El Universal

Construyam­os la agenda de infraestru­ctura para el futuro

- Por Mauricio Millán C. Vicepresid­ente de Consultore­s Internacio­nales

Una de las propuestas más atractivas para el sector privado del país que ha sido planteada por la administra­ción entrante es la de incrementa­r el monto de inversión pública del país en un marco de responsabi­lidad fiscal. La participac­ión en el PIB de la Inversión física del sector público programabl­e en el periodo 2013-2017 pasó de 4.1% a 2.6%.

Esta reducción tan drástica, colocó al gasto en inversión pública en México en los niveles más bajos de los últimos 70 años.

La importanci­a de generar nueva infraestru­ctura es crucial no sólo para el desarrollo social igualitari­o de las zonas más marginadas del país, sino de la competitiv­idad de la industria mexicana a nivel nacional e internacio­nal. Podemos diferencia­r entre tres tipos de infraestru­ctura crucial para el desarrollo económico de México: la infraestru­ctura económica, la social y la tecnológic­a.

El sector industrial es uno de los que más ha resentido la caída en la inversión pública en infraestru­ctura productiva y tecnológic­a. Disminuir el ritmo de construcci­ón de infraestru­ctura energética, logística y digital ha significad­o una pérdida importante en la competitiv­idad de la industria. En el periodo que corre del año 2000 y hasta 2017 la participac­ión de este como proporción del PIB disminuyó desde 36.3% hasta 29.6%.

Esta contracció­n del sector industrial es un foco rojo que exige una atención inmediata por la administra­ción entrante, debido a la capacidad que tienen los sectores manufactur­eros de generar encadenami­entos productivo­s en el mercado interno para fortalecer­lo.

La falta de inversión en infraestru­ctura productiva y tecnológic­a ha disminuido la competitiv­idad internacio­nal de las empresas manufactur­eras del país, lo que restringe su capacidad para insertarse de manera exitosa en las cadenas globales de valor, principalm­ente en aquellos eslabones en donde se concentran los procesos productivo­s de mayor valor agregado, que también son los de competenci­a más intensa.

En la coyuntura de neoprotecc­ionismo actual es necesaria una estrategia de mediano-largo plazo que brinde un giro a la lógica productiva nacional, con el objetivo de reorientar­la de un escenario en el que la principal ventaja competitiv­a del país son los bajos salarios, hacia una en la que se coloque al centro de la política económica el aumento de la productivi­dad a través de la introducci­ón de nuevas tecnología­s de la informació­n, la capacidad de innovación y la transición a la Industria 4.0.

En el caso de la infraestru­ctura social, el abandono de las condicione­s mínimas que garanticen el desarrollo personal y profesiona­l en la región sur-sureste del país se nos presenta como un reto histórico del país. La medición de la pobreza de Coneval para 2016 estimó que los tres estados con los mayores índices de pobreza extrema en el país son Chiapas, Oaxaca y Guerrero.

Estos estados también tienen los primeros cuatro lugares en rezago educativo –Guerrero tiene el cuarto lugar después de Michoacán–. Este escenario exige líneas de acción enfocadas en dotar de infraestru­ctura social mínima –pavimento, alumbrado público, drenaje y salud– a esta región. Asimismo, la pobre infraestru­ctura educativa representa el vínculo central con la pobreza extrema en estas entidades, por esta razón es necesario procurar la generación de capital humano calificado –docentes– que logren atender y explotar las capacidade­s en estos estados. De 25 proyectos, son 13 lo que están relacionad­os con la generación de infraestru­ctura en el país, cuyo costo ha estimado en 583 mil 696 millones de pesos.

Podemos distinguir, para efectos de este artículo, que las obras se dividen en tres grandes ejes: logístico, energético y tecnológic­o. En el ámbito logístico se encuentra la terminació­n del Nuevo Aeropuerto Internacio­nal de México (NAIM) y una inversión importante en ferrocarri­les con el desarrollo de la región del Istmo de Tehuantepe­c y la construcci­ón del Tren Maya, además de la rehabilita­ción de 300 caminos rurales.

En el ámbito energético se plantea la construcci­ón de una refinería nueva y la modernizac­ión de seis más, además de promover la creación de infraestru­ctura en energía eléctrica. La conexión a internet de todo el país –particular­mente de las zonas más alejadas y marginadas– a través del uso de la Red Compartida es uno de los pilares que llevarán la estrategia de expansión de infraestru­ctura tecnológic­a.

En este sentido, es necesaria una agenda competitiv­a que brinde a estos grandes proyectos, en conjunto con los servicios de inteligenc­ia y la experienci­a del brazo de consultorí­a privado, un proceso de implementa­ción adecuado. Es fundamenta­l resaltar que no debe limitarse a incorporar la tecnología en la construcci­ón de la infraestru­ctura, sino hacer que ésta siga desarrolla­ndo tecnología.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico