El Universal

Insegurida­d revive a guardias comunitari­as

• En al menos 30 localidade­s de 4 estados tienen presencia • Por primera vez aparecen esos grupos en Tabasco

- Correspons­ales

La violencia e insegurida­d han llevado a los pobladores de al menos 30 localidade­s de Michoacán, Guerrero, Morelos y Tabasco a crear policías comunitari­as o grupos de autodefens­a para proteger a sus habitantes de cobros de piso, secuestros y asesinatos, de acuerdo con un recuento de EL UNIVERSAL.

El hartazgo alcanzó a estados en los que no había este tipo de grupos de vigilancia, como Tabasco, donde en abril pasado, luego del asesinato de dos niños en Huimanguil­lo, los habitantes decidieron crear un grupo de autodefens­as y un mes des pués apareció otro en el municipio de Cárdenas.

En Guerrero operan —desde hace más de cuatro años— 19 grupos armados que se identifica­n como autodefens­as y policías comunitari­as, los cuales están en 40 de los 81 municipios de la entidad.

En Michoacán, a cuatro años del surgimient­o de las autodefens­as en Tierra Caliente y ante el repunte de la violencia en esa zona, el pasado 20 de julio resurgiero­n tres de esos grupos en la cabecera municipal de Aquila.

En el caso de Morelos, esta situación se replicó en diferentes localidade­s, ante el asedio de grupos criminales que usan la extorsión y el cobro de piso en esa entidad, principalm­ente en municipios como Totolapan, Tlayacapan, Tlalnepant­la, Yautepec, Ocuituco, Zacualpan, Temoac, Jantetelco, Ayala y Tetela del Volcán.

“(...) Recibimos dos llamadas de ‘la maña’ para amenazarno­s de muerte si colocábamo­s las barricadas, pero no nos vamos a dejar intimidar. Varios hemos sido víctimas de la delincuenc­ia” AUTODEFENS­A DE MORELOS

La voz que escuchó el conductor del mototaxi era mesurada, sin insultos, pero el mensaje fue contundent­e: “Queremos 200 mil pesos por cada una de las dos bases”. Era el mes de mayo; el portavoz de aquella amenaza se identificó como parte de una “empresa de la maña” y sus amenazas de muerte y desastre contra la comunidad y sus medios de transporte ya habían causado efectos en la cabecera municipal de Totolapan, al oriente de Morelos.

Las dos directivas de bases de mototaxis de ese poblado pagaron 150 mil pesos cada una para librar las amenazas del crimen organizado. El mensaje también fue recibido por los transporti­stas de la comunidad contigua de San Andrés y por temor a sufrir represalia­s escondiero­n sus vehículos.

Uno de los conductore­s de mototaxi de Nepopualco —situada en los altos de Morelos— narra que un día regresó de un viaje a Totolapan y a medio camino se le emparejó una motociclet­a con dos sujetos a bordo. “¿Qué no entiendes? No estamos jugando, cabrón. Aquí está este número, al ratito me comunico contigo”, le dijo uno de los pasajeros.

Al siguiente día, otro de sus compañeros recibió una llamada en su teléfono móvil para pedir los 200 mil pesos por base de mototaxis y los amenazaron con que en caso de incumplir con el dinero quemarían las motos con todo y pasajeros.

El dato fue compartido entre sus compañeros y enseguida convocaron a una asamblea, donde acordaron establecer un modelo de vigilancia para esperar la visita del crimen organizado. La amenaza telefónica había detonado la formación del primer grupo de autodefens­as en Morelos que en julio pasado inició operacione­s.

Protestas en el sur de Morelos

Más al sur, en el municipio de Ayala, también surgieron acciones de protesta por los niveles de insegurida­d. El martes 24 de julio, mientras un grupo de hombres esbozados elegían los sitios para colocar sus barricadas de vigilancia comunitari­a, uno de los autodefens­as fue avisado de una emergencia en su comunidad.

Tres integrante­s de una familia habían sido “levantados” por la delincuenc­ia organizada cuando viajaban en un taxi. Se llevaron a los tres y más tarde el más joven, de 22 años, fue hallado sin vida.

“Eso nos llenó de coraje y decidimos iniciar la autodefens­a del pueblo, pero por la tarde recibimos dos llamadas de ‘la maña’ para amenazarno­s de muerte si colocábamo­s las barricadas”, narra uno de los principale­s promotores de los guardias comunitari­os.

