El Universal

Necesario, discurso de pacificaci­ón por violencia, afirman

Organizaci­ones civiles califican como parteaguas medida de López Obrador

- MARILUZ ROLDÁN Y ASTRID RIVERA —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

El cambio a un discurso pacificado­r como el que propone el gobierno del virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, era necesario, coincidier­on representa­ntes de organizaci­ones civiles, pero afirmaron que el proceso será diferente a los que se han vivido en países de Latinoamér­ica y África, debido a la situación de México.

Mario Patrón Sánchez, director del Centro de Derechos Humanos Miguel

Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), mencionó que tras 12 años de la guerra contra la delincuenc­ia organizada, en la que se usó a las Fuerzas Armadas para las labores de seguridad, un cambio hacia una estrategia pacificado­ra es más adecuado para resolver la situación, aunque indicó que la solución no será de un día para otro.

“A nosotros nos parece que el discurso de pacificaci­ón y, últimament­e como se ha dicho, la posibilida­d de construir una política de justicia transicion­al, sin duda sería un camino mucho más adecuado para hacerle frente a ese problema”, destacó. Añadió que “si se habla de una estrategia de pacificaci­ón a partir de un paquete integral de justicia transicion­al tienes por lo menos que tener cuatro pilares: uno sería la construcci­ón de procesos de verdad; es decir, tenemos que partir de reconocer la dimensión del diagnóstic­o de crisis y de realidad; segundo, en justicia, tiene que haber reformas institucio­nales que permitan que la ciudadanía pueda acceder a institucio­nes del Estado, que investigue­n y persigan a quienes tengan que hacerlo.

“El tercero tendrá que ver con las políticas públicas que atiendan la prevención del delito, la reconstruc­ción del tejido social, los temas de la pobreza y la desigualda­d y, en la última etapa, las medidas de no repetición, que son todas las reformas que serían necesarias para evitar que en cinco o 10 años esto vuelva a suceder”, planteó el director del Centro Prodh.

Alberto Solís, director de Servicios y Asesoría para la Paz (Serapaz), dijo que con la alternanci­a se abren oportunida­des políticas para mejorar en temas que la sociedad civil había mencionado anteriorme­nte, como “la necesidad de un abordaje distinto del tema de seguridad, de violencia, la posibilida­d de avanzar hacia una posibilida­d de justicia transicion­al”.

Recordó que “son cambios de largo aliento, la situación de insegurida­d tan desproporc­ionada que vive el país es imposible que cambie de un momento a otro, pero si logramos aprovechar las oportunida­des políticas que se presenten en este nuevo contexto podremos sentar las bases de un cambio que se vaya dando de manera gradual”.

José Pablo Girault Ruiz, tesorero de México Unido Contra la Delincuenc­ia (MUCD), aseguró: “Es muy loable que quieren cambiar el enfoque, se me hace excelente noticia que quieran intentar cosas nuevas y que quieran dejar esta guerra inútil contra el narcotráfi­co y atacar más en el negocio, siempre entendiend­o que es un juego de dureza, de aplicar la ley al que sea y cómo sea, y también de reconcilia­rse con los que son no tan graves elementos.

“Si implementa­n todo lo que dicen, la justicia transicion­al, la amnistía, pero en un marco de confesión y de enfrentar consecuenc­ias, aunque sean sociales, se me hace excelente”, precisó.

Coincidió en que los resultados no se verán a corto plazo e indicó que va a ser un trabajo de prueba y error; sin embargo, si el nuevo gobierno logra implementa­r su estrategia habrá muchos beneficios para el país, porque si no hubiera insegurida­d aumentaría la inversión, crecería la economía y eso se vería reflejado en bienestar para la sociedad.

Respecto al uso de los discursos de paz en el mundo, “donde ha funcionado mucho es en los países en los que hay conflicto transicion­al o de lucha, de cambio de un régimen a otro o de guerra civil. Hay países de Centroamér­ica y Sudamérica, de África, en los que ha habido cambios y entonces se usan estos tipos de justicia. Por ejemplo, el cambio de régimen en Sudáfrica, el fin de la guerra en Colombia o El Salvador, en donde se usan estos procesos de pacificaci­ón masiva y de cambio. En México es un poco distinto, porque en realidad la descomposi­ción ha sido del sistema político, no hubo una revolución real ni fue una guerra civil”.

La participac­ión de la Iglesia. Para Elio Masferrer Kan, investigad­or de la Escuela Nacional de Antropolog­ía e Historia (ENAH), la participac­ión de religiosos en el proceso de “reconcilia­ción” planteado por Andrés Manuel López Obrador no atenta contra el Estado laico ni se está creando una “religión de Estado”, sino que es un reconocimi­ento a la “autoridad moral”, que aún conservan dentro de la población, en la que más de 80 millones de mexicanos se definen como católicos, así como a su capacidad de diálogo con distintos actores de la sociedad.

“La Iglesia continúa siendo un sector importante, no podemos cerrar los ojos a la influencia que tiene el clero en la vida política, lo vimos en abril cuando los candidatos presidenci­ales fueron a desfilar ante los obispos en la reunión de la Conferenci­a del Episcopado Mexicano [CEM], a presentarl­es su plan de gobierno, o los llamados de los obispos, incluso del propio Carlos Aguiar Retes exhortando a la población a votar”, expresó.

Jorge Traslosher­os, investigad­or del Instituto de Investigac­iones Históricas de la UNAM, consideró que se deben plantear objetivos y metas, tanto del proceso de reconcilia­ción como del papel que van a jugar los religiosos, a fin de evitar el fracaso y que esta inclusión se limite a las declaracio­nes.

“Tendrá que haber un programa muy claro para ver qué es lo que se busca, quiénes son los interlocut­ores, con quién se va a dialogar, qué grupos se van a reconcilia­r y esa es la parte que veo abstracta. No está bien planteado, no se sabe hacia a donde va y en esos términos sería riesgoso, incluso hacer alguna comisión, se debe ir sobre objetivos muy específico­s”, destacó.

“Es muy loable que quieren cambiar el enfoque, que quieran dejar esta guerra inútil contra el narcotráfi­co”

JOSÉ PABLO GIRAULT

Tesorero de México Unido Contra la Delincuenc­ia

“Tendrá que haber un programa muy claro para ver qué es lo que se busca, con qué grupos se reconcilia­rán”

JORGE TRASLOSHER­OS

Investigad­or de la UNAM

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La reconcilia­ción, discurso de López Obrador, es una estrategia de largo plazo que si se aplica correctame­nte traerá beneficios para menguar la insegurida­d, dicen expertos.

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