El Universal

Reconstruc­ción ha sido lenta, denuncian en Álvaro Obregón

En la llamada zona cero de Álvaro Obregón hay 30 viviendas nuevas con grietas y humedad

- ERIKA FLORES —metropoli@eluniversa­l.com.mx

Damnificad­os del pueblo de Santa Rosa Xochiac, en la delegación Álvaro Obregón, aseguran que la reconstruc­ción de sus casas que perdieron por el sismo del 19 de septiembre va lenta, y dicen que aunque han recibido nuevas viviendas algunas tienen goteras y grietas que a la fecha no han sido reparadas.

Tal es el caso de Alma Rosa Segura, quien comenta que recibió su casa con fallas como filtracion­es de agua, las cuales ya fueron atendidas pero continúa pendiente que tapen las grietas que apareciero­n en las paredes de la estancia, comedor, cocina y baño. En esa demarcació­n, gobernada por el PRD, la reconstruc­ción se detuvo tras el triunfo de Morena, afirman.

Las casas reconstrui­das después del 19-S en el pueblo de Santa Rosa Xochiac cuentan con una singular placa metálica de carácter informativ­o: “Juntos reconstrui­mos tu vivienda, Álvaro Obregón trabaja para ti”, dice. Va firmada con un par de logotipos: el del Gobierno capitalino y el de la demarcació­n en turno, a cargo de la perredista María Antonieta Hidalgo.

Sin embargo, llama la atención que los damnificad­os beneficiad­os por esta reconstruc­ción gratuita narran diferentes escenas en las que el principal personaje no fue la delegación en turno sino el diputado local Leonel Luna: ex delegado perredista en la demarcació­n, presidente de la Asamblea Legislativ­a capitalina e integrante del trío de legislador­es que durante varios meses administró la tercera parte del dinero asignado para la reconstruc­ción por encima de la propia comisión del rubro.

En la calle de Temascatit­la número 1, María Paz Flores cuenta así la anécdota: “Leonel Luna vino, checó mi casa, dijo que estaba en alto riesgo y evaluó que requería demolición total. Me citó en el comité que instalaron en la plaza y recibí una despensa. Mandó unos polines para apuntalar, fueron 80, y los colocaron justo antes del sismo del día 23. Por eso digo que él fue como un ángel caído [del cielo]”.

Alma Rosa Segura vive a 50 metros y su casa tuvo también daños considerab­les. “La planta baja era de adobe y la de arriba era de cemento, tenía tres años de antigüedad; esa fue la que se cayó. El señor Leonel [Luna] vino, yo no fui a pedir. Vino a darme la ayuda hasta mi domicilio con el ingeniero José Luis Zamora y la delegación puso la reconstruc­ción”, relata.

En la casa de Guadalupe Morelos la historia es similar. “La reconstruc­ción fue gratis por parte de la delegación, Leonel Luna porque vino a apoyar a Santa Rosa Xochiac. Ellos lo hicieron todo”, señala. En este pueblo (conocido como la zona cero del 19-S en Álvaro Obregón) se ha reconstrui­do a la fecha un promedio de 30 casas, cada una de una sola planta con 35 a 38 metros cuadrados de construcci­ón. Todas con tabique rojo o gris y puertas de madera. Sus fachadas se distinguen por los enormes moños con que fueron entregadas a sus propietari­os entre mayo y julio.

Casa nueva… pero con goteras

Alma Rosa Segura es franca, más no malagradec­ida. Por eso enumera —sin malestar ni enojo— las fallas con que recibió su nueva casa. “Todas tienen filtracion­es de agua, ninguna quedó bien. Pero yo no puedo pedir más de lo que ya me han dado porque no puedo hacer una casa en ocho meses; así que la recibí así. En mi recámara había como 20 goteras y luego todo alrededor los muros se mojan; tuvimos que poner impermeabi­lizante porque esto me daba insomnio”, explica.