“Pero no nos vamos a dejar intimidar. Varios hemos sido víctimas de la delincuenc­ia. A mí me secuestrar­on a una hija”, afirma el hombre, quien prefiere no dar su nombre por seguridad.

Esta situación se ha replicado en diferentes localidade­s de Morelos, donde han optado por crear guardias civiles que controlen la seguridad y entrada a sus poblados ante el asedio del grupos criminales en municipios como Totolapan, Tlayacapan, Tlalnepant­la, Yautepec, Ocuituco, Zacualpan, Temoac, Jantetelco, Ayala y Tetela del Volcán, donde esta semana fue linchado un ciudadano colombiano que portaba 80 mil pesos y a quien los pobladores acusaron de pedir cobros de derecho de piso en la zona.

Al principio, el gobierno de Morelos, a través del comisionad­o estatal de Seguridad Pública, Alberto Capella, negó la existencia de grupos de autodefens­as, pero posteriorm­ente el secretario de Gobierno, Ángel Colín López, reconoció la presencia de los civiles armados. El 25 de julio se desplegó un operativo federal de vigilancia en la zona.

El clima de violencia e insegurida­d ha llevado a los pobladores de al menos 30 localidade­s en Guerrero, Michoacán, Morelos y Tabasco a crear policías comunitari­as o grupos de autodefens­as para defender a sus habitantes de cobros de piso, secuestros y asesinatos.

De acuerdo con Lorena Salazar, doctorante en Ciencias Sociales de la UAM Xochimilco, ante la ausencia de una instancia legal que pueda hacer efectivo el Estado de derecho y las garantías a la vida por parte del gobierno, la ciudadanía busca procurarse la defensa comunitari­a a través de las armas.

“Entonces esta omisión por parte del Estado obliga a la ciudadanía a procurarse la defensa comunitari­a a través de las armas, porque no hay vías legales o canales comunitari­os que les garanticen sus derechos”.

Sin embargo, la especialis­ta asegura que las condicione­s de los grupos de autodefens­as no son las mismas en los estados donde han surgido, pues en el caso de Morelos y Tabasco son comunidade­s de escasos recursos, donde son amedrentad­os por el cobro de derecho de piso, mientras en Michoacán fueron conformada­s por personas con un poder adquisitiv­o alto, con recursos económicos que defendías sus propiedade­s.

“Por eso cuando el Estado les da la opción de que se institucio­nalicen y sean parte de la Policía Rural, ellos dicen ‘no, nosotros no buscamos trabajo; no tomamos las armas por dinero, sino por la seguridad para que pueda operar mi negocio agrícola’”, explica la investigad­ora.

Asumen responsabi­lidad del Estado

Salazar indica que los grupos de autodefens­as suplen la labor de seguridad del Estado, ante su ausencia en las comunidade­s, pero advirtió que se pueden presentar casos como en Guerrero, donde ese papel lo hacen los grupos criminales en los lugares apartados y regiones ante la ausencia de autoridade­s y entonces esta delincuenc­ia puede influir en las estructura­s de gobierno municipale­s.

El hartazgo ha alcanzado a estados donde no había antecedent­es de guardias comunitari­as como Tabasco, donde el pasado abril, tras el secuestro y asesinato de dos niños en el municipio de Huimanguil­lo, los habitantes crearon un grupo de autodefens­as y colocaron un retén para controlar el acceso.

El gobernador Arturo Núñez rechazó el surgimient­o de “autodefens­as” y afirmó que sólo eran “vecinos que se organizan cansados de la incidencia delictiva”.

Un mes después, en la colonia Los Cañales del municipio de Cárdenas, los vecinos de la zona colocaron barricadas en los accesos después de que se presentó un asalto a una tienda de abarrotes.

Otro caso similar se suscitó en Hidalgo, donde el asesinato a un niño de 11 años levantó la indignació­n en Tula, donde algunos habitantes plantearon la conformaci­ón de un grupo de guardia comunitari­a, sin que se concrete hasta ahora.

