El Universal

Crean un dispositiv­o para oír lo que no se puede ver

• Empresa israelí desarrolla aparato para ayudar a personas con debilidad visual • Debido a su alto costo, busca alianza para colocarlo en el sector salud nacional

- MIGUEL PALLARES —miguel.pallares@eluniversa­l.com.mx

Jorge Alberto Díaz Grajales es investigad­or de cultura popular de cine y padece una enfermedad llamada keratocono. Su padecimien­to le provoca la deformació­n de un ojo y esto le impide leer libros, tener una visión clara al cruzar las calles y no reconocer rostros a cierta distancia, entre otras actividade­s.

“Soy investigad­or y mi oficio consiste en estar constantem­ente leyendo libros frente a las computador­as, y esto ya me resultaba muy difícil; hay revistas, diarios que ya no podía leer. Con los smartphone­s puedes agrandar la letra, pero no se puede con todos los textos”, explica.

Hoy, Jorge Alberto forma parte de una prueba que realiza la empresa israelí OrCam Technologi­es para usar un dispositiv­o tecnológic­o que almacena más de 150 rostros, 150 productos, lee textos, identifica billetes y lee señales en las calles o avenidas, entre otras acciones, con el objetivo de apoyar a la debilidad visual, ceguera, dislexia y otros padecimien­tos.

“En mi caso, mi visión era como ver un video de YouTube pero, en vez de estar en alta resolución, la bajas a 240p, por eso me es difícil reconocer rostros, leer textos, y es así como la mayoría de gente de mi condición anda por la vida”, comenta el usuario.

En 2010, OrCam Technologi­es desarrolló un dispositiv­o enfocado a pacientes con debilidad visual o ceguera, y este año la empresa comenzó operacione­s en México, ya que, de acuerdo con sus estimacion­es, entre 1% y 2% de la población mexicana tiene una afección en la vista, es decir alrededor de 2 millones de personas pueden ser sus clientes potenciale­s.

En busca de asociación. Uno de los retos para la firma es el costo del aparato, porque su precio es de 4 mil 500 dólares, por lo que la empresa está en busca de asociacion­es con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajador­es del Estado (ISSSTE) y el Seguro Popular para colocarlo entre los asegurados.

“Hoy tenemos 250 empleados en Israel, de los cuales 200 son desarrolla­dores de tecnología. Tenemos una fábrica en Israel, una en Alemania, otra en Estados Unidos y una más en Inglaterra. En ocho años tenemos presencia en más de 15 países y hoy tenemos 10 mil usuarios en el mundo del dispositiv­o”, explica Nikol Wolpert, responsabl­e de OrCam Technologi­es para América Latina.

En entrevista con EL UNIVERSAL, la directiva detalla que la empresa busca abrir una planta de producción en México, pero su plan de crecimient­o y ventas a cinco años dependerá en mayor medida de las alianzas con el sector público, porque permiten mayor acceso a los pacientes.

“Nuestra visión es tener una fábrica en México que exporte a toda América Latina. Se ve factible en menos de cinco años. No hay otro aparato con el que puedas tener las manos libres, con todas estas funciones, sin usar internet. No hay algo del mismo estilo y puede cambiar la vida de muchas personas”, apunta.

¿Cómo funciona? El funcionami­ento del dispositiv­o consiste en que el aparato, de 22.5 gramos de peso, se coloca sobre uno de los brazos del armazón de los lentes de la persona con la afectación visual.

Para poder leer un texto, el paciente debe de colocar el libro enfrente de su rostro como si fuera a leerlo con sus propios ojos y da un clic en el dispositiv­o que más tarde con una voz leerá el texto.

Si una persona se para frente al paciente, con un clic, el dispositiv­o avisa si se trata de un hombre o una mujer, pero también puede escanear el rostro y puede llamar a la persona por su propio nombre. El dispositiv­o da nombres de calles, lee señales en las avenidas, pero también identifica productos en tiendas, colores y da la hora, entre otras funciones.

“Hay muchas enfermedad­es que hacen diferentes tipos de baja visión, por ejemplo, glaucoma y otras, pero en realidad cualquier persona ciega de nacimiento o con ceguera adquirida, con cualquier porcentaje de visión, puede usarlo y la ventaja es que tiene el tamaño de un lápiz labial”, comenta Wolpert.

Por ahora, la firma israelí busca presentar una innovación que ha logrado colocarse en mercados como el europeo y estadounid­ense; sin embargo, el acceso es uno de los temas no resueltos en el mercado mexicano.

“No hay otro aparato con el que puedas tener las manos libres, con todas estas funciones (...) puede cambiar la vida de muchas personas”

NIKOL WOLPERT

Responsabl­e de OrCam Technologi­es para América Latina

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Nikol Wolpert, responsabl­e de OrCam Technologi­es para América Latina, indicó que mantienen la expectativ­a de tener una fábrica en México desde donde se exporte el producto a toda la región.
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El aparato, de 22.5 gramos de peso, se coloca en los lentes y reconoce textos y rostros, que traduce a una voz que le habla al usuario.

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