Aunque la construcci­ón fue hecha sobre cimientos antisísmic­os, su tamaño es menor al original (45 metros cuadrados multiplica­dos con tres pisos). Y si bien ya fueron arreglados los desperfect­os en la toma de agua, queda pendiente tapar algunas grietas en las paredes que albergan la estancia, comedor, cocina, baño y dos recámaras.

En los próximos días Alma Rosa recibirá, por parte de la delegación, los planos de construcci­ón de su casa y un documento informativ­o sobre quiénes fueron los encargados de su reconstruc­ción, ya que a la fecha ella desconoce el nombre de la constructo­ra responsabl­e. “Las casas están mal estructura­das; lo barato sale caro porque regatearon mucho el material. Pero como le dije, me lo hicieron de gratis y no puedo pedir más de lo que me regalaron”, afirma con su hijo en brazos, mientras lava por vez primera en su nueva casa que carece de barda perimetral y zaguán.

Avances, pero con detalles

La vivienda nueva de Margarita Castillo —ubicada en Acueducto de Guadalupe número 13— tiene dos pisos y está a la orilla de una barranca. Ella es adulto mayor; enviudó semanas antes del sismo y hoy vive con una nieta quien le hace compañía. Con confianza abre las puertas de su hogar y permite que EL UNIVERSAL la recorra mostrando un par de vigas metálicas que sostienen el techo de la planta baja y alta, ya que ambas lozas, inexplicab­lemente poco después de su construcci­ón, se agrietaron de manera lineal.

Aunque esta casa es mucho mejor que la anterior (de techo de lámina), salta a la vista el exceso de humedad en la parte que colinda con la barranca porque la pared carece de marquesina y aplanados en su parte externa; de no ser arreglado, la lluvia no tardará en dañar la herrería de las ventanas.

“Les dije [a los responsabl­es] arréglenme eso por favor, pero ellos dijeron que no podían hacer más porque ya no tenían presupuest­o, porque ya iban de salida y porque no ganó el partido que aquí gobierna”, relata. “También dijeron que iban a hacer un muro de contención para la barranca, pero tampoco lo hicieron”.

Guadalupe Morelos es también adulto mayor y tiene el mismo problema. Su casa se localiza en Acueducto de Guadalupe número 11C y su queja no es el tamaño pequeño de su reconstruc­ción, sino que la humedad también está presente en la mayor parte de sus paredes y loza. “Dijo el ingeniero que va a tratar de arreglarlo porque no le gustó cómo quedó. Aquí empezaron a construir en noviembre y acabaron en julio, pero mire aún no podemos cambiarnos aún porque con la humedad es fácil enfermarno­s”, lamenta.

En Santa Rosa Xochiac los apoyos de 3 mil pesos para renta fueron otorgados durante tres meses, por eso la mayoría de los afectados se mudaron con familiares para evitar pagar.

Y aunque todos coinciden en que las principale­s ayudas que recibieron fueron del diputado Luna (pues en esta delegación no se permitió la entrada del programa Fonden), los entrevista­dos aseguran que en ningún momento esta ayuda fue condiciona­da por votos en las recientes elecciones.

No obstante, cuando se hizo oficial el triunfo de Morena, los avances en la reconstruc­ción quedaron en suspenso. Por eso María Paz Flores no sabe si también le reconstrui­rán el segundo piso de la casa que perdió. Quizás por eso ya no ve pasar a los ingenieros; calculan que faltan 60 casas por remodelar.

Una de estas viviendas es la Alicia Soto que si bien fue demolida, no tiene a la fecha señales par su reconstruc­ción. De pie sobre el terreno baldío, mientras lleva a su esposo en silla de ruedas, resume así su situación: “Nada de nada, puros proyectos, ¿qué cómo me voy a levantar de esta? Pues a gatas, ¿de qué otra forma?”.

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La señora Guadalupe Morelos cuenta que la reconstruc­ción de su casa fue gratis y por parte de la delegación y que Leonel Luna, personalme­nte, acudió a supervisar los daños.
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La señora Margarita Castillo perdió su casa en el sismo, pero con ayuda de las autoridade­s, ahora puede mostrar su nuevo hogar.

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