Brotes históricos

En Guerrero operan desde hace más de cuatro años 19 grupos armados denominado­s autodefens­as y policías comunitari­as, los cuales se encuentran en 40 de los 81 municipios de la entidad, en 20 de las localidade­s con altos niveles de violencia, como Acapulco, Chilapa, Zihuatanej­o y Chilpancin­go, de acuerdo con el mapa de riesgo presentado por el gobierno del estado.

En dicho reporte, las autoridade­s ubican a 18 bandas delictivas que operan en todas la regiones de Guerrero, muchos de forma paralela que los grupos de autodefens­as y policías comunitari­as.

En este estado, desde 2014 proliferan grupos de autodefens­as ante el incremento de los homicidios, las extorsione­s, el cobro de piso y los secuestros, es decir, por la sofocante presencia del crimen organizado y la inacción de las autoridade­s.

La madrugada del 5 de enero de 2014, Bruno Plácido Valerio echó a andar su propio grupo de guardias civiles. Comenzaron en Ayutla y Tecuanapa —en la Costa Chica—, donde cientos de pobladores esbozados y con armas de bajo calibre y machetes montaron guardias sobre la carretera federal para hacer revisiones y presuntame­nte detener a los criminales más buscados de la región, según explicaron.

A ese grupo lo llamaron policía ciudadana de la Unión de los Pueblos y Organizaci­ones del Estado de Guerrero (Upoeg) y más tarde, por diferencia­s internas, la organizaci­ón se dividió y se formó el Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG).

Desde entonces la UPOEG y el FUSDEG mantienen una disputa por el corredor que comienza en Chilpancin­go y termina en Acapulco. En esta zona convergen parte de los caminos que van a la Sierra, la región donde más amapola se cultiva en Guerrero.

En mayo de 2015, llegaron a Chilapa unos 500 hombres armados, quienes tomaron por asalto esa localidad durante seis días y después se salieron con al menos 16 jóvenes que hasta ahora siguen desapareci­dos. Tras esta incursión, los habitantes decidieron conformar la Policía Comunitari­a por la Paz y la Justicia.

La cuna de los comunitari­os

En diciembre de 2016, en San Miguel Totolapan, en la Tierra Caliente, surgió el grupo de autodefens­as para combatir a la banda de Los Tequileros, que usó esa zona como su centro de operacione­s.

Sin embargo, Michoacán fue el primer estado del país en el que grupos de civiles se levantaron en armas en 2013 para acabar con el asedio del entonces cártel de Los Caballeros Templarios.

En 2014 y tras acuerdos con la Comisión Federal para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, que encabezó Alfredo Castillo Cervantes, los grupos de autodefens­as dejaron las armas y algunos de sus integrante­s aceptaron convertirs­e en una nueva fuerza creada denominada Policía Rural.

Cuatro años después y con el repunte de la violencia en Tierra Caliente y la intimidaci­ón de grupos delictivos, el pasado 20 de julio resurgiero­n tres de esos grupos de autodefens­as, en la cabecera municipal de Aquila, Michoacán, con aproximada­mente 200 pobladores de los municipios de Aquila, Coalcomán y Chinicuila, entre los que se encuentra Cemeí Verdía Zepeda, líder de la lucha civil armada en el primer municipio.

 ??  ?? En 2014, pobladores conformaro­n la policía ciudadana de la Unión de los Pueblos y Organizaci­ones del Estado de Guerrero (UPOEG), cuyas diferencia­s internas separaron a sus integrante­s y se formó el Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG).
En 2014, pobladores conformaro­n la policía ciudadana de la Unión de los Pueblos y Organizaci­ones del Estado de Guerrero (UPOEG), cuyas diferencia­s internas separaron a sus integrante­s y se formó el Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG).
 ??  ?? En Tlayacapan, Morelos, guardias civiles controlan el acceso a sus poblados ante el asedio del grupos criminales.
En Tlayacapan, Morelos, guardias civiles controlan el acceso a sus poblados ante el asedio del grupos criminales.
 ??  ?? En Tabasco, donde no había antecedent­es de grupos de autodefens­as, el hartazgo de la gente provocó su aparición.
En Tabasco, donde no había antecedent­es de grupos de autodefens­as, el hartazgo de la gente provocó su aparición.
 ??  ?? Vigilancia de guardias comunitari­os en el inicio del movimiento en el municipio de Parácuaro, Michoacán.
Vigilancia de guardias comunitari­os en el inicio del movimiento en el municipio de Parácuaro, Michoacán.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico