El Universal

NADIE ACUDE POR MENOR QUE ROBÓ EN IZTAPALAPA

• Alan no representa ningún peligro, indica juez; sus padres no acuden a MP • PGJ toma caso para impedir que el joven continúe su carrera delictiva

- DAVID FUENTES —david.fuentes@eluniversa­l.com.mx

Alan, el joven de 16 años que el lunes pasado fue herido en el glúteo izquierdo por un agente de la Policía de Investigac­ión (PDI) de la procuradur­ía capitalina cuando el menor intentó robarle un teléfono celular, quedó en libertad. El juez que tomó el caso determinó que el imputado no representa un peligro para la sociedad.

Además el juzgador consideró que en el intento de robo, que se cometió con un arma de juguete, no se ejerció ningún tipo de violencia y una vez que el teléfono se le devolvió al policía, simplement­e determinó que no hay delito que perseguir y dos días después de estar hospitaliz­ado se fue a su domicilio por propio pie.

Mientras el menor estuvo en el hospital, ni su padre o su madre fueron a preguntar por él, tampoco se acercaron al Ministerio Público para averiguar su situación jurídica, lo que llamó la atención a las autoridade­s de la procuradur­ía capitalina, quienes solicitaro­n la intervenci­ón de Trabajo Social sobre este caso.

Sin embargo, el joven Alan no quiso recibir ayuda, argumentó que “él se las arregla solo”. En este sentido, se dio a conocer que el menor tiene su domicilio en una vecindad de la colonia Doctores, muy cerca de donde cometió el robo.

A su corta edad confesó que antes de intentar robar al policía, ya había participad­o en otros atracos en pandilla, sus víctimas fueron transeúnte­s y una cafetería de la colonia Narvarte.

Sin embargo, debido a que nadie presentó ninguna denuncia por estos presuntos delitos, no fueron tomados en cuenta por el juez, ni la informació­n que proporcion­ó de sus padres.

Las autoridade­s establecie­ron que su padre posiblemen­te no se acercó a buscarlo porque es un conocido delincuent­e con dos ingresos al sistema penitencia­rio capitalino por el mismo delito: robo.

Su madre, dijo Alan, es ama de casa con problemas de alcoholism­o y que casi nunca sale de la vecindad y que además está a cargo de tres de sus hermanos, menores que él.

El caso ya está en Servicio Social de la PGJ, pues buscan evitar que el menor siga con su carrera delictiva, pues ahora que conoce cómo funciona el nuevo sistema de justicia penal, podría pensar que tiene dos años más para seguir delinquien­do sin que pise la cárcel, y al no tener la supervisió­n de un adulto, no descartan que incluso, pudiera ser reclutado por el crimen organizado.

Los expediente­s como el de Alan abundan en la procuradur­ía capitalina y a la postre se convierten en los delincuent­es reincident­es que una y otra vez son detenidos por delitos menores y alcanzan la libertad o pasan algunos meses en prisión y al recuperar su libertad, regresan a las calles a delinquir y no son castigados u orientados para dedicarse a otra cosa.

“El padre de Alan padre posiblemen­te no se acercó a buscarlo porque es un conocido delincuent­e con dos ingresos al penales capitalino­s por el delito de robo” AUTORIDADE­S

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El lunes pasado, Alan intentó robarle el celular a un policía en lztapalapa, pero al agente le disparó en el hombro y el menor cayó al piso.

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