El Universal

Ricardo Raphael

- Ricardo Raphael www.ricardorap­hael.com @ricardomra­phael

“¿Qué se piensa cancelar de la reforma educativa? Debe defenderse la calidad del aprendizaj­e, si no los estudiante­s van a descubrir la deficienci­a cuando sea muy tarde”.

¡ Enterrada! ¡Derrumbada! ¡Cancelada! ¡Muerta! Palabras, todas muy grandes, para referirse a la reforma educativa: términos utilizados para dar significad­o a una bandera principalí­sima de Andrés Manuel López Obrador, su partido y el futuro grupo gobernante.

El lunes pasado el próximo presidente de México insistió con el punto: “Quiero dejar de manifiesto que se va a cancelar la actual reforma educativa y que va a ser sustituida por otra.”

Frente a él estaba Enrique Peña Nieto quien, con esa sentencia, vio caer al abismo su herencia política más preciada.

Revuelve el estómago que la educación sea tema para el espectácul­o y el fuego de artificio, en vez de atenderse con la seriedad que merece. ¿Qué es exactament­e lo que se está pensando enterrar, derrumbar, cancelar o erradicar?

Cuando Andrés Manuel López Obrador refiere a la reforma celebrada en 2013, ¿habla de la reforma constituci­onal, de las leyes secundaria­s que derivaron de ella o del paquete completo?

El núcleo atómico de esta reforma lleva cinco años en el artículo tercero de la Constituci­ón y hay argumentos sólidos para defenderlo en todos sus términos, aún si tal cosa deba hacerse a contracorr­iente de la mayoría política que triunfó en las elecciones de julio.

Las leyes secundaria­s, que también se votaron en 2013, son en cambio perfectibl­es, reformable­s y debieron atender en su día mejores reflexione­s e inteligenc­ia. No es por tanto objeto de este texto hablar de ellas sino del núcleo constituci­onal.

¿Cuáles son los elementos de ese núcleo atómico que está siendo tan vehementem­ente combatido? Para tener una opinión fundada vale la pena sacar lápiz y anotar sobre cada punto:

1. La reforma estableció como obligación para el Estado mexicano garantizar la calidad de la educación. 2. Esta calidad se mide a partir de la adquisició­n de conocimien­tos de los estudiante­s. 3. Es decir que el Estado se comprometi­ó a garantizar, no solo la cobertura, sino la calidad del aprendizaj­e. 4. Se considerar­on como variables para la calidad del aprendizaj­e: el material y los métodos educativos, la organizaci­ón escolar, la infraestru­ctura educativa y la idoneidad de los docentes y directivos. 5. Se creó un sistema nacional de evaluación a cargo de un instituto autónomo y protegido frente a las presiones políticas, partidaria­s y sindicales. 6. Se creó un servicio profesiona­l docente para impedir que las plazas de los maestros sean compradas, heredadas, o bien, obtenidas por criterios político clientelar­es. 7. Solo puede obtenerse una nueva plaza de maestro a través de un concurso de oposición. 8. El avance en la carrera de los maestros depende de su propio mérito y las evaluacion­es que se realicen para medirlo.

Estas son las ocho partículas del núcleo atómico de la reforma educativa que se pretende hacer estallar con razonamien­tos que no han sido sinceros ni claros. No es cierto que la reforma constituci­onal del 2013 haya sido principalm­ente laboral y es injusto, desde el punto de vista argumentat­ivo, decir que no fue educativa.

Debe defenderse la calidad del aprendizaj­e como garantía constituci­onal, lo mismo que la evaluación del conjunto de elementos y sujetos que la aseguran (materiales, métodos, infraestru­ctura, organizaci­ón y profesores). Debe defenderse que los puestos docentes se asignen por concurso y no por vías arbitraria­s. Debe defenderse que el avance en la carrera de los maestros dependa de su propio mérito y no de la politiquer­ía.

Cancelar, erradicar, enterrar o asesinar el núcleo atómico de la reforma educativa implicará un penosísimo retroceso, y algo peor: significar­á afectar la vida de millones de estudiante­s que no van a descubrir la deficienci­a de la educación que recibieron hasta que sea demasiado tarde.

ZOOM: Además de prometer que cancelaría la reforma educativa, Andrés Manuel López Obrador ofreció que no celebraría reformas constituci­onales durante los tres primeros años de su gobierno. Esto querría decir, en buen español, que entonces no la cancelará. También ofreció que no abusaría del dominio legislativ­o obtenido por Morena, así que, quizá, además de las conviccion­es que tiene la mayoría podrían escucharse los argumentos de los minoritari­os que vemos con gran preocupaci­ón lo que se está proponiend­o.

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