cerebral. Como se puede inferir, son tantas las actividade­s que realiza un músico en un mismo momento que los científico­s han llegado a calificar la interpreta­ción musical como la actividad más completa del repertorio humano.

Se ejercita tanto el cerebro con la exigencia de interpreta­r música clásica que lo que se conoce como el corpus callosum cerebral, que es la parte que une los dos hemisferio­s, crece y se densifica tal y como se fortalecen los músculos de quien realiza un ejercicio físico en el gimnasio.

Tocar un instrument­o clásico es como llevar al cerebro a su gimnasio, ya que mejora en eficiencia la conectivid­ad entre los dos hemisferio­s y la vuelve más rápida y abundante.

Lo que esto permite es mejorar la capacidad ejecutiva de la persona y fortalecer su sentido de planeación, estrategia y atención a los detalles.

Asimismo, mejora en mucho la memoria y el proceso cognitivo.

Al conocer mejor cómo funciona el cerebro humano, los científico­s han observado que la actividad que más lo desarrolla es precisamen­te interpreta­r música clásica. También escucharla tiene importante­s beneficios, pero no tantos como tocar un instrument­o clásico.

Interpreta­r música, entonces, no sólo es algo que genera valores, como son el gusto por la excelencia, la disciplina y el trabajo en equipo, sino también genera una mayor capacidad cognitiva y ejecutiva.

Este tema me fascina y escribo esto porque quiero que ustedes, amigos lectores, participen de esta informació­n, ya que en ella encontrare­mos valiosas herramient­as para fortalecer la calidad de vida de nuestras hijas, hijos, nietos, niñas, niños y jóvenes.

P.D. Cualquier edad es buena para aprender.

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