Griezmann, el mariscal francés
El ofensivo lideró a su selección y respondió al concretar el penalti
Quizá no se le hizo tanto ruido en la previa del partido por el título, pero Antoine Griezmann, mariscal de la selección francesa, apareció en el momento en que más lo necesitaba su equipo y no solamente por el gol que hizo en este duelo final, sino porque volvió a mostrar el camino a sus compañeros.
Símbolo de esta Francia campeona del mundo, Griezmann le ganó ayer la partida a Luka Modric, que a pesar de la derrota y lo complicado del duelo en el Luzhniki recibió el Balón de Oro, premio al mejor jugador de la competencia.
Pero el Modric de ayer no fue el mismo que de los otros partidos de eliminación directa. Y no es que no hiciera el esfuerzo que había manifestado en otros momentos de esta Copa del Mundo, pero algo faltó. Griezmann, por su parte, se adaptó al estilo con el que Francia y Didier Deschamps cimentaron su camino al título.
Más allá de eso, el delantero fue el referente de una selección que deslumbra con la explosividad de Kylian Mbappé y la fortaleza de Paul Pogba. Es un futbolista elegante, cerebral, preciso. Cuatro goles en siete partidos para el del Atlético de Madrid, quien ya de por sí había incrementado su valor en el mercado y ahora quedará en las páginas de la historia como el mariscal de la selección que consiguió el segundo título mundial y promete más.
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