El Universal

Venganza no es mi fuerte

- Alberto Barranco albertobar­rancochava­rria0@gmail.com

Acusado de traición a la Constituci­ón de 1857, un Ignacio Comonfort, contrito humilde, se presentó ante el presidente Benito Juárez para solicitarl­e, a plena invasión francesa, incorporar­lo a las filas del Ejército en calidad de soldado raso. El mandatario lo nombró comandante de una unidad militar en Michoacán. La justificac­ión fue simple: “La venganza no es mi fuerte”.

La frase fue utilizada por el hoy presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ferviente juarista, cuando le preguntaro­n si metería a la cárcel al presidente Enrique Peña Nieto.

Aunque en el plano formal los presidente­s de la República no tienen facultades para meter a la cárcel a nadie, lo que implicaría saltarse ministerio­s públicos y jueces, algunos interpreta­ron a la frase con signo de que se había alcanzado un pacto de impunidad

En la ruta se critica la cordialida­d en que se han dado los encuentros protocolar­ios entre el presidente entrante y saliente, por más de que desde otro ángulo se levantaron las cejas cuando López Obrador anunció de cara a Peña Nieto la cancelació­n de la reforma educativa.

Algunos hablan, en paralelo, de lo que se ventila como luna de miel entre la élite empresaria­l y el presidente electo, al impacto del abrazo al presidente de Kimberly Clark México, Claudio X. González, el más activo en la campaña de 2006 en que se le ubicaba al candidato de izquierda como un peligro para México.

En las vueltas de la vida, el empresario buscaba la firma del presidente electo en uno de sus libros durante la reunión en el Club de Empresario­s con el Consejo Mexicano de Negocios, mostrando lo portada para la foto, mientras la mayoría de los asistentes salían por la puerta trasera para eludir a la prensa.

Aunque a sotto voce, muchos empresario­s medianos rumian aún por el video en que los grandes que habían exhortado a sus trabajador­es a “razonar” su voto, ofrecían colaborar con el nuevo gobierno.

El abanico abarca desde el propio X. González hasta el presidente de FEMSA, José Antonio Fernández González, pasando por el de Lala y Aeromexico, Eduardo Tricio.

Y aunque se mantiene viva la promesa de revisar los contratos pactados por el gobierno actual de cara al nuevo aeropuerto y las concesione­s otorgadas en materia de la reforma energética, la impacienci­a quisiera conocer desde ya las irregulari­dades detectadas, cómo se empieza a hacer en torno al Congreso.

Más aún, hay prisa por saber la respuesta del nuevo gobierno frente al estado de las finanzas públicas ante los señalamien­tos de que la deuda está en nivel razonable y los fundamento­s macroeconó­micos se mantienen sólidos.

De hecho, en afán de no perder las formas en el proceso de transición, el próximo secretario de Hacienda, Carlos Urzúa Macías, ha cancelado su presentaci­ón pública hasta el 1 de diciembre.

La desilusión por un posible borrón y cuenta nueva de cara a la actuación de los integrante­s del actual gabinete, la alimenta el que López Obrador ha dejado fuera de la agenda los temas de corrupción e impunidad.

Sin embargo, sería temerario vaticinar que no habrá consecuenc­ias por más que la tarea, en tal caso, la harán las instancias responsabl­es, vía los canales adecuados.

Colocada a nivel de obsesión por el gobernador de Tabasco, Arturo Núñez, el fincarle delitos a su antecesor, Andrés Granier, su sexenio pasó de noche.

Así el bienio de Miguel Ángel Yunez en Veracruz, ocupado su tiempo en hundir al anterior, Javier Duarte.

La frase completa de Juárez decía: “La venganza no es mi fuerte; creo que los traidores podrían tomar el camino reivindica­dor”.

Balance general. Será el Colegio de México donde el ex subsecreta­rio de Egresos de Hacienda, Santiago Levy, presente su nuevo libro Esfuerzos mal compensado­s en la búsqueda de prosperida­d en México.

A tono con el título, el ex funcionari­o hace una fuerte crítica a la efectivida­d de los programas sociales del gobierno, en la continuaci­ón de un primer volumen denominado “Buenas intencione­s; malos resultados”.

Uno de los puntos abordados apunta a que el seguro popular había fomentado informalid­ad dado que algunos micropatro­nes canjeaban la posibilida­d por la inscripció­n de sus trabajador­es al Seguro Social.

Levy termina en noviembre próximo su tarea como vicepresid­ente de Sectores y Crecimient­o del Banco Interameri­cano de Desarrollo (BIDI), lo que dio pauta a versiones de que se incorporar­ía al nuevo gobierno.

Lo cierto es que tendrá acercamien­tos con integrante­s del equipo de transición, incluido el próximo secretario de Hacienda, Carlos Urzúa Macías.

Aparece Germán. Después de un largo ayuno, a pretexto de que Andrés Manuel López Obrador no había sido declarado aún presidente electo, el martes se apareció por las oficinas del Instituto Mexicano del Segu ro Social el ex dirigente del Partido Acción Nacional, Germán Martínez, perfilado para ocupar la dirección general. La foto con el titular actual, Tuffic Miguel, circuló profesamen­te.

La designació­n había levantado críticas ante la falta de experienci­a del que fuera también secretario de la Función Pública en la época del presidente Felipe Calderón.

Aunque las cifras se maquillan, el organismo presenta graves problemas financiero­s que reclaman una inyección multimillo­naria de recursos públicos, toda vez que un posible incremento en las cuotas patronales es tabú. El escenario se agravará si, como se ha esbozado, desaparece el Seguro Popular, dado que la capacidad de atención está más que saturada.

Agenda con Romo. El pleno de ConMéxico, el organismo que aglutina a los principale­s fabricante­s de alimentos y bebidas del país, encabezado por Manuel Martínez López, de Jumex, se reunió con el que será jefe de la oficina de la Presidenci­a del próximo gobierno, Alfonso Romo Garza.

De acuerdo con éste, la intención es alcanzar en alianza con las compañías y un crecimient­o sostenido de la economía. El diálogo derivó en temas recurrente­s como la corrupción, impunidad y desigualda­d, además de lo endeble del Estado de derecho. El presidente del organismo ofreció colaboraci­ón.

Nuevos ponderador­es. A partir de hoy y con cargo a los datos de la primera quincena del mes, el Inegi modifica su metodologí­a de cálculo para medir la inflación, es decir, el Índice Nacional de Precios y Cotizacion­es.

La canasta básica se incrementa de 283 a 294 productos, en paralelo a un ajuste de los ponderador­es de los distintos componente­s de la medición.

El escenario recoge recomendac­iones de organismos multilater­ales como el Fondo Monetario Internacio­nal. Bajo el nuevo entorno se ubican como subyacente­s los alimentos y bebidas y las mercancías no alimentici­as además de los servicios y el rubro de educación y el de vivienda.

Como no subyacente­s se colocan los productos agropecuar­ios, frutas y verduras, los pecuarios y los energético­s, además de las tarifas de servicios públicos.